(Post dedicado a Marychuy por su excelente comment en la entrada anterior)
Christopher Nolan es un director hábil. En Memento (una gran ópera prima) demostró dos capacidades relacionadas una con la otra: un extraordinario juego con el tiempo cinematográfico – producto del montaje - y por ende una gran capacidad para manipular a la audiencia en función de los objetivos previamente plasmados en la sala de edición. En Batman Begins, Nolan remarcó esa capacidad concentrándose en introducir nuevamente al espectador en el universo fílmico de Batman. Era una presentación y Nolan no pretendió abarcar más allá de esa historia introductoria, convirtiendo al filme, gracias al montaje, en algo entretenido, bien realizado y sin mayores complejidades. Al mirar The Dark Night, no podía dejar de preguntarme si estaba observando las limitantes de Nolan. El problema de The Dark Night es que se convierte en algo demasiado pretencioso, el manejo de los tiempos termina por crear una historia con complejos recovecos que tardan demasiado en ser resueltos y por ende, en contra de lo que uno esperaría de un blockbuster, el filme se torna en algo aburrido.
No me mal interpreten, la película tiene sus méritos: el manejo de la profundidad de campo en las escenas en las que Bruce Wayne se encuentra manipulando artilugios tecnológicos preparando las acciones de Batman; la gran partitura de Hans Zimmer y James Newton Howard o el explotar algunas historias paralelas, específicamente la del comisionado Gordon, que no habían sido contadas en la historia anterior. Pero insisto, mezclen todos estos ingredientes con pretensiones demasiado elevadas y se moverán entre la delgada línea que divide a lo verdaderamente artístico con el mero artificio. Y The Dark Night simplemente no se define entre uno y otro nivel.
El Batman de Nolan sigue siendo un personaje oscuro y complejo. Se mueve entre un peligroso sentido de lo que es la justicia y la locura, y son sus propias percepciones de lo que debe ser un héroe, lo que terminará convirtiendo a Batman es una especie de renegado justiciero. Christian Bale hace una interpretación sólida, creíble y tiene la capacidad de mostrarnos a las dualidades que encierra al binomio Wayne – Batman. El reparto sigue siendo sólido: Michael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman son garantía de buenas interpretaciones. La inclusión de Aaron Eckhart me parece adecuada. Eckhart es un excelente actor cuyas capacidades histriónicas me engancharon desde la sensacional Thank You For Smoking. Su Harvey Dent tiene también un sentido propio de la justicia y de la manera de aplicarla. Y Maggie Gyllenhaal es mucho mejor actriz que su antecesora Katie Holmes en el papel de Rachel Dawes.
Y claro, está Heath Ledger. El Guasón de Ledger es la representación del caos, un personaje sin mayores motivos para cometer que sus actos que la maldad pura, un tipo violento e irracional. Y es todo lo que uno puede esperar de alguien con el talento que poseía Heath Ledger….y ya. Ledger ya había demostrado sus enormes dotes actorales, el Guasón simplemente confirma lo que ya sabíamos: que estábamos ante un gran actor. Estoy casi seguro que si el australiano no hubiese perecido en las circunstancias en las que lo hizo, simplemente estaríamos aplaudiendo a una gran interpretación. Pero la muerte suele crear a las leyendas y esta no es la excepción.
En resumen, The Dark Night es un filme cuyas pretensiones no se alcanzan a cumplir al máximo. Una película fallida en más de un sentido y que pretende manipularnos para que la consideremos como una obra de arte. No lo consigue. Y me parece que en la tercera entrega – la cual espero dirija Nolan – podremos observar si en realidad una película como ésta puede resultar excepcional sin la carga de llevar en los créditos a una leyenda en proceso de creación.
Así las cosas hoy domingo….
Salud pues……