Cuando Michelle Obama apareció para nombrar al ganador de la categoría de mejor película en la ceremonia del Oscar 2013, algo quedó muy claro: el cine para los norteamericanos es una prioridad nacional, y lo es, porque entienden la importancia de una industria cultural como la hollywoodense en la expansión de sus ideales "democráticos", en su incrementar su dominio en términos económicos y, por supuesto, en los ideológicos. No es entonces un accidente que Argo, una película bien filmada pero que dista mucho de ser considerada como una obra maestra, se haya impuesto en la categoría de mejor película.
Se trataba de reivindicar al cine norteamericano luego de que el año pasado una cinta francesa terminó imponiéndose en la principal categoría. Y había que hacerlo a través de un filme que contara un acto heroico de un grupo de norteamericanos, que mejor si ese acto incluía a Hollywood. Esa me parece es la única razón por la que Argo ganó el Oscar. Lo que me resulta aún inexplicable es que - salvo los Independent Spirit Awards - haya ganado todo en esta temporada de premios: el Globo de Oro, el BAFTA, el SAG y un largo etcétera. Y no me puedo explicar esa razón porque una parte de mi se resiste a pensar que la sujeción económica e ideológica que ejerce la industria a través de la Academia haya sido tan contundente como para pernear en todas las entregas de premios previas a la noche del Oscar. Incluso, en este mismo blog, el inocente tecleador se atrevió a decir que los Globos buscaban marcar una diferencia con el Oscar y tratar de dejar de ser la llamada "antesala" de ese premio. Es lamentable que solo lo sean en términos meramente televisivos y no al momento de elegir a su ganadores en términos artísticos.
Lo mismo ha sucedido el día de ayer: Los Miserables, Liconln, Django, Life of Pi, Silver Linnings Playbook y Amour eran, en más de un sentido, infinitamente superiores a Argo. Pero la Academia fue contundente al otorgar el Oscar en la principal categoría a la cinta de Ben Affleck, como si tratara de decir lo siguiente: "todos los demás siguen el camino que yo les dicto", aún que ese camino esté salpicado de tintes patrioteros.
El triunfo de Argo era tan evidente que la Academia trató de mostrar una cara equitativa al repartir los premios entre todas las películas nominadas e incluso se dio el lujo de declarar un empate en la categoría de mejor edición de sonido (algo que no se daba desde 1968). No hubo entonces una película que ganara más de 4 estatuillas, no hubo una película dominante, no hubo una gran sorpresa. El triunfo de Ang Lee como mejor director fue muy merecido pues su película, Life of Pi, es una maravilla tanto en términos temáticos como artísticos. Los Oscares a Anne Hathaway, Christopher Waltz y Daniel Day Lewis, no sorprendieron a nadie. Quizá el único momento más o menos inesperado de la noche fue la victoria de Jennifer Lawrence cuando todos marcaban como la gran favorita a Jessica Chastain.
A pesar de lo anterior, creo que no fue una ceremonia aburrida, pero que pudo haber dado mucho más particularmente porque se homenajeaba al musical, el género hollywoodense por antonomasia. Si bien uno de los mejores momentos fue la interpretación del elenco de Los Miserables de un fragmento de su obra, creo que el homenaje a Chicago y a Dreamgirls fue muy precipitado, pues ambas cintas distan mucho de ser consideradas aún como grandes clásicos. En todo caso, si quería homenajear al musical ¿por qué no hacerlo a toda la historia del género?, ¿Por qué no presentar números alusivos a Cantando Bajo la Lluvia, West Side Story o Grease? Creo que hubiésemos tenido una ceremonia más espectacular, más emotiva y más cinematográfica.
Seth McFarlane hizo un trabajo más que aceptable como presentador de la Gala, pero aún está lejos de presentadores de la talla de Billy Cristal. Su gags fueron ocurrentes y lo mejor fueron la interacción con William Shatner y las canciones que interpretó. En resumen, estuvo a la altura.
Se termina la temporada de premios de este año. Creo que el Oscar para Argo significa un grave retroceso para la Academia, pues más allá de afianzar el maridaje existente entre el cine norteamericano y la Casa Blanca, es un triunfo que demerita a quienes si están filmando grandes películas. En un año en las que tuvimos muchas, que un filme bastante promedio gane solo indica que siguen pesando más los intereses fuera de la pantalla, que lo que se mira finalmente a través de la misma.
Así las cosas hoy lunes...
Salud pues.......
A pesar de lo anterior, creo que no fue una ceremonia aburrida, pero que pudo haber dado mucho más particularmente porque se homenajeaba al musical, el género hollywoodense por antonomasia. Si bien uno de los mejores momentos fue la interpretación del elenco de Los Miserables de un fragmento de su obra, creo que el homenaje a Chicago y a Dreamgirls fue muy precipitado, pues ambas cintas distan mucho de ser consideradas aún como grandes clásicos. En todo caso, si quería homenajear al musical ¿por qué no hacerlo a toda la historia del género?, ¿Por qué no presentar números alusivos a Cantando Bajo la Lluvia, West Side Story o Grease? Creo que hubiésemos tenido una ceremonia más espectacular, más emotiva y más cinematográfica.
Seth McFarlane hizo un trabajo más que aceptable como presentador de la Gala, pero aún está lejos de presentadores de la talla de Billy Cristal. Su gags fueron ocurrentes y lo mejor fueron la interacción con William Shatner y las canciones que interpretó. En resumen, estuvo a la altura.
Se termina la temporada de premios de este año. Creo que el Oscar para Argo significa un grave retroceso para la Academia, pues más allá de afianzar el maridaje existente entre el cine norteamericano y la Casa Blanca, es un triunfo que demerita a quienes si están filmando grandes películas. En un año en las que tuvimos muchas, que un filme bastante promedio gane solo indica que siguen pesando más los intereses fuera de la pantalla, que lo que se mira finalmente a través de la misma.
Así las cosas hoy lunes...
Salud pues.......