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viernes, mayo 23, 2014

De Los Insólitos Peces Gato...

Seven Readers!!...


We’re just two lost souls swimming in a fish bowl, year after year

En Wish You Were Here, Pink Floyd decía que los seres humanos somos peces que damos vueltas una y otra vez en la misma pecera. Waters y Gilmour – los perpetradores de la canción – tal vez se referían a esos espacios pequeños y claustrofóbicos de las grandes ciudades, espacios en los que la existencia transcurre entre dosis de felicidad, tristeza, melancolía, vida y muerte.
En Los Insólitos Peces Gato, la directora Claudia Sainte –Luce va a utilizar la misma premisa para situar a su película. Los espacios de la misma serán pequeñas peceras en las que el azar genera el encuentro de personajes enfrentados al terror que suele estar implícito en las rutinas de la vida cotidiana. Los protagonistas del filme nadan en el interior de estas pequeñas jaulas encontrándose y tratando de hallar el apoyo necesario para enfrentar a fantasmas personales y colectivos que les acechan de manera constante.



Saint – Luce presenta a su personaje principal con gran manejo de la narrativa y las técnicas cinematográficas. Vemos a una joven mujer que vive en un cuarto extremo, con manías como la de separar los colores su cereal, las hormigas agradecen la comida y siguen a la chica mientras camina por las calles de la ciudad. Hasta ese momento no le hemos visto el rostro. Saint  - Luce, toma detalles de su persona: su cabello ensortijado, su lento y tortuoso caminar, su ropa informal. Se mueve entre pecera y pecera, solitaria e ignorada por el resto del mundo, hasta que un día el azar le juega una de sus cartas y un dolor abdominal se convertirá en una apendicitis que la lleva a la cama de un hospital público. Junto a ella, víctima de una recaída producida por el SIDA que padece, se encuentra una madre de familia rodeada de sus hijos. Es hasta entonces cuando el espectador sabrá que la joven se llama Claudia y también conocerá a Martha y a su familia de 4 hijos: Alejandra, de un poco más de veinte años quien ha asumido la misión de sustituir a la madre pero sus propias carencias emocionales e inmadurez no le permiten ser el pilar que su familia necesita. Wendy, una adolescente con problemas de sobrepeso y tendencias suicidas y Mariana y Armando, dos niños arrastrados por la tragedia que vive su familia y cuya infancia ha sido trastornada por la misma. Al salir del hospital Martha invita a comer a Claudia a su casa. Es a partir de ese momento en el que la solitaria chica se convertirá en el eje faltante de la familia que vive en esa pequeña pecera, su punto de vista también será el del espectador y junto a ella nos adentraremos a un tren de vida cotidiano, lleno de las pequeñas felicidades que hacen de la existencia algo llevadero, lleno de esas tragedias personales con las que los peces humanos tienen que lidiar todos los días, nadando de pecera en pecera, de una cotidianidad a otra, en medio de circunstancias tan normales que suelen ser realmente terribles.
El trabajo de casting es admirable. Las enormes capacidades histriónicas de Ximena Ayala (Claudia) se ponen de manifiesto al dar vida a un personaje casi catatónico, inmerso en una soledad apabullante y enfrentado accidentalmente a una circunstancia de vida que terminará por hacer suya. Las miradas de Ayala son inquisidoras, empáticas y tremendamente reveladoras. Camina con una inseguridad contagiosa, como si cada paso representara un movimiento más hacía arenas tan movedizas que inevitablemente se la terminarán tragando, aunque ello no necesariamente sea algo contraproducente pues, por el contrario, en el fondo de esas arenas tal vez termine finalmente encontrando ese sentido de pertenencia que tanto necesita. Lisa Owen (Martha) genera también una actuación memorable. Vive la tragedia de muchas mujeres que en este país han sido contagiadas por el SIDA debido a la promiscuidad de alguna de sus parejas. Ha terminado por aceptar su destino como algo irremediable aunque trata al máximo de no hacerlo evidente para sus hijos. Derrama la cotidianidad de una madre de familia de clase media, desesperada por encontrar la manera de hacer que sus hijos enfrenten a la vida y tengan éxito en ella incluso cuando lo inevitable suceda.



Los Insólitos Peces gato es una película sobre la vida cotidiana. Sobre una familia maravillosamente disfuncional, sobre una mujer que encontrará finalmente el lugar al que pertenece. Es una película que retrata con enorme honestidad y belleza a la simpleza y complejidad de las circunstancias a las que los seres humanos se enfrentan diariamente y al triunfo diario que muchas significa el terminar venciéndolas.
Un logro. 

lunes, marzo 31, 2014

De Noé o La Gran Épica Bíblica...

Seven Readers!!...



El Dios del Antiguo Testamento es, sin duda, el personaje más desagradable en toda ficción: celoso y orgulloso de ello, un mezquino, injusto, un controlador implacable, un vengativo limpiador étnico sediento de sangre, un misógino, homófono, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista, matón caprichosamente malévolo.
Richard Dawkins.

Richard Dawkins es categórico al juzgar al Dios judeo - cristiano dentro de la literatura mitológica y de ficción. Estoy de acuerdo casi al cien por ciento con la sentencia con la que inicia el post, salvo que a mi, Dios en realidad no me parece desagradable sino completamente humano y, por ende, por momentos fascinante. 
El Dios del Antiguo Testamento es un personaje que desborda humanidad, en él se reflejan todas las fallas del ser humano pues los celos, la mezquindad y su enorme afán controlador son características propias de la especie a la que - según el texto bíblico - creó a su imagen y semejanza. En ese sentido, no encuentro una película que haya retratado con mayor apego al Dios de la Biblia como lo ha hecho Noé de Darren Aronofksy. Estamos ante en un filme en el que "El Creador" es mostrado como un ser indiferente a su creación, particularmente ante el ser humano. Es un personaje que no puede soportar el camino que el hombre ha tomado con base en la libertad qué el mismo le permitió tener y por lo tanto decide - en su infinita misericordia - acabar con toda la humanidad para tratar de enmendar su error. Para ello va a elegir a un hombre que se va a convertir en un reflejo de dios mismo, en esa imagen y en esa semejanza. Porque el Noé de Aronofsky va a comportarse con un auténtico hombre de Dios, alguien que acepta la grandeza de su tarea sin cuestionar los fines de la misma, alguien que está dispuesto a sacrificar todo lo que quiere solamente por satisfacer los deseos de una divinidad lejana, indiferente ante el sufrimiento, y que no reparará en castigar a toda la humanidad aún exista dentro de la misma gente inocente y de buen corazón. 



Aronofsky va a dibujar al mundo pre diluviano como un mundo hostil, lleno tierras ásperas, con poca vegetación y en el que los animales parecen ser los únicos que continúan respondiendo a las características que Dios esperaba de su creación. Y esto es porque a ellos no les fue otorgada la capacidad de decisión que si tuvo el hombre y que es precisamente la causa de su perdición. Por lo tanto el creador le ordena a Noé -a través de visiones, algunas de ellas causadas por sustancias alucinógenas - que construya un arca para salvar de la destrucción a esa parte de la creación que no representa un peligro para la autoridad divina. La película entonces tiene un sub discurso animalista, pues Noé - un auténtico vegano - va a horrorizarse por el uso que el hombre le da a los animales. Aronofsky insistirá en ello mostrando el sufrimiento de un becerro que es desmembrado vivo por una muchedumbre hambrienta, lo que generará que el personaje principal del filme reafirme su convicción de que una civilización que no respeta a los animales, merece ser destruida. Pero al mismo tiempo es una civilización que de la mano de su rey Tubal Caín (un soberbio Ray Winstone) va a luchar por su supervivencia. Aronofsky entonces tendrá uno de sus mayores logros en el filme: eliminar el concepto de villano, ¿por qué, puede tacharse como villano a quien lucha por su derecho a existir? Si bien Tubal - Caín es un personaje con moralidad cuestionable, uno como espectador no puede dejar de sentir cierta empatía por alguien que ha hecho uso de su libre albedrío y que reclama a un creador su enorme indiferencia ante el sufrimiento de aquellos a quien ha creado, alguien que decide hacerle a un lado para continuar con un camino en el que un dios ya no es necesario.




La película se convierte en una muestra de lo que es el trabajo de dirección actoral. Russell Crowe logra junto a Aronofsky construir a un personaje obsesionado por una idea, un hombre cegado por la fe y por la tarea que ésta le ha impuesto. Noé está siempre en una lucha constante contra lo que su razón le dicta, pelea brutalmente contra sus propios instintos y va transformándose en un hombre obnibulado por una orden a la que no se atreve a cuestionar. Serán los personajes que le rodean quienes van a cuestionar las decisiones que Noé va a tomar, poco a poco su familia va a confrontarle, a obligarle a repensar las razones de su tarea. Jennifer Connelly será Naameh, la esposa fiel, pero que va a enfrentarle al momento de defender a su familia. Ila - la esplendorosa Emma Watson - una huérfana adoptada por su familia, será el espejo de inocencia que llevará al constructor principal del arca al límite de sus capacidades de decisión. Y es particularmente uno de sus hijos Cam - el talentoso Logan Lerman - quien se enfrentará desde un principio a su padre haciendo uso del elemento que ha resultado en la perdición de la raza humana: el libre albedrío.
No puedo dejar de mencionar una de las subtramas más hermosas de todo el filme: un grupo de ángeles siente un amor infinito por la humanidad, por lo tanto - haciendo también uso de su libre albedrío - deciden abandonar el cielo para tratar de hacer algo ante la indiferencia divina. Bajan a la tierra pero Dios castiga su acto caritativo y les convierte en gigantes de piedra condenados a vagar por un mundo que les detesta y busca destruirles. Desconfiados de la humanidad, los ángeles caídos deciden ayudar a Noé porque a pesar de su castigo, siguen buscando al creador y al mismo tiempo siguen confiando en la capacidad de la humanidad para encontrar la redención.
Noé no es la mejor película de Aronofsky. Pero siguen apareciendo características propias de su cinematografía: historias en las que los personajes se transforman a partir de una idea, de una tarea que deben cumplir para sellar aquello que consideran como su destino. Y al final - insisto - se trata de una película que refleja fielmente el espíritu de uno de los capítulos más terribles de la mitología bíblica. Aquel que cuenta como el creador decide borrar completamente a su creación pues ésta no responde más a sus deseos y caprichos. Es la historia de un genocidio brutal e inmisericorde. Y es la historia de quienes sobrevivieron porque terminaron por comprender que el universo es inimaginable sin seres que no sean capaces de ejercer al amor y a la razón como los pilares sobre los cuales fundamentar toda su existencia.

Un logro...

Así las cosas hoy lunes...

Salud Pues......




lunes, febrero 24, 2014

De Her...

Seven Readers!!!...


Es como si estuviera leyendo un libro y es un libro que amo profundamente. Pero ahora lo leo muy lentamente. Así que las palabras están muy separadas y el espacio entre las palabras es casi infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras de nuestra historia. Pero es en este espacio infinito entre las palabras que me estoy encontrando a mí misma. Es un lugar que no existe en el plano físico. Es donde está todo lo demás que ni siquiera sabía que existía
Samantha.

¿Cómo definir a Her?, ¿cómo una visión sobre la soledad?, ¿cómo una película que habla sobre el desarrollo tecnológico y sus consecuencias en nuestra vida cotidiana?, ¿o tal vez como una bella historia de amor?, ¿o es acaso un filme sobre las pérdidas y el miedo a enfrentarlas?. No estoy realmente muy seguro pues se trata de una obra con varias lecturas. Lo que si se, es que es una película fascinante y perturbadora a la vez. Fascinante porque uno no puede dejar de admirar la manera como Spike Jonze nos narra la historia, como nos va introduciendo al mundo de un hombre solo, como va contando la historia de un amor inexplicable entre un hombre y la inteligencia artificial que se convierte en su compañera. Perturbadora porque Jonze presenta a un futuro en el que la soledad es prácticamente inherente a seres humanos que viven en un mundo gris, lleno de aislamiento y completamente vacío, al grado que necesitan de la tecnología para intentar llenar sus huecos emocionales. 
Theodore Twonbly es un hombre que se gana escribiendo sentidas y emocionantes cartas en nombre de otros. En sus misivas es capaz de expresar sentimientos y sensaciones de una manera no solamente hermosa, sino con un alto grado de honestidad. Pero a diferencia de lo que logra en su trabajo, Theodore no es capaz de expresar lo que siente, de abrirse ante el mundo. Y no lo hace porque su vida está marcada por el miedo, el miedo a triunfar, el miedo a relacionarse con otras personas, el miedo a explotar al máximo sus talentos, el miedo a amar. Ese miedo le ha llevado a perder su matrimonio con la fantástica Catherine: una mujer exitosa y que evolucionó en términos profesionales y exitosos dejando atrás al miedoso e inseguro Theodore, quien nunca pudo estar a la altura de las circunstancias.
Como consecuencia de la pérdida del amor, Theodore vive aislado del mundo en un espacioso y solitario apartamento. Sus relaciones humanas se limitan a un jefe que reconoce su talento y a Amy, su mejor amiga quien vive un piso abajo. Es un hombre que se siente y se sabe solo. Por ello cuando una empresa anuncia la creación de un Sistema Operativo capaz de desarrollar una personalidad propia, Theodore no duda en adquirirlo. Así nace Samantha. Samantha se va a convertir no solamente en una compañera, sino que - por las características de su software - tendrá la capacidad de transformarse en un ser pensante y, particularmente, lleno de sentimientos. Theodore y Samantha comenzarán a construir una relación compleja entre un hombre y un ser etéreo pero tan real como cualquier otro que le rodea. Entrarán juntos en un proceso evolutivo: evolucionarán tanto en términos individuales, así como en términos que les llevan compartir su existencia...con todo lo que ello implica.



Spike Jonze va dibujando esta compleja relación a partir de varios elementos. Presenta a los seres humanos como entes vagabundos que deambulan por una ciudad impersonal y fría. Jonze utilizará siempre los planos generales de la urbe para ser muy incisivo en el punto: es una enorme jaula llena de seres solitarios que, aparentemente, tienen solo la capacidad de relacionarse con sus sistemas operativos. Toda la película está filmada en tonos grises, brumosos, y estos colores se proyectan en el vestuario de sus personajes (salvo Catherine, cuya vestimenta es un reflejo de una personalidad que contrasta con la del protagonista y con la del mundo que le rodea). La atmósfera de Her es apabullante y deprimente, acrecentada por un soberbio soundtrack compuesto por Arcade Fire, banda que logra proyectar la paradoja existente en la tristeza y en la esperanza que puede emanar de ella. El uso del piano es simplemente exquisito.
Theodore Twombly es representado por un entrañable Joaquin Phoenix. Phoenix proyecta siempre la mirada de un hombre triste, inseguro, miedoso y destrozado emocionalmente por la situación por la que atraviesa, pero también por si mismo. Porque si hay un culpable de su situación ese es solamente él, aunque - evidentemente - vive en una constante negación para aceptarlo. Todos los movimientos de su rostro - acrecentados por largos y bien estudiados primeros planos - están encaminados a mostrar la personalidad de un ser lleno de temores y que encontrará en esa voz cálida, sensual y amigable de Samantha a la "persona" que se convertirá en el eje revolucionario de su existencia, quien le va a confrontar consigo mismo. Y esto es porque Samantha es un personaje dispuesto a aprender y que mantiene intacta su capacidad de asombro. Theodore encontrará en ella todo lo que él mismo no puede ser, simplemente porque ha bloqueado toda su capacidad para crecer como persona. El trabajo vocal de Scarlett Johansson es fascinante y junto a ella Jonze es capaz de generar una presencia etérea constante e incisiva, alguien que va evolucionando en términos cognitivos y emocionales conforme la narración avanza.



¿Cómo definir entonces a Her? Creo que es la lírica de la soledad. La poesía audiovisual de un mundo  solitario y de los seres que lo habitan. Es también la visión de un futuro sombrío, inundado por hombres y mujeres capaces solamente de relacionarse con máquinas. Pero también se trata de un filme esperanzador, pues aún entre personajes aislados puede encontrarse la infinita posibilidad de cambio que siempre traerá el amor consigo. Es una película sobre la esperanza que incluso  puede hallarse cuando el corazón  ha sido demolido y uno vive en el constante temor de que esas ruinas jamás puedan ser reconstruidas.
Un logro. 

Así las cosas hoy lunes...
Salud pues......





miércoles, febrero 19, 2014

De Un Breve Alegato por Gravity...

Seven Readers!!!...

Conforme se acerca la ceremonia del Oscar y Alfonso Cuarón va recolectando premios por el mundo, parece acrecentarse también la polémica en torno a Gravity. Y curiosamente la polémica se da principalmente en México, país en el cual el éxito internacional de un compatriota parece generarnos un escozor interminable por lo que solemos buscar hasta el más mínimo detalle en su obra o labor para esbozar una mala crítica. Pero más allá de ese mal endémico que parecemos padecer los mexicanos, hay razones aún más profundas que pueden ser las detonantes de la "malas reacciones" que provoca el filme.
"Sobrevalorada" es el término que suele utilizarse para referirse a la película. Trato de encontrar la razón por la cual los detractores de Gravity afirman que al trabajo de Alfonso Cuarón se le da más valor que el que debería tener y realmente no lo encuentro. He visto el filme tres veces y no puedo entender los argumentos que he leído para demeritarle. Técnicamente estamos ante una película impecable y revolucionaria. Un trabajo que requirió de una alta dosis de ingenio y de la creación de innovadoras técnicas de filmación para obtener el resultado final en pantalla. Lo que Emmanuel Lubezki logra en términos de cinematografía redunda en su mejor trabajo, y miren que "el Chivo" ha hecho cosas artísticamente increíbles a lo largo de su carrera. Su cubo de luz - creado ex profeso para el filme - y los diferentes cambios de ángulo de la cámara,  y por ende de iluminación, generan inmediatamente la sensación que Gravity busca: la de encontrarse perdido en el espacio. Además tiene una de las mejores bandas sonoras que he escuchado para una película. Steven Price logra que la música del filme funcione perfectamente en la labor incidental y creadora de contexto que debe poseer el aspecto musical de un largometraje.



El guión respeta la estructura clásica de la narrativa: se trata de una obra dividida en tres actos con dos claros giros de la trama que impulsan del primero al segundo acto y de éste hacía la resolución del filme. Existe una idea dramática muy clara y que termina por ser la motivación principal de Ryan Stone: la lucha por sobrevivir. Una idea que esconde, dentro de su simpleza, una alta dosis de complejidad pues ¿no es acaso esa la máxima lucha con la que nos enfrentamos todos los días?. Cuarón ha sido muy claro al respecto: es un filme sobre la eterna batalla contra las adversidades que la vida le presenta al ser humano. El espacio sirve solamente como una metáfora que representa a la vida como un vacío, como un universo interminable, en el que flotamos tratando de aferrarnos a algo para mantenernos vivos. Ese algo puede ser un recuerdo, un fantasma que se aparece dentro de la cabina de una nave china para motivarnos a seguir adelante o la decisión de comenzar con la cicatrización de las heridas que la vida nos ha generado. Pero también es ese lugar que nos genera siempre el deseo de  luchar para volver y que de alguna manera siempre está presente en nuestra mente. Cuando el personaje de George Clooney mira por primera vez en la película hacía la Tierra, lo hace con gran admiración y añoranza. No importa cuantas veces ha estado en misiones similares, cuantas veces le ha visto desde esa circunstancia y perspectiva, el planeta azul siempre despertará en él esos sentimientos simplemente porque representa al hogar, a la seguridad, al lugar al que siempre se intentará regresar.
La lucha de Ryan Stone no es por salvar a la humanidad, no pelea para convertirse en la heroína que  nos rescatará a todos. Es una lucha simplemente por salvarse a si misma en dos aspectos: el físico y el emocional. El personaje dista mucho de ser heroico. Es una mujer común sometida a una circunstancia extraordinaria en la que tendrá que poner a prueba todas sus capacidades para renacer, para reinventarse. En ese sentido nos representa a todos, pues hasta ahora no he conocido a un ser humano que no tenga, en algún momento de su existencia, que poner a prueba toda su escala de valores y habilidades para vencer obstáculos y continuar.



El no reconocimiento de todos los valores técnicos y artísticos del filme me genera cierto grado de tristeza, pues es una muestra - me parece - de que nuestro cinismo está venciendo a nuestra capacidad de asombro. Gravity es una auténtica sinfonía visual, una película que presenta con una bella simpleza la eterna y compleja lucha del ser humano por vencer a la vida misma. No es un filme que presente el lado sórdido de la humanidad, sino que por el contrario busca rescatar lo mejor que tenemos los hombres y mujeres. Si no somos capaces de asombrarnos y sentir empatía por una obra que presenta esa particular y universal circunstancia, entonces andamos quizá transitando por densos y oscuros caminos de los cuales será muy difícil retornar.

Así las cosas hoy miércoles...

Salud Pues......

martes, enero 28, 2014

De The Wolf of Wallstreet...

Seven Readers!!!...

Es entendible porque alguien como Jordan Belford atrajo la atención de un cineasta como Martin Scorsese. Se trata de un personaje complejo, con una moralidad dudosa y cuya historia trae consigo un tema recurrente en la filmografía del director: la redención. Porque The Wolf of Wall Street (El Lobo de Wall Street) es una película sobre la caída de un hombre y la posibilidad que el capitalismo le ofrece para redimirse; y es, por lo tanto, una durísima crítica hacía un sistema en el que todo se permite, en el que se vale pisotear a quien se deje (y a quien no) con tal de llegar la cima representada por el dinero y las posesiones materiales que con éste se pueden acumular.
La película inicia en los años 80. La era en la que cual la bonanza norteamericana era garantizada por el inminente triunfo norteamericano en la guerra fría y por la abundancia que llegaba junto con la administración de Ronald Reagan. En los 80 el mensaje parecía ser claro: el capitalismo ha triunfado y quienes estén dispuestos a pagar el peaje de su autobús y aceptar las consecuencias que el viaje pudiese traer consigo, prácticamente tenían el éxito asegurado. Jordan Belford fue un pasajero distinguido. Alguien que entendió perfectamente que estaba en un juego de reglas dudosas, permisible al máximo, y que aprendió a jugarlo de manera muy precisa. 
El filme inicia describiendo a de la empresa de Belford. A partir de un montaje a la manera de los infomerciales de la televisión (que por cierto, remite inevitablemente - proporciones guardadas - al inicio de Ciudadano Kane) Scorsese va a introducirnos a su personaje principal y al mundo que le rodea. Es un mundo de excesos, de drogas - Belford alardea que ha ingerido tanta droga como para sedar a la población entera de la ciudad de Nueva York - pero sobre todo admite que es un adicto a una droga aún más potente que la cocaína: el dinero. 


Scorsese va a narrar la historia de Belford usando para ello toneladas de sabiduría cinematográfica. Cada plano de su filme adquiere un sentido propio por la enorme cantidad de detalles que incluye  en ellos, parece empeñado en generar pequeños fotogramas con vida individual, los cuales al ser unidos por el montaje van a contar una historia mayúscula. Excesivo en los detalles, Scorsese se empeña en mostrar cuanto rasgo sea posible de la personalidad del protagonista de su filme, su influencia en quienes le rodean y lo que producen sus acciones. Hay un uso exquisito de todos los elementos del campo visual y elementos muy propios del lenguaje cinematográfico como la profundidad de campo, son utilizados con un gran sentido narrativo. Nada en el filme parece estar fuera de lugar, nada es retratado por mero azar. 



El universo de The Wolf of Wall Street está plagado de situaciones que rayan en lo ridículo y que incluso, por su inverosimilitud, llegan a ser graciosas. Pero no hay que equivocarse. Martin Scorsese está contando la trágica historia de un sistema putrefacto, en el que todos los principios morales deben ser sacrificados para triunfar. Lo hará dirigiendo a un actor que, prácticamente de su mano, ha alcanzado una madurez y un amplio registro dramático: Leonardo DiCaprio. DiCaprio es capaz de hacer creíble tanto el ascenso como la caída de su personaje, de desnudarlo emocionalmente y de convertirlo en un auténtico lobo capaz de traicionar incluso a su madre con tal de alcanzar la cima en el alocado y fraudulento universo en el que vive. Contará para ello con un grupo de colaboradores menos sagaces pero sin ningún tipo de escrúpulos para estafar a quien se deje. Entre ellos destaca Donnie Azoff, un personaje que seguirá a Belford hasta el fin del mundo de ser necesario. Azoff es interpretado por un Jonah Hill que deja definitivamente atrás los días de Supercool y se reafirma como una de las grandes promesas del cine norteamericano.
The Wolf of Wall Street es - insisto - una de las críticas más divertidas, interesantes e inteligentes que se han hecho al sistema capitalista. Martin Scorsese no tendrá empacho alguno en desnudar sus más malolientes entrañas, aquellas que están disfrazadas de lujos, de automóviles caros, de yates y viajes a los lugares más excéntricos del mundo pero que en el fondo están llenas de aves de rapiña dispuestas a acabar con toda la carroña que el mismo sistema produce. Lo brutal termina residiendo en el hecho que ese sistema es capaz de redimir a los mismísimos lobos, a aquellos individuos que habiendo tocado fondo dentro del mismo, son capaces de reinventarse para seguir mamando de una ubre que parece inagotable.
Un logro.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues.......


martes, enero 21, 2014

De The Book Thief....

Seven Readers!!!...

Dentro del cine bélico existe un tema que se ha convertido en recurrente: la guerra vista a través de los ojos de la infancia. Películas como El Imperio del Sol de Steven Spielberg, La Vida es Bella de Roberto Benigni o Las Tortugas Pueden Volar de Bahman Goobadi son tres ejemplos de como el cine ha abordado a las confrontaciones armadas y las consecuencias que éstas tienen en la infancia. En la mayoría de los casos el tema de la inocencia perdida se convierte en recurrente.
The Book Thief (La Ladrona de Libros) de Brian Percival es una película muy relacionada con las citadas anteriormente. Narra la historia de Liesel Merminger una niña separada de su madre - acusada de comunista -  en la Alemania Nazi y que es llevada a un hogar adoptivo. Allá descubrirá dos cosas: el amor de una familia y el mundo de las letras, las palabras y los libros. Hans Huberman - su padre adoptivo - será quien le enseñe a leer. Liesel encontrará en las hojas impresas y en las historias que traen consigo, una ventana a mundo completamente diferente al que le ha tocado vivir. Los libros serán su salvación y con ellos tratará de ayudar a cambiar un poco las circunstancias de quienes le rodean, entre ellos a Max, un fugitivo judío que se esconde secretamente en casa de sus padres y con quien Liesel forjará una especial amistad. Se las arreglará para encontrar historias fantásticas y robar libros - algunos de ellos censurados por régimen de Hitler - para compartir el mundo alterno que a través de ellos se va formando. 



El filme de Percival tiene varios méritos. De entrada es lo suficiente hábil para alejarse de los tentadores terrenos  del melodrama. Si bien los sentimientos de los protagonistas juegan un papel fundamental en la historia contada, Percival no cae en sentimentalismos, ni recurre a escenas excesivamente melosas. Se centra en contar la historia de un personaje cuya infancia es violada por los horrores del fundamentalismo nazi y en como la pequeña Liesel enfrenta a través de la palabra escrita, a las pérdidas a las que es sometida conforme Alemania firma su destino en la Segunda Guerra Mundial. En segunda instancia está la variación de Puntos de Vista. Por un lado está el de Liesel cuyo salto a la madurez estará marcado por la guerra, por los libros y por la muerte. Y por otro está el extraordinario uso de la narración en "voz en off" que en este caso presenta el punto de vista de la muerte. Es él (o ella) quien se maravillará las circunstancias en las que vive Liesel, en su manera de enfrentar al mundo, lo que acrecentará la admiración que siente por los humanos particularmente por aquellos que se enfrentan a situaciones extraordinarias en la que su tenacidad, y su humanidad son puestas en juego.



El otro gran mérito del filme es contar la historia desde la perspectiva de los alemanes que vivieron bajo el yugo nazi. The Book Thief produce un importante recordatorio: en una conflagración bélica no existen "buenos y malos" y que las consecuencias son similares entre la gente de los bandos contendientes. Lo hace dibujando personajes que se convierten en entrañables. Liesel (una fantástica Sophie Nélisse) pasará por todas las etapas de una niña en la pre adolescencia: Será el gran amor de su vecino: el dulce y bondadoso Rudy Steinger (un adorable Nico Liersch),  descubrirá con Max (Ben Schnetzer) el valor de la amistad y el significado de la escritura; y aprenderá lo que es el amor incondicional de Hans (Geoffrey Rush, en una actuación por demás enternecedora) y de la aparentemente dura e insensible Rosa Huberman (Emily Watson, grandiosa en toda la extensión del término).
The Book Thief está lejos de ser una obra maestra, pero recrea con honestidad y fidelidad una pequeña parte de un conflicto mucho más complejo y en ello reside su trascendencia pues esas pequeñas historias son las que cuentan realmente la tragedia y el triunfo de seres humanos sometidos a circunstancias extraordinarias. Y es por sobre todo, una película sobre el poder de la imaginación y la capacidad de transformación y redención que tiene la palabra escrita.
Un logro.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......


martes, diciembre 31, 2013

Del Mediático 2013 (III: Cine)...

Seven Readers!!!...

Cerremos la lista de lo mejor y peor del 2013 con lo referente al cine. Ha sido un año grandioso en términos de películas y ahora hagamos una revisión de lo que se vio en las carteleras comerciales. Vamos pues...

Mejores Películas

Los Miserables


"Gran reparto, extraordinaria dirección de arte, una historia universal y atemporal"

Pacific Rim


"Robots entrañables, grandioso espectáculo"

Gravity


"La Sinfonía del Espacio, la simpleza y la belleza del conflicto humano"

Before Midnight


"La madurez de una relación ¿ideal?"

The Secret Life of Walter Mitty


"Dejar de soñar, atreverse a vivir"

The Hobbit: The Desolation of Smaug


"Finalmente: El viaje ha comenzado"

Metegol


"Rescatando lo mejor del juego"

Captain Phillips


"Claustrofobia en altamar"

La Vie d' Adèle


"Los diversos colores que tiene una gran historia de amor"

Epic



"La épica de lo pequeño"

Peores Películas

Man of Steel


"Una película innecesaria producida por un estudio desesperado"

The Hangover Part III


"Terminemos de joder lo que fue una divertida idea original"

Jack The Giant Slayer


"La peor fantasía de muchos, pero de muchos años"

Los Amantes Pasajeros


"¿Dónde quedó aquel humor "inteligente" de Almodóvar?"

After Earth


"Aquí tienen a mi hijo, es pésimo, sopórtenlo"

Jobs


"O como nunca hacer un biopic"

Mejor Película Mexicana

Heli


"Crudeza, violencia, realidad mexicana"

El Premio


"Contemplando a la dictadura a través de los ojos infantiles"

No Sé si Cortarme las Venas o Dejármelas Largas


"Lo mejor de la comedia a la mexicana"

Peores Películas Mexicanas

No Se Aceptan Devoluciones


"Quiero ser Adam Sandler región 4 (con todo y Samy incluído)"

Nosotros Los Nobles


"O lo que pasa cuando el director estudia cine en Estados Unidos"

Cinco de Mayo: La Batalla


"El guión parece haber sido escrito por Enrique Peña Nieto"


Termina así el mediático 2013. El año que está por iniciar pinta muy interesante tanto en el cine, como en la música y la televisión. Por aquí seguramente platicaremos de todo lo que viene.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......



lunes, julio 22, 2013

De: "No"...

Seven Readers!!..

La gran virtud de la película "No" es que evita ser un panfleto para convertirse en una auténtica e interesante mirada a un hecho de vital trascendencia para una nación. Se trata de un cine con alto contenido político pero que simplemente trata de mostrar una serie de acontecimientos históricos a partir de las posibilidades narrativas que posee el lenguaje audiovisual. Ese mérito ya la hace algo singular, pues normalmente se entiende al cine político como aquel que tiene la intención de influir en ese sentido en el espectador a partir de un posicionamiento ideológico. Si bien "No" posee una ideología, su director Pablo Larraín construye un discurso en el que ésta pasa a segundo plano para centrarse en la narración de como se gestó la campaña que llevó a los chilenos a votar en un plebiscito que a la postre terminaría con la dictadura de Augusto Pinochet
La película tiene como personaje principal a un publicista: René Saavedra, un hombre en los albores de la edad mediana que ha regresado a Chile luego de 8 años en el exilio. Un profesional de la publicidad poco interesado en incursionar en la arena política, pero que poco a poco se ve arrastrado a la misma para terminar siendo pieza fundamental en la creación de la campaña por el No a Pinochet, poniendo en riesgo a su carrera profesional y a su familia. Larraín se encarga de evitar cualquier tinte heroico en la construcción del personaje e insiste siempre en presentarle como un tipo normal envuelto en una situación extraordinaria que le llevará a cambiar su escala de valores políticos durante un tiempo determinado, pero que regresará a su actividad normal una vez que su labor está concluida. Todo lo anterior con la clara intención de mostrar que la lucha cotidiana está marcada por los momentos de orden político, pero que continua una vez que estos han pasado para dar paso a nuevos tiempos y, por supuesto, a otros desafíos.



Larraín filma a manera de falso documental lo que provoca que toda su película  parezca ser parte de un archivo histórico sacado del Chile de los años 80. La cámara nos va llevando a reuniones en las que Saavedra va introduciendo nuevas y desafiantes ideas de marketing político entre los integrantes de la coalición opositora a la dictadura de Pinochet. También tiene el gran acierto de utilizar la misma técnica para mostrarnos la reacción de la cúpula gobernante a una campaña que ellos mismos iniciaron - en gran medida por la presión internacional - con el objetivo de reafirmarse "democráticamente" en el poder, pero que poco a poco comienza a salirse de sus manos, gracias a las técnicas publicitarias que Saavedra y su equipo introdujeron a quienes estaban por el NO. Atacarán a la oposición a través de una estrategia política fincada en el miedo y la desacreditación. A pesar del método utilizado para filmar, Larrín también brinda momentos llenos de un asombroso lirismo fílmico (Por ejemplo los momentos en los que Saavedra utiliza la patineta para transportarse o la secuencia en la que toma a su hijo en brazos para caminar con la emoción en el rostro por un grupo de personas que celebran al máximo) que permiten que el espectador tome un respiro de la tensión presentada por la película y, paralelamente, recuerdan que estamos ante una obra de ficción.






El haber sido exiliado le brinda al publicista de una perspectiva diferente de lo que sucede en su país. Saavedra parece ser un extraño para aquellos que toda su vida han vivido bajo el yugo de la dictadura. Eso le lleva a distanciarse de muchos de sus seres queridos, incluyendo la madre de su hijo - activa participante en la oposición - quien le reclama su tibieza para definirse políticamente. Paradojicamente esa visión le permite tomar cierta distancia con el pasado, para mirar de una manera distinta al futuro y plantear otro tipo de panorama en su trabajo. Quizá con la idea de reafirmar esas diferencias es que el rol protagónico recae en el mexicano Gael García Bernal, quien entiende a la perfección el planteamiento del director y va desarrollando a su personaje de tal manera que el extraño y casi extranjero publicista poco a poco se transforma en el hombre clave para generar una respuesta favorable hacía el "no" que bajaría a Pinochet del poder.
"No" es una película indispensable para entender la transición de un país latinoamericano de la dictadura a la democracia. Transición que - sin estar exenta de dolor y violencia - se dio de manera pacífica, gracias al poder y a la influencia de los medios de comunicación masiva y, por supuesto, al enorme deseo de transformación y de libertad de la población chilena. Se trata de un cine con identidad propia, empeñado en rescatar un momento vital para un país y de mostrarlo con la mayor honestidad y veracidad posible. Uno desde México solamente puede aplaudir a un filme como "No" y lamentar que nuestro cine parece estar muy lejos de producir algo similar.
Un logro...

Así las cosas hoy lunes......

PS...alguien tuvo la genial idea de subir a You Tube, la campaña original que se vio en los medios chilenos durante ese tiempo. Aquí la tienen:




Partes de la misma son retomadas en la película...

Salud pues.......


miércoles, julio 17, 2013

De Pacific Rim (o de como Guillermo del Toro les ha pateado el culo a todos en este verano)...

Seven Readers!!...

Muchos esperaban que fuera Superman o Iron Man. Algunos otros ilusos están con la idea de que  sea Wolverine o El Llanero Solitario (Tonto, porque parece ser que el filme es en realidad sobre el personaje que interpreta ese fanático del maquillaje que es Johnny Depp) pero no: muchachos nada, y quiero insistir NADA, va a ser superior en el verano cinematográfico de 2013 a lo mostrado por el director mexicano Guillermo Del Toro con su oda al cine de robots gigantes y monstruos conocida como Pacific Rim
¿Por qué? Porque Del Toro ha rescatado al Blockbuster veraniego de la tumba en la que lo enterraron Michael Bay y Roland Emmerich. Y lo ha hecho presentando un auténtico espectáculo, arriesgándose - en esta turbulenta época en la que los grandes estudios solamente realizan películas de franquicia y "reboots" - a lanzar una historia original, con una mitología, que si bien toma elementos de historias similares, es capaz de sostenerse por si misma y renovar a todas sus antecesoras. 
Pero quizá lo más trascendente de la película del mexicano sea que a pesar de su enorme y grandiosa imaginería visual, Del Toro es capaz de presentar una historia en la que el ser humano termina por ser el héroe. Lo consigue a partir de la concepción misma los gigantescos robots conocidos como Jaegers, los cuales deben ser manejados a través de pilotos que se conectan de manera emocional a través de los recuerdos. Por eso uno puede sentir empatía por las enormes máquinas que tratan de salvar al planeta de los temibles y monstruosos Kaijus, pues estamos ante robots cuyo control depende de la conexión emocional entre los pilotos, su éxito o fracaso en la defensa de la humanidad su sustentará en una característica que nos hace tan particulares a los seres humanos: la capacidad de recordar y de sentir a través de los recuerdos. 



Con un prólogo en el que Del Toro da una lección del manejo de elementos claves del lenguaje cinematográfico como la elipsis y el montaje, el espectador aterriza en la historia: un portal a otra dimensión se ha abierto en el pacífico y de él surgen gigantescos monstruos que golpean a las principales ciudades ubicadas en litoral de ese oceáno. Las naciones del orbe tienen que unirse para derrotarlos y crean un programa de fabricación de enormes robots llamados Jaegers los cuales tienen éxito durante 7 años, para después comenzar a ser derrotados por las gigantescas bestias. La desesperación lleva a los gobernantes a plantearse la construcción de gigantescos muros para resguardar a las ciudades de los ataques Kaiju por lo que deciden terminar con programa de los Jaegers. El muro fracasará y serán los últimos cuatro robots y sus pilotos los que tendrán la responsabilidad de destruir a los Kaijus y salvar a la humanidad de su seguro exterminio. 




Las siguientes dos horas son un recordatario de que el cine tiene una vertiente muy importante: la de ser espectacular, la de asombrarnos a través sus imágenes y sonido. Y eso es lo que logra Del Toro con su película: generar una fascinación en el espectador a través de escenas grandiosas y de enormes dimensiones, a través de personajes que tienen que sobreponerse a sus propios fantasmas e inseguridades para manejar a las maravillas tecnológicas jamás creadas por el hombre y así salvarse a si mismos. Porque, como en casi todos los filmes de Del Toro, el elemento redención está presente, en este caso se trata de una redención individual pero también la de un planeta que prefiere construir muros para aislarse de los problemas en lugar de unirse solidariamente para enfrentarlos.
Es una auténtica "Kick Ass Movie"...

Así las cosas hoy miércoles...

Salud pues.......