jueves, mayo 29, 2014

De: La Radio en Yucatán: ¿A qué sonamos?....

Seven Readers!!...

Dos casualidades sucedieron hoy. 
La primera: se terminó la pila de mi Ipod y ello me obligó a escuchar la radio en el auto. Fue algo muy triste. Sintonicé una estación de reciente creación y para mi sorpresa sigue utilizando un slogan que desde hace años usa la radio universitaria local. Me pareció increíble; o los diseñadores de la imagen sonora de la frecuencia nunca han escuchado radio o no conocen el significado de la palabra plagio. 
La segunda: me encontré con artículo que hace algunos años escribí para una muy buena revista local - la cual lamentablemente dejó de circular - que pintaba un panorama de la radio yucateca. Lamentablmente y luego de mi experiencia de hoy, creo que el texto sigue vigente por lo que he decidido subirlo al blog y ponerlo a su consideración. Espero sus comentarios.

La Radio en Yucatán: ¿A qué Sonamos?

El oído es la mitad del Poeta y acepta las fantasías, que los otros sentidos rechazan. Cierre los ojos sin miedo: los oídos no tienen párpados y la radio mantiene abiertos, los ojos de la mente.
(Spot de La Tribu FM, de Argentina)

En unos 200 años, historiadores y antropólogos van a estudiar a nuestra sociedad actual. Y es probable que cuando comiencen su labor de interpretación del ser humano de la primera década del siglo XXI, acudan a documentos de carácter audiovisual. Las canciones, las películas, los programas de televisión serán indispensables  para que las generaciones futuras puedan entender quienes fueron y quienes son.
Seguramente esos investigadores del futuro van a toparse con un medio de comunicación que tuvo mucho auge a principios del siglo XX y que fue reinventándose  hasta llegar al XXI dueño de un lenguaje propio, pero en gran medida desaprovechado: se toparan con la Radio. Y los sonidos que se encontrarán serán los que les permitan dibujar el paisaje sonoro de toda una época. Lo lamentable, es que cuando ese momento llegue, el trazo que se hará de la radio yucateca hablará de un sonido uniforme, distante quizá al que se encuentre en los archivos sonoros de otras latitudes.
Esto tiene varios factores, pero todos convergen en el mismo: un lenguaje desaprovechado, hundido en lo uniforme. Si nos preguntamos ahora ¿A qué sonamos? La respuesta sería: a lo mismo. No existe actualmente en nuestro cuadrante diversidad sonora. Las estaciones se repiten en términos musicales, en estilos de locución y en el uso de los elementos propios del lenguaje radiofónico. El resultante es una falta de creatividad preocupante. Parecería que nos hundimos en un conformismo radiofónico lejano a lo que sucede en el resto del mundo. En Yucatán tenemos una radio poco interesada en formar parte de la cultura global característica de este inicio de Siglo. Y lo que es peor: es una radio que no apela a generar efectos de sentido en el oyente. Es una radio alejada de la imaginación, la emoción y la razón. Estos son los tres elementos que de acuerdo a José Ignacio López Vigil[i], le dan vida al lenguaje radiofónico. La imaginación, representada a través de los efectos sonoros; la emoción, representada por la música; y la razón, cuyo máximo exponente es (o debería ser) la voz humana.
Los efectos sonoros van directo a la imaginación del oyente. Le permiten crear en el cerebro imágenes acústicas que le acercan a la realidad. Su uso crea atmósferas, contextos. La buena música genera un lenguaje emotivo, nos toca en las entrañas, nos acaricia el corazón. Y la voz  utiliza un elemento sumamente poderoso: la palabra. La palabra es la que genera sentido, y es la que apunta directamente a la razón del oyente.
Pensemos entonces en nuestra radio: ¿Cuántos programas utilizan a los efectos sonoros para estimular a nuestra imaginación? ¿Cuánta de la música que escuchamos en el cuadrante radiofónico yucateco, está programada con inteligencia, con sentido artístico, con la idea de emocionar al radioescucha, de alimentar a su espíritu? ¿Cuántas de las miles de palabras que escuchamos todos los días a través del dial, están estructuradas de tal manera que estimulen nuestra capacidad de pensar, de razonar, de proponer?. Parecería que nuestras estaciones estructuran su lenguaje pensando en un público uniforme, poco inteligente y dispuesto a consumir prácticamente cualquier cosa que se ponga al aire.
La realidad es otra. Se ignora – quizá adrede -  que nuestra plaza es cada vez más diversa. Que por las calles yucatecas, caminan seres humanos con las más variadas ideologías, gustos y aficiones. Nuestra mayor riqueza cultural la conforma esa diversidad. Y esa riqueza hoy se encuentra prácticamente ignorada por el medio radiofónico.




En nuestro cuadrante radiofónico existen conviven dos modelos de radiodifusión: la comercial y la de servicio público.
En el modelo comercial o capitalista, la homogenización discursiva es evidente. Predomina la misma fórmula: una estructura formal y repetitiva que actúa a la manera de un sólo programa durante todo el tiempo que la estación está al aire. Los locutores son animadores, personajes dedicados a mantener el interés del radioescucha no por tener una propuesta discursiva inteligente, sino por ser merolicos que pretenden simplemente que el radioescucha no cambie de frecuencia y así los spots comerciales – verdaderos protagonistas de la radio comercial – sean objeto de consumo por parte de quien sintoniza a las estaciones. Para estas estaciones, el radioescucha está representado por una masa de consumidores y su programación olvida la responsabilidad social del medio, no solamente en términos informativos, sino formativos: es una radio que no genera diversidad, por ende, no refleja a la cultura de nuestros tiempos.
En la radio de Servicio Público, pueden encontrarse algunos oasis de diversidad sonora, pero en términos generales es una radio estancada en viejos modelos de producción. No ha sido capaz de renovarse, de entrar al siglo XXI con una programación diversa. Se presentan como medios alternativos, cuando están muy lejos de ese camino, pues su discurso  es residual o busca activar ideas del pasado y “éstas pueden ser igual o de dominantes o autoritarias que aquellas ideas del presente que el discurso alternativo folclórico pretende cambiar”[ii] Es decir la radio de servicio público yucateca, ha coadyuvado a mantener los discursos que históricamente han buscado mantener una idea dominante y uniforme en nuestra sociedad. Podrá presentarse como “una alternativa” pero no lo ha sido por que lo alternativo es sinónimo de ruptura, y cualquier intento de romper con la ideología de antiguos modos de producción de la radio de servicio público en el estado, ha sido interrumpido o coartado.
Pero ambos modelos han olvidado a la dimensión artística de la radio.
La radio es ante todo una forma de manifestación artística capaz de estimular al máximo a la imaginación, al ojo escondido de nuestro cerebro. Se estimula a través de un lenguaje que tiene la posibilidad de ser descriptivo, narrativo, sensorial. La dimensión artística de la radio le hace ser un medio visual. El cuadrante yucateco ha olvidado que la radio puede hacer que veamos a través de nuestro oído y que el ejercicio cerebral que se desprende del arte radiofónico puede generar a radioescuchas más dispuestos a ejercitar a ese ojo con ejercicios que les vuelvan más receptivos, más participativos, más críticos. Y esta dimensión tiene que venir acompañada de la pasión por el medio.
¿A qué suena la radio en Yucatán? A un medio desapasionado. Para hacer radio se necesita ante todo sentir amor por el lenguaje radiofónico y sus posibilidades. Hay que sentirlo por dentro, meterse en su magia. Ese es el primer paso para transformar a la radiodifusión estatal. Así, con pasión por hacer una radio inteligente y diversa, se podrá cambiar el curso por el que actualmente se navega en el cuadrante yucateco. Sólo así nuestra radio podrá salir de su atraso y entrar a la carretera de la globalización, tratando de influir desde lo local en esa amplia y diversa universalidad en la que hoy nos encontramos a pesar de que nuestra radio parezca estar empeñada en ignorarla.






[i] López Vigil, José Ignacio “Manual Urgente Para Radialistas Apasionados” Paidós, Madrid, 2002
[ii] Amann, Beatriz y Da Porta Eva (compiladoras) “La necesidad de repensar la comunicación alternativa” Octubre de 2008.

Así las cosas hoy jueves...

Salud pues......

viernes, mayo 23, 2014

De Los Insólitos Peces Gato...

Seven Readers!!...


We’re just two lost souls swimming in a fish bowl, year after year

En Wish You Were Here, Pink Floyd decía que los seres humanos somos peces que damos vueltas una y otra vez en la misma pecera. Waters y Gilmour – los perpetradores de la canción – tal vez se referían a esos espacios pequeños y claustrofóbicos de las grandes ciudades, espacios en los que la existencia transcurre entre dosis de felicidad, tristeza, melancolía, vida y muerte.
En Los Insólitos Peces Gato, la directora Claudia Sainte –Luce va a utilizar la misma premisa para situar a su película. Los espacios de la misma serán pequeñas peceras en las que el azar genera el encuentro de personajes enfrentados al terror que suele estar implícito en las rutinas de la vida cotidiana. Los protagonistas del filme nadan en el interior de estas pequeñas jaulas encontrándose y tratando de hallar el apoyo necesario para enfrentar a fantasmas personales y colectivos que les acechan de manera constante.



Saint – Luce presenta a su personaje principal con gran manejo de la narrativa y las técnicas cinematográficas. Vemos a una joven mujer que vive en un cuarto extremo, con manías como la de separar los colores su cereal, las hormigas agradecen la comida y siguen a la chica mientras camina por las calles de la ciudad. Hasta ese momento no le hemos visto el rostro. Saint  - Luce, toma detalles de su persona: su cabello ensortijado, su lento y tortuoso caminar, su ropa informal. Se mueve entre pecera y pecera, solitaria e ignorada por el resto del mundo, hasta que un día el azar le juega una de sus cartas y un dolor abdominal se convertirá en una apendicitis que la lleva a la cama de un hospital público. Junto a ella, víctima de una recaída producida por el SIDA que padece, se encuentra una madre de familia rodeada de sus hijos. Es hasta entonces cuando el espectador sabrá que la joven se llama Claudia y también conocerá a Martha y a su familia de 4 hijos: Alejandra, de un poco más de veinte años quien ha asumido la misión de sustituir a la madre pero sus propias carencias emocionales e inmadurez no le permiten ser el pilar que su familia necesita. Wendy, una adolescente con problemas de sobrepeso y tendencias suicidas y Mariana y Armando, dos niños arrastrados por la tragedia que vive su familia y cuya infancia ha sido trastornada por la misma. Al salir del hospital Martha invita a comer a Claudia a su casa. Es a partir de ese momento en el que la solitaria chica se convertirá en el eje faltante de la familia que vive en esa pequeña pecera, su punto de vista también será el del espectador y junto a ella nos adentraremos a un tren de vida cotidiano, lleno de las pequeñas felicidades que hacen de la existencia algo llevadero, lleno de esas tragedias personales con las que los peces humanos tienen que lidiar todos los días, nadando de pecera en pecera, de una cotidianidad a otra, en medio de circunstancias tan normales que suelen ser realmente terribles.
El trabajo de casting es admirable. Las enormes capacidades histriónicas de Ximena Ayala (Claudia) se ponen de manifiesto al dar vida a un personaje casi catatónico, inmerso en una soledad apabullante y enfrentado accidentalmente a una circunstancia de vida que terminará por hacer suya. Las miradas de Ayala son inquisidoras, empáticas y tremendamente reveladoras. Camina con una inseguridad contagiosa, como si cada paso representara un movimiento más hacía arenas tan movedizas que inevitablemente se la terminarán tragando, aunque ello no necesariamente sea algo contraproducente pues, por el contrario, en el fondo de esas arenas tal vez termine finalmente encontrando ese sentido de pertenencia que tanto necesita. Lisa Owen (Martha) genera también una actuación memorable. Vive la tragedia de muchas mujeres que en este país han sido contagiadas por el SIDA debido a la promiscuidad de alguna de sus parejas. Ha terminado por aceptar su destino como algo irremediable aunque trata al máximo de no hacerlo evidente para sus hijos. Derrama la cotidianidad de una madre de familia de clase media, desesperada por encontrar la manera de hacer que sus hijos enfrenten a la vida y tengan éxito en ella incluso cuando lo inevitable suceda.



Los Insólitos Peces gato es una película sobre la vida cotidiana. Sobre una familia maravillosamente disfuncional, sobre una mujer que encontrará finalmente el lugar al que pertenece. Es una película que retrata con enorme honestidad y belleza a la simpleza y complejidad de las circunstancias a las que los seres humanos se enfrentan diariamente y al triunfo diario que muchas significa el terminar venciéndolas.
Un logro. 

martes, abril 29, 2014

De The Amazing Spiderman 2...

Seven Readers!!!...

Química. Química es la palabra. La química entre dos actores no es algo fácil de conseguir. En ocasiones se logra a partir de un gran trabajo del director de reparto que con gran ojo se da cuenta, desde la etapa de  pre - producción, que dos actores van a funcionar muy bien juntos en la pantalla. En otras, es el resultado de un gran trabajo de dirección. Y claro, está esa química que surge de manera natural cuando dos personas se juntan, conviven, trabajan. El tema con The Amazing Spiderman 2, es que parece ser que las tres condiciones generadoras de química están presentes a lo largo del filme. Por ello uno no puede dejar de mirar, de gozar y de sufrir junto a Peter Parker (Andrew Garfield) y Gwen Stacy (Emma Stone), por ello la película se terminará convirtiendo en un clásico, pues esta química la hará atractiva a cualquier público y no solamente al aficionado al cine de súper héroes.
Si algo se le agradece a Marc Webb  en la segunda parte del relanzamiento del simpático arácnido, es que la da un lugar privilegiado a la historia y al desarrollo de los personajes protagonistas del filme. No toma el camino fácil del artificio y de los efectos especiales digitales (lección de cine para Michael Bay y todos sus discípulos)  sino que se preocupa por la narración de la historia de un chico atormentado por su columpiador alter ego y por las consecuencias que éste le pueda traer al objeto de su afecto, a la chica de sus sueños. Ese será el eje de una trama en la que aparecerán grandes villanos que pondrán a prueba las capacidades de Spiderman, al exigirle un uso máximo de sus habilidades para poder salir avante en las terribles batallas que sostiene en el filme con Electro, El Duende Verde y el genial Rhino



Todo lo anterior provoca algo muy importante: empatía por los personajes. Y cuando una película logra eso, estamos entonces ante un filme que ha logrado algo realmente importante. El gran mérito del The Amazing Spiderman 2 es su falta de pretensión (aprendan algo Christopher Nolan y Zack Snyder) en que consigue regocijarse en su propia historia, en lo delicioso de sus personajes, en los motivos de sus villanos y en la gran aventura del adolescente que fue picado por una araña radioactiva. 



Al final uno termina con un cierto grado de alucinación producido por el viaje fílmico de El Sorprendente Hombre Araña 2. Webb sienta las bases para una tercera entrega del personaje y logra crear expectativa ante lo que pudiera ser un encontronazo con otros personajes del universo Marvel. Pero sobre todo, me parece que consigue que todos aquellos que crecimos con Spidey como nuestro héroe favorito reafirmemos nuestro fanatismo, al mismo tiempo que  la película seguramente generará nuevos seguidores del tejedor de redes. 
Y esto es porque esta secuela es superior a la entrega anterior: The Amazing Spiderman 2 es un reencuentro con ese personaje juvenil, simpático y enternecedor que fue - en las historietas clásicas - el Hombre Araña. Es el perfecto ejemplo de que como se debe llevar al cine una de las tramas más queridas por los niños que alguna vez fuimos.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......

viernes, abril 25, 2014

De Tito...

Seven Readers!!...

Hay imágenes que perduran para siempre. Ésta es una de ellas:


El Barcelona de Guardiola, ese que ha sido considerado como el equipo que mejor ha practicado al fútbol en la historia, no puede entenderse sin esa figura en el banquillo a la que Pep recurría constantemente cuando necesitaba reafirmar una idea. Es la figura de Tito Vilanova. Si bien Guardiola era el director de la película culé, Tito siempre fue un grandioso guionista, un tipo que entendió perfectamente su papel en la narrativa  de aquel equipo de ensueño. 
Cuando Guardiola decide hacerse a un lado del Club, el relevo natural era Tito. Y Vilanova lo hizo estupendamente bien, se convirtió en el mandamás de la orquesta y el equipo incluso adquirió más profundidad en el campo con él en el timón. Ahí queda aquella Liga de 100 puntos y 115 goles como  una muestra de lo que parecía sería el Barça con Tito al frente, ahí queda aquel partido en el que Tito cumplió uno de sus sueños: alinear a 11 titulares egresados de La Masía. Pero al "Marqués" le pasó lo que a cualquier mortal: la vida. Y la vida le jugó una carta de esas que vienen escritas en un papel muy grueso, muy duro. El cáncer apartó a Vilanova de lo que parecía ser su destino y reescribió una historia que ha concluido el día de hoy. 
Se ha ido un tipo joven, triunfador y muy querido entre la plantilla y entre los aficionados del Barcelona. A los 45 años, Tito Vilanova jugó y perdió su último gran partido. Lo hizo jugando valientemente, como siempre, con la clase que le caracterizó tanto en su época de jugador, como en la que estuvo sentado en la banca de ese maravilloso equipo. 
A nosotros, a quienes aún seguimos en este camino, a quienes vimos lo que el tándem Guardiola - Vilanova construyeron en el Barça no nos queda más que estar agradecidos por lo hecho por Tito, por un tipo ejemplar, por un auténtico ganador. 

Así las cosas hoy viernes...

Salud pues......

martes, abril 01, 2014

De Un Apunte Sobre el Final de How I Met Your Mother...

Seven Readers!!...

(Este post quizá pueda dar indicios de que lo que ha sucedido al final de la serie. No son precisamente Spoilers, pero si no la han visto y planean hacerlo quizá deban detener aquí la lectura).

Algunos de nosotros podemos medir nuestras vidas en series de televisión. 
Si, ya sé, para muchos esta afirmación puede sonar como un desperdicio de tiempo y podrán argumentar - tal vez con gran razón - que la vida real está allá afuera, que hay mucho más en la existencia que una temporada de 22 capítulos. Pero cuando un producto audiovisual se conecta contigo, es inevitable no sentir que de alguna forma tu vida está mínimamente ligada a la ficción que ahí se cuenta. Por que lo interesante de todo relato ficticio es que en algún momento puede tocar ciertas fibras que lo conectan con la realidad propia. Cuando logra eso, los números de rating dejan de ser importantes y lo que estaba pensado para las masas, termina convirtiéndose en un asunto de carácter individual, en el que cada quien hace una apropiación de acuerdo a sus propios intereses, a su propia situación de vida.
How I Met Your Mother comenzó en 2005.  Aún me sigue pareciendo increíble que esta gran serie no haya tenido eco en América Latina. Canal Fox la programó en horarios infames, la dobló y nunca le dio el apoyo suficiente para convertirse en un gran éxito, por lo que para muchos de nosotros se convirtió en la primera serie que seguimos íntegra por Internet, lo que marcó la primera diferencia en relación a otros productos similares. 
Pero por supuesto no se queda ahí. How I Met Your Mother se convirtió en un producto de disfrute personal por dos razones fundamentales: era una simple historia cuyo mejor sustento eran sus personajes entrañables. Nunca tuvo la pretensión de cambiar a la televisión, nunca quiso ser revolucionaria. Por el contrario HIMYM se regodeaba en la simpleza de sus anécdotas y las hacía crecer gracias a Ted, Barney, Robin, Lilly y Marshall, personajes perfectamente definidos, indispensables y que reflejaban a un grupo compacto y diverso de amigos incondicionales. Eran una bandita como cualquier otra, como lo es quizá nuestra propia bandita. La segunda razón es el complemento de la primera: se trataba de retratar a seres ordinarios que atravesaban por diversas etapas de su vida en la eterna e indispensable búsqueda del amor. En otras palabras, eran personas que buscaban lo mismo que casi todos de los habitantes de este planeta. Cuando Ted Mosby conoce por primera vez a Robin Scherbatsky, se podía intuir que iba a venir una historia de amor y desamor, de encuentros, de desencuentros, de corazones rotos y de corazones que vuelven a unirse hasta encontrar a quien lo mantendrá para siempre en una sola pieza, en un estado de felicidad constante. Y ello va de la mano de un crecimiento, de un desarrollo tanto físico como emocional e intelectual. 



En los últimos minutos de la serie Lilly Aldrin busca con desesperación que sus amigos se mantengan unidos al menos en los momentos importantes, en aquellos que cuentan realmente para el anecdotario de la vida. Es probable que el tiempo ya no les deje verse con la regularidad permitida por años más juveniles, pero sabe que hay lazos que son irrompibles y que pueden superar a cualquier calendario, sabe que de eso se trata el estar vivos, que de eso se trata el amor que acompaña a la amistad verdadera. Y cuando uno entra a los albores de la madurez, cuando uno comienza a recorrer los primeros metros del último tramo, es cuando se entiende mejor una propuesta como la hecha por Lilly: no se trata ya de estar siempre, sino de saber cuando estar.
Siempre supimos algunas cosas: que Marshall y Lilly eran uno de esos extraños casos en los que el amor definitivo se encuentra en la juventud, que estarían juntos sin importar lo que les pasara en el futuro. Que Barney Stinson era un canalla adorable, alguien cuya fidelidad hacía sus amigos nunca estaba en duda y que iba a conocer al amor verdadero de la manera más inesperada. Siempre supimos que Robin iba a poner a su carrera por delante de todo, que iba a tener que pasar muchas cosas para estar con quien al final debería estar. Y, por supuesto, siempre supimos que Ted iba a conocer a la madre de sus hijos, que todas sus fracasos amorosos iban a ser recompensados por la dueña de un paraguas amarillo. 
Ayer terminó How I Met Your Mother y no puedo dejar de sentir un dejo de nostalgia al saber que no volverá en una nueva temporada. El final me ha parecido lleno de una ternura pocas veces vista en la televisión. No hay muchas series que se atrevan a finalizar de esa manera. Ha terminado con aspectos inherentes a la vida misma: nacimientos, muertes, reencuentros, amistad, padres, hijos...ha sido un colofón perfecto para una serie que se adentró profundamente en muchos de quienes la seguimos, una serie llena de momentos memorables.























Ha terminado una serie, ha terminado una era, una etapa de nuestra vida. No puedo dejar de pensar en todo lo que ha sucedido en este periodo de tiempo, en todas las vivencias, en mi propia bandita, en aquellos que llegaron más o menos por esos años y se han quedado, en los que aún siguen, en los corazones rotos, en los nuevos encuentros, en el renacer de la esperanza. Son 9 años acompañado de una serie a la que seguramente acudiré cuando la nostalgia se haga presente, como lo hago con The Wonder Years, con Lost, con 24, con The West Wing, con Cheers, como lo hace uno con esas ficciones que terminan siendo parte de tu propia historia.
Ha terminado un gran viaje, ha terminado How I Met Your Mother...y ha sido simplemente Legen...wait of it...dary...

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......

lunes, marzo 31, 2014

De Noé o La Gran Épica Bíblica...

Seven Readers!!...



El Dios del Antiguo Testamento es, sin duda, el personaje más desagradable en toda ficción: celoso y orgulloso de ello, un mezquino, injusto, un controlador implacable, un vengativo limpiador étnico sediento de sangre, un misógino, homófono, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista, matón caprichosamente malévolo.
Richard Dawkins.

Richard Dawkins es categórico al juzgar al Dios judeo - cristiano dentro de la literatura mitológica y de ficción. Estoy de acuerdo casi al cien por ciento con la sentencia con la que inicia el post, salvo que a mi, Dios en realidad no me parece desagradable sino completamente humano y, por ende, por momentos fascinante. 
El Dios del Antiguo Testamento es un personaje que desborda humanidad, en él se reflejan todas las fallas del ser humano pues los celos, la mezquindad y su enorme afán controlador son características propias de la especie a la que - según el texto bíblico - creó a su imagen y semejanza. En ese sentido, no encuentro una película que haya retratado con mayor apego al Dios de la Biblia como lo ha hecho Noé de Darren Aronofksy. Estamos ante en un filme en el que "El Creador" es mostrado como un ser indiferente a su creación, particularmente ante el ser humano. Es un personaje que no puede soportar el camino que el hombre ha tomado con base en la libertad qué el mismo le permitió tener y por lo tanto decide - en su infinita misericordia - acabar con toda la humanidad para tratar de enmendar su error. Para ello va a elegir a un hombre que se va a convertir en un reflejo de dios mismo, en esa imagen y en esa semejanza. Porque el Noé de Aronofsky va a comportarse con un auténtico hombre de Dios, alguien que acepta la grandeza de su tarea sin cuestionar los fines de la misma, alguien que está dispuesto a sacrificar todo lo que quiere solamente por satisfacer los deseos de una divinidad lejana, indiferente ante el sufrimiento, y que no reparará en castigar a toda la humanidad aún exista dentro de la misma gente inocente y de buen corazón. 



Aronofsky va a dibujar al mundo pre diluviano como un mundo hostil, lleno tierras ásperas, con poca vegetación y en el que los animales parecen ser los únicos que continúan respondiendo a las características que Dios esperaba de su creación. Y esto es porque a ellos no les fue otorgada la capacidad de decisión que si tuvo el hombre y que es precisamente la causa de su perdición. Por lo tanto el creador le ordena a Noé -a través de visiones, algunas de ellas causadas por sustancias alucinógenas - que construya un arca para salvar de la destrucción a esa parte de la creación que no representa un peligro para la autoridad divina. La película entonces tiene un sub discurso animalista, pues Noé - un auténtico vegano - va a horrorizarse por el uso que el hombre le da a los animales. Aronofsky insistirá en ello mostrando el sufrimiento de un becerro que es desmembrado vivo por una muchedumbre hambrienta, lo que generará que el personaje principal del filme reafirme su convicción de que una civilización que no respeta a los animales, merece ser destruida. Pero al mismo tiempo es una civilización que de la mano de su rey Tubal Caín (un soberbio Ray Winstone) va a luchar por su supervivencia. Aronofsky entonces tendrá uno de sus mayores logros en el filme: eliminar el concepto de villano, ¿por qué, puede tacharse como villano a quien lucha por su derecho a existir? Si bien Tubal - Caín es un personaje con moralidad cuestionable, uno como espectador no puede dejar de sentir cierta empatía por alguien que ha hecho uso de su libre albedrío y que reclama a un creador su enorme indiferencia ante el sufrimiento de aquellos a quien ha creado, alguien que decide hacerle a un lado para continuar con un camino en el que un dios ya no es necesario.




La película se convierte en una muestra de lo que es el trabajo de dirección actoral. Russell Crowe logra junto a Aronofsky construir a un personaje obsesionado por una idea, un hombre cegado por la fe y por la tarea que ésta le ha impuesto. Noé está siempre en una lucha constante contra lo que su razón le dicta, pelea brutalmente contra sus propios instintos y va transformándose en un hombre obnibulado por una orden a la que no se atreve a cuestionar. Serán los personajes que le rodean quienes van a cuestionar las decisiones que Noé va a tomar, poco a poco su familia va a confrontarle, a obligarle a repensar las razones de su tarea. Jennifer Connelly será Naameh, la esposa fiel, pero que va a enfrentarle al momento de defender a su familia. Ila - la esplendorosa Emma Watson - una huérfana adoptada por su familia, será el espejo de inocencia que llevará al constructor principal del arca al límite de sus capacidades de decisión. Y es particularmente uno de sus hijos Cam - el talentoso Logan Lerman - quien se enfrentará desde un principio a su padre haciendo uso del elemento que ha resultado en la perdición de la raza humana: el libre albedrío.
No puedo dejar de mencionar una de las subtramas más hermosas de todo el filme: un grupo de ángeles siente un amor infinito por la humanidad, por lo tanto - haciendo también uso de su libre albedrío - deciden abandonar el cielo para tratar de hacer algo ante la indiferencia divina. Bajan a la tierra pero Dios castiga su acto caritativo y les convierte en gigantes de piedra condenados a vagar por un mundo que les detesta y busca destruirles. Desconfiados de la humanidad, los ángeles caídos deciden ayudar a Noé porque a pesar de su castigo, siguen buscando al creador y al mismo tiempo siguen confiando en la capacidad de la humanidad para encontrar la redención.
Noé no es la mejor película de Aronofsky. Pero siguen apareciendo características propias de su cinematografía: historias en las que los personajes se transforman a partir de una idea, de una tarea que deben cumplir para sellar aquello que consideran como su destino. Y al final - insisto - se trata de una película que refleja fielmente el espíritu de uno de los capítulos más terribles de la mitología bíblica. Aquel que cuenta como el creador decide borrar completamente a su creación pues ésta no responde más a sus deseos y caprichos. Es la historia de un genocidio brutal e inmisericorde. Y es la historia de quienes sobrevivieron porque terminaron por comprender que el universo es inimaginable sin seres que no sean capaces de ejercer al amor y a la razón como los pilares sobre los cuales fundamentar toda su existencia.

Un logro...

Así las cosas hoy lunes...

Salud Pues......




miércoles, marzo 05, 2014

De Carnavales...

Seven Readers!!...

(Largo Post a Continuación)...

El sábado pasado estuve en el carnaval...de Campeche. A pesar de tener familia muy querida en aquellos lares, nunca había tenido la oportunidad de estar en el famoso Sábado de Bando. Finalmente asistí y algo me quedó realmente claro: a los campechanos no parece importarles la precariedad de su fiesta, simplemente aceptan que se trata de un evento de quinta lo que realmente no es importante pues los campechanos lo festejan y hasta se regocijan en ello. Por eso resulta en algo absolutamente divertido y disfrutable: porque no existe la falsa pretensión de que se está ante un evento de categoría mundial, es una auténtica y fabulosa fiesta de pueblo.
He ahí la gran diferencia con el carnaval de Mérida. Por años los yucatecos han vivido con la falsa idea de que su Carnaval está a la altura de los mejores del Mundo, cuando realmente se trata de una fiesta cuya espectacularidad dista mucho no de lo que se hace en Río o Venecia, sino de lo que hace en lugares como Veracruz o Mazatlán. El Carnaval de Mérida es tan tercermundista como el campechano. Y en los últimos años ese tercermundismo se acentuó, creció y se salió de control. ¿Por qué?, porque como sucede con muchas cosas en el tercer mundo las grandes corporaciones se apropiaron de él, lo moldearon y lo manejaron a su antojo. Se trataba ya no de disfrutar una fiesta multicolor, sino simplemente de salir a "apropiarse del espacio público" con la mayor cantidad de alcohol en las manos. En otras palabras: el carnaval en Mérida no se trataba de una verdadera democratización de los espacios comunes, sino de la manipulación de las masas con un solo objetivo: vender la mayor cantidad de productos posibles, particularmente alcohol.
---
El yucateco suele presumirle al mundo las Maravillas de su Estado. Se nos hincha el pecho de orgullo cuando hablamos de Chichén Itzá o Uxmal, cuando nos referimos a nuestras hermosas playas. Somos grandilocuentes cuando comentamos sobre todas esas cosas. Sin embargo todo lo que podemos decir y presumir en estos temas es mierda, auténtica mierda. Porque todos años los años durante la "temporada" las playas de Progreso son cubiertas por capas de basura. Porque llevamos años tolerando que la Zona Arqueológica de Chichén Itzá sea un auténtico tianguis de artesanías por el cual es imposible caminar y porque no valoramos el enorme patrimonio histórico y cultural que tienen el Centro Histórico de Mérida y el Paseo de Montejo. De hacerlo, muchas zonas del centro ya hubiesen sido cerradas al tránsito vehicular y convertidas en auténticas calles de disfrute cultural y recreativo. De hacerlo, ya hubiésemos firmado cualquier cantidad de peticiones para que Chichén Itzá se convierta en una zona libre de vendedores y por supuesto desde hace mucho hubiésemos pedido que el Carnaval saliera de Paseo de Montejo. Pero en la realidad nada de ello nos importa. ¿Por qué? porque en el fondo no entendemos realmente lo que es el bien común, la importancia del mismo y el significado que tienen algunos sitios y el verdadero potencial que estos poseen. Al yucateco su patrimonio cultural tangible en el fondo no le interesa y aprovechará cualquier oportunidad para destruirle sin misericordia alguna. 
---
En los últimos días he leído cualquier cantidad de argumentos en contra de la salida del Carnaval de Montejo. Dos me llaman la atención: que era una tradición y que se atenta contra la apropiación y democratización del espacio público. Sobre el primer punto es importante señalar que las tradiciones no son perennes e inmutables. Toda sociedad vive procesos de cambio en las que muchas cosas mueren y otras nacen. Es un proceso natural que se lleva consigo a muchas tradiciones, las cuales suelen ser sustituidas - no siempre - por otras que hablan de una evolución social, y esta sustitución suele darse en función de aspectos que sobre todo tienen que ver con el bien común. La tradición misma del Carnaval de Mérida ha ido cambiando: de ser una fiesta de los barrios de la ciudad, se convirtió  en una serie de desfiles por las principales calles meridanas, hasta pasar a ser la locación de una de las cantinas temporales más grandes del sureste de México.
En nuestros días su cambio de sede tiene que ver  sobre todo con ese concepto que al yucateco parece no importarle: "el bien común". Las afectaciones a terceros,  el deterioro a zonas patrimoniales de la ciudad - que hasta el momento no había sido irreversible, pero que no estaba a gran distancia de serlo - y las pocas garantías de seguridad que el Paseo de Montejo ofrecía, pedían a gritos desde muchos años su movimiento a otras zonas de la ciudad cuyas características permitieran un mayor control de la fiesta. Si, control. Por que si bien es cierto que todos tenemos el santo derecho a emborracharnos y a darle rienda suelta a los placeres de la carne durante los días de carnaval, es responsabilidad de la autoridad garantizar la seguridad de todos los asistentes a un evento masivo como lo son carnestolendas, y era cada vez más complicado garantizar tal seguridad en un lugar que no está diseñado para recibir grandes cantidades de personas como lo es el Paseo de Montejo. Su traslado a un sitio diseñado para tal motivo, incrementa la certidumbre de que se disfrutará sin sufrir ningún tipo de daño, tanto físico como material.
El otro punto es la apropiación del espacio público, en este caso del Paseo de Montejo. Respecto a esto plantearía algunas preguntas: ¿Se trataba realmente de un acto de tal naturaleza?, ¿Se da tal apropiación cuando ésta no se da forma espontánea, sino que es promovida sobre todo por la iniciativa privada, en particular por las cervecerías?. Yo diría que no. Desde mi perspectiva la apropiación del espacio público de manera democrática se genera de manera espontánea y desde la ciudadanía, no desde la convocatoria a un evento que está planeado para generar grandes multitudes.

---

En meses recientes los yucatecos hemos sufrido de: aumentos en las tarifas de un pésimo servicio de transporte público, calles destrozadas por los baches, supuestos actos de corrupción por parte de funcionarios y otras linduras similares. ¿Hemos protestado? No, por el contrario seguimos tolerando con la cabeza baja tales abusos prácticamente sin chistar, o si lo hacemos  solamente es de dientes hacía adentro. ¿Cómo explicar entonces lo sucedido el martes pasado cuando tres pseudo comediantes aprovecharon su poder de convocatoria para llamar en redes sociales a protestar con un "carnaval alterno" en Paseo de Montejo? La respuesta es muy triste: en Yucatán la cultura política de la mayoría de la población es prácticamente nula, inexistente. 


Es innegable que los manifestantes del martes pasado hicieron un uso legítimo de su derecho a la protesta. Nadie puede negarles, ni impedirles el derecho a salir a la calle a defender una idea por más idiota que ésta sea. Como sea, han cumplido con un cometido muy importante: reafirmar que el carnaval no puede regresar al Paseo de Montejo: éste quedó hecho un auténtico cochinero y el tránsito vehicular fue desquiciado sin justificación válida alguna. Porque una cosa es salir a las calles a manifestarse por temas que tienen que ver con el bien común y otra muy diferente por una cuestión en extremo egoísta como lo es el embriagarse en la vía pública. 

---

Vi una entrevista en la televisión local. Atrapada al interior de su vehículo, una mujer esperaba a que los manifestantes Pro - Carnaval en Montejo despejaran la avenida para poder continuar con la circulación. El reportero le pidió su opinión sobre en donde deberían realizarse los festejos meridanos y su respuesta fue - palabras más, palabras menos - la siguiente: "debe llevarse a cabo en donde se afecté al menor número de gente, porque quien quiera celebrar el carnaval lo puede hacer donde sea". Cuanta razón. 
En Campeche por años el Carnaval se celebró en el centro histórico. Posteriormente lo cambiaron al Malecón, lugar en el que la gente festeja con un ánimo increíble. Supongo que en algún momento, si es que la ciudad crece, los campechanos van a mover a su Carnaval de sitio y lo van a seguir disfrutando como siempre lo han hecho, pues al final se trata de eso: de divertirse en donde sea, al ritmo que sea y en las condiciones que sean. En Yucatán quizá deberíamos aprender algo de eso.

Así las cosas hoy miércoles...

Salud pues......