lunes, julio 09, 2012

De The Amazing Spider-Man (o De Como el Columpiarse Adquirió Sentido)...

Seven Readers!!...

De niño yo quería ser Spider-Man. De muy grande, y después de ver The Amazing Spider-Man de Marc Webb, quiero serlo de nuevo. 
Salgo de la sala de cine en la que se proyecta el "reboot" (vamos, el  relanzamiento) fílmico del personaje y no puedo más que comenzar a pensar en donde diablos puedo encontrarme una araña radioactiva. Llego a la conclusión de que no estamos muy lejos de que la contaminación nos provea de una. Pero mientras eso sucede lo único que me queda es tratar de escribir una reseña sobre una película sin caer en la tentación de utilizar una serie de adjetivos calificativos que le restarían al artículo "seriedad" y "calidad". Diablos, que encrucijada ¿Cómo hacerlo, cuando mi nivel de alucine está en un grado realmente superlativo?, ¿Cuando solamente estoy pensando en comprarme memorabilia del filme?, ¿Cuando deseo una réplica del traje de spandex del arácnido aunque enfundado en él me vea como una enorme tarántula panteonera?. No sé pero estoy a tres palabras de fracasar en el intento:
¡¡¡The Amazing-Spiderman is FUCKING AWESOME!!!...


Perdón, eso fue un exabrupto innecesario y lamento profundamente el que ustedes hayan tenido que leerlo....¡Pamplinas¡, !cero lamentaciones¡. Así que nuevamente este blog carecerá de "seriedad" y hará algo que no debe hacerse nunca en un intento de crítica cinematográfica: usará un montón de adjetivos calificativos para referirse al filme. No hay de otra, mi poca objetividad se dirige hacía un rincón, mientras el fanático del personaje se apodera del teclado.
La única exigencia que yo tenía antes de ver la nueva película sobre el amigable arácnido era que se respetara la esencia original del personaje. Webb lo hace con un respeto sorprendente, entiende perfectamente los dilemas morales de Peter Parker así como el sacrificio y la nobleza que se desprenden de los mismos. Y una vez que se cumple con mantener a las cosas en su sitio, lo demás resulta en un viaje fascinante.
Si, ya sé, muchos argumentarán que es una historia que ya vimos antes y que por ende esa sensación de sorpresa es solamente experimentada por los más acérrimos seguidores del personaje. Es posible que tengan razón, pero ello no le quita ningún mérito a la película. Particularmente porque retoma el origen de Spidey, contando la historia de su romance con la inigualable Gwen Stacy (!maldito seas Duende Verde¡) y porque presenta a uno de los villanos más queridos por todos quienes de niños leímos los cómics: el lagarto. Y es que la triste historia de Curt Connors funciona perfectamente para demostrarnos quien realmente es Spiderman: un tipo que logra sentir compasión, incluso por aquellos que quieren acabarle. 



Ha sido un acierto el elegir a Andrew Garfield para interpretar a Peter Parker. Garfield es un actor con un amplio registro dramático, alguien que proyecta la vulnerabilidad del personaje desde su físico y la engrandece con sus expresiones y con la manera de decir sus diálogos. Y alguien que se transforma radicalmente cuando comienza a adquirir conciencia de sus nuevos poderes, lo que le brinda una confianza y seguridad que antes no conocía, particularmente cuando se enfunda en el traje del Hombre Araña. Existe una gran química con Emma Stone lo que resalta otro gran acierto de los encargados del casting del filme, es una chica sensible, inteligente y decidida a pelear por lo que quiere. Pero sobre todo vale mucho la pena el haber elegido a Sally Field y a un soberbio Martin Sheen para interpretar a los tíos May y Ben Parker; y al camaleónico Rhys Ifans para hacer al Dr. Connors, convierten a los secundarios en lo que deberían ser: personajes imprescindibles para brindarle un contexto sólido y  creíble a la historia.
Y claro, ahí está la tecnología del filme. Muchos fanáticos del cómic siempre nos tratamos de imaginar como sería el balancearse por los rascacielos neoyorquinos. Webb, el 3D y la cámara subjetiva finalmente nos lo han mostrado. Son espectaculares las escenas en las que Spidey brinca de techo en techo con la sorprendente agilidad que le proporciona la picadura de la araña radioactiva; y por supuesto también lo es el encontronazo con el Lagarto, cuya gigantesca apariencia retoma un aspecto fundamental de toda lucha protagonizada por el tejedor de redes: no solamente se trata de fuerza, sino de astucia y el deseo de proteger a la gente.
Terminando de ver el filme, recordé que hace ya muchas lunas mi figura de acción favorita era una reproducción de Spiderman hecha por Lili Ledy que lucía así:




Fueron muchas horas las que imaginé como Spiderman se columpiaba entre rascacielos (representados en mis juegos por los libreros de la casa paterna) Y, aunque en las películas de Sam Raimi tuvimos una idea de como sería aquello, pero es hasta ahora cuando finalmente el columpiarse ha adquirido todo el sentido del mundo y por momentos durante la proyección de The Amazing Spider-Man, todos somos el Hombre Araña. Y ese sin duda es su mayor logro....algo que solo puede catalogarse como: !Fucking AMAZING¡...

Así las cosas hoy lunes...

PS1...El cameo de Stan Lee es...FANTÁSTICO...

PS2...Si, quédense al final de los créditos...

PS3...Sigo soñando con el encuentro cinematográfico entre Spidey y The Avengers....

Salud pues.......

2 comentarios:

Dib dijo...

Coincido con todo lo que escribiste y además, debo agregar que:

El personaje de Gwen está mucho mucho mejor planeado y logrado que el apestoso papel de Mary Jane. Es una chica lista, PRECIOSA y que no se deja.
La neta, es una excelente personificación.

Anónimo dijo...

A mí me encantó Andrew Garfield en esta película, me sorprendió muchismo, creo que es un excelente Spiderman, me encanta lo que logró en el sorprendente hombre araña y la historia es fabulosa, sin dudas vale la pena.