lunes, febrero 27, 2012

De la Resaca del Oscar...

Seven Readers!!...

Algo es seguro con el Oscar: todos los involucrados en la industria del cine quieren tener uno. Muchos dirán que se trata de un premio banal o algunos como Woody Allen preferirán quedarse tocando el clarinete en lugar de asistir a la gala en la que se entrega la estatuilla, pero hasta ahora ni siquiera el director neoyorquino ha rechazado el premio (ese "honor" corresponde solamente a Marlon Brando, George C. Scott y al guionista Dudley Nichols) por ende aunque muchos pongan en duda la calidad del galardón, éste aún sigue siendo el más importante de la industria del cine pues ganar un Oscar viste mucho en dos sentidos: el económico (por sobre todo) y el artístico. A veces ambos se distancian pero en algunas ocasiones logran conjuntarse para que la premiación sea un acto de justicia.
Historicamente Oscar ha cometido muchos errores y omisiones, pero también ha premiado a actores, directores y filmes con todos los merecimientos para estar entre los mejores de la historia. La entrega de ayer cae dentro de esa segunda categoría: poco puede reprochársele a Oscar luego de haber premiado a una cinta tan completa como The Artist. En realidad la película aparentemente tenía todo en su contra para alzarse con el premio: es muda, está filmada en blanco y negro y además - para colmo de los norteamericanos- es francesa, pero aún así ha triunfado en la categoría más importante, su director también ha sido reconocido y su actor principal fue el ganador dentro de su rubro. Claro, el principal promotor de la película en el mundo es el poderoso Harvey Weinstein, un especialista en la construcción de candidaturas a los más diversos premios fílmicos en el orbe, pero pocas veces Weinstein promueve a películas con pocos o nulos méritos artísticos, y en éste caso The Artist, insisto, los tiene prácticamente todos. 



En la entrega de este año, vale la pena destacar un punto: las películas con mayores nominaciones Hugo y la ya mencionada The Artist tienen en el fondo muchos puntos convergentes, a pesar de que en su superficie son dos películas completamente diferentes. Ambos filmes son revolucionarios: Hugo apuesta a la revolución a partir del uso de nuevas tecnologías y demuestra que la tercera dimensión no solamente funciona para hacer que los efectos visuales sean más "reales", sino que explota por primera vez - desde el "boom" de esta forma de presentar las películas - sus capacidades expresivas y narrativas. The Artist hace lo mismo pero su revolución consiste en regresar a los cimientos del cine, a demostrar que el blanco y negro aún posee cualidades fílmicas y presentar una película atípica, muda, en la que la imagen - como mencioné hace un par de posts - recupera al máximo sus capacidades lúdicas.
Pero finalmente los dos filmes plantean momentos importantes dentro de la historia del cine: uno recuperando el acervo cinematográfico de Georges Méliés y el otro regresándonos a un momento en el que el séptimo arte cambió para siempre; por lo que ambas películas se constituyen en un homenaje al arte de de los 24 cuadros por segundo, a sus pioneros, pero también a quienes apuestan por hacer un cine honesto, original, atractivo, inteligente y emotivo.
Por ende Oscar hoy ha premiado a lo mejor del cine y pocos pueden discutir los resultados de la entrega (no faltará quien diga que otras películas como The Tree of Life merecían mejor suerte) pues se han roto los típicos esquemas que muchos presuponen siempre se dan en este tipo de ceremonias (de haber sido así War Horse hubiese arrasado con los premios) y se reconoce el trabajo de quien ha apostado por lo diferente, por la revolución.



De la transmisión televisiva hay que decir que ha resultado ágil, entretenida y por momentos emocionante.  Claro, cualquier cosa era mejor que lo hecho el año pasado por James Franco, pero Billy Crystal ha cumplido con creces como presentador, demostrando que está la transmisión del Oscar está hecha para él. Hubo discursos emotivos como los de Michel Hazanavicius (con el apellido Wilder sonando por toda la sala), el de Octavia Spencer y el de Jean Dujardin (quien por cierto no recibió una ovación de pie al momento pasar por su Oscar). Un premio al gran Christopher Plummer por su gran actuación en Beginners, y el que quizá fue el único Oscar que no terminó por convencer del todo en la gala de ayer: el de Meryl Streep por The Iron Lady.


En México, como siempre, se crearon falsas expectativas alrededor de las muy merecidas nominaciones de Demián Bichir y, en menor medida, Emmanuel Lubezki. Parece ser que no podemos evitar que el espíritu patriotero nos invada cuando algún compatriota se encuentra compitiendo por algún tipo de distinción importante. En realidad era muy complicado que el histrión mexicano se alzara con el Oscar, pero no duden que pronto regresará a competir en alguna de las categorías actorales, pues es poseedor de un talento que lo puede llevar a eso y a mucho más dentro de la industria del cine a nivel mundial. Lo de Lubezki si es una pena, pues aunque lo hecho por Robert Richardson en Hugo es fantástico, el "chivo" logró en The Tree of Life imágenes con un lirismo pocas veces visto en cualquier trabajo de la historia del cinematógrafo. Oscar sigue estando en deuda con el cine fotógrafo mexicano.



Con el Oscar finaliza la temporada de premios en el mundo del cine. Ha sido un gran año con grandes producciones, con extraordinarias actuaciones y con una ceremonia de premios de la Academia que tuvo un nivel muy importante. Comienza el nuevo año y esperemos que por el bien del cine - como arte y como industria - esté a la altura del que terminó ayer.

Así las cosas hoy lunes...

Salud pues......

viernes, febrero 24, 2012

De 40 años...

Seven Readers!!...

"Cuando fuimos los mejores y la vida no se pagaba, en todas las esquinas nuestra juventud se suicidaba"...

40 años...
Es curioso, siempre me imaginé en diversas etapas de la vida pero nunca en ésta, como si los cuarenta fueran un momento lejano al que iba a tardarme mucho en llegar pero cuando menos te lo esperas finalmente arribas a ellos. Y aquí estoy, instalándome en los cuarenta con sentimientos encontrados y con una total incertidumbre de lo que eso significa.

"De mierda hasta el cuello sobrevivimos a ello, con dos cuartos de talento y unas gotas de inspiración...sabor de veteranos"...

Hola Edad Madura...
¿Madura por qué?....Algunos dicen que porque a esta edad se supone que uno más o menos debe tener arreglada la existencia para los años que vienen. Yo no. No se si eso me hace ser menos maduro que los demás, pero aún no se que pasará conmigo digamos en...los próximos días. Supongo que entonces no califico dentro de ese rubro de cuarentones financieramente saludables y por ende sin ningún tipo de problemas, ni restricciones económicas. Descártenme pues para Monetary Sex Symbol: No tengo casa propia, no tengo un auto último modelo y mucho menos estoy haciendo viajes por el mundo visitando los sitios más exclusivos del planeta. No, mis cuarenta años no son sinónimo de éxito económico, si eso es lo que para muchos implica la madurez creo que aún ando en mi etapa de post adolescente y sin saber si terminaré saliendo de ella.

"Medicina alternativa, acupuntura, homeopatía, coachers, gurús y chamanes...son todos charlatanes profesionales. No es que sea desconfiado, pero estoy muy machacado. Solo una noche de copas y me duele hasta la ropa"...
Derrumbe físico...
Si, se supone que entro a la década en la que el deterioro físico comienza a ser más notorio. Bueno, yo no he tenido nunca un gran físico, vamos no he padecido enfermedades severas a lo largo de mi vida pero tengo un par de rodillas y un brazo cuyo hombro se sale con cualquier movimiento brusco (destrozados por juveniles años basquetboleros) y mis riñones se han aventado ya sus primeros cólicos nefríticos. Pero sigo comiendo prácticamente de todo sin ningún tipo de problemas. He perdido varios espacios de mi cuero cabelludo (lo que he solucionado rapándome) y si: mi libido sigue intacta y mejor que nunca (o al menos eso pienso). Vamos a ver que es lo que sucede en los próximos 10 años. El pronóstico es que en una década los estragos serán mayores, ¿pero quién le acierta a los pronósticos?.

"Al lado del camino, es más entretenido...y más barato..."...

La etapa de cosechar lo sembrado...
...O de seguir sembrando. En realidad creo que soy un agricultor perenne de oportunidades: siembro y siembro y aún no termino por conseguir una cosecha importante. ¿Razones para ello? Muchas, pero creo que la más importante es la obstinación por trazar arados propios, independientes, llenos de fidelidad a mis convicciones y a las elecciones tomadas a lo largo de la vida. Es posible que al mirar hacía esos interminables surcos que conforman a mi existencia, pudieron existir momentos en los que el arado pudo ser diferente o tomar camino hacía otras tierras. No fue así y uno tiene que aprender a vivir con eso. La gran pregunta que surge a esta edad es si se tiene la energía para seguir trazando el camino y si con eso se terminará por conseguir la gran Cosecha. La próxima Década será determinante para eso.

"Pero sucede también, que sin saber como ni cuando...algo te eriza la piel y te rescata del naufragio"...

Felicidad...
Si y mucha. Finalmente no me puedo quejar. Los primeros cuarenta años han tenido todo tipo de experiencias, he conocido a personajes realmente interesantes, he visto sitios increíbles, he reído mucho, he hecho lo que he querido en todo momento y he aprendido a tomar mis propias - buenas o malas - decisiones. Llego a los cuarenta feliz, enamorado, rodeado de gente maravillosa que - por extrañas razones - ha llegado y permanecido junto a mí a lo largo de todo el camino. Pero he sido feliz porque he mantenido intacta mi capacidad de asombro y mientras así sea, muy probablemente lo seguiré siendo.Ya veremos. 

"Ahora es el momento de volver a empezar, que empiece el carnaval, la orgía en el palacio de invierno"...

¿Y ahora...?
No lo sé. Supongo que tendré que aceptar que ya no soy el chaval de antes, supongo que también he de preocuparme más por comenzar a construir cimientos sólidos para la vejez que ya no está tan lejana. Lo intentaré. En el fondo creo que nunca terminaré de madurar, ni seré el cuarentón interesante con el que sueñan muchas mujeres. Ni hablar, llamémosle cuestión de personalidad. Pero eso sí: estoy listo para esas batallas definitivas que se vienen de ahora en adelante. Todo ahora pasará a mayor velocidad y la lucha por ajustarse a esa rapidez será más intensa, más competitiva. Es el momento de demostrar de que se está hecho y espero al final tener éxito en esta empresa, quizá la más dura a la que el hombre moderno tiene que enfrentarse  durante su paso por el planeta: He de terminar por encontrarme a mi mismo y comenzar a escribir los últimos capítulos del texto de mi vida; y si: los voy a escribir enfundado siempre en un par de bermudas, unos tenis y con grandes canciones de fondo, eso quizá se lo único que puedo asegurarle a la vida, a mi vida.



40 años...





"Y no nos fue tan mal, haciendo casas en las estrellas"...

Así las cosas hoy viernes...

Salud pues......

lunes, febrero 20, 2012

De The Artist..

Seven Readers!!...

¿Cómo escribir un post sobre The Artist cuando es un filme con tantas lecturas, cuando estamos ante una obra de arte - en toda la expresión del término - que reivindica al quehacer cinematográfico como una expresión de la capacidad del ser humano para emocionar a través del lenguaje audiovisual ?.
Voy a intentarlo. 
Podría empezar tal vez por lo más obvio: The Artist es un homenaje a los primeros años del cine. Uno puede reconocer en la película tintes de Charles Chaplin, de Mary Pickford, de Errol Flynn, de William Powell y una muy clara reminiscencia al gran Orson Welles, entre muchos otros. Incluso durante las primeras secuencias tres nombres sonaban constantemente en mi cabeza: Don Lockwood, Kathy Selden y Lina Lamont. Quizá por que esos tres personajes ya habían narrado con singular maestría el trauma que significó para la industria del cine la incorporación del sonido a su lenguaje (y porque la famosa secuencia muda llamada The Dueling Cavalier protagonizada por Gene Kelly, también tiene una "mención" en el filme). Hay mucho de ellos en George Valentine y en Peppy Miller, los personajes cuya historia cuenta la película,  pero a pesar de eso The Artist va más allá del homenaje para crear un discurso propio en el que la cinematografía y su discurso son manejados con magistral simpleza por el director del filme Michael Hazanavicius.
Lo anterior me llevaría a tocar otra arista: The Artist es una demostración de que lo genial no necesariamente reside en la creación de un discurso vanguardista, sino en el correcto manejo de los cimientos básicos del lenguaje del cine. Hazanivicius los retoma todos: un guión sencillo y original, un espectacular diseño de producción, un fantástico manejo de la elipsis y una planificación puesta al servicio de la historia, utilizando cada de los planos cinematográficos en dos sentidos: narrativo y lúdico. De hecho el sentido lúdico de los encuadres es aún más notorio al tratarse de un filme "mudo" en el que la imagen alcanza - tal y como lo hizo en los primeros años del cinematógrafo - una predominancia narrativa que enamora al espectador desde la fabulosa secuencia de títulos y que lo va llevando - de la mano del montaje - a través de una época muy particular en la que lo que hoy conocemos como cine cambió para siempre.


Entonces se presenta una Paradoja: ¿cómo es posible que un filme tan "básico", esté generando una revolución a su alrededor en el mundo entero? Creo que la respuesta reside en lo universal del conflicto planteado en la película. George Valentine (interpretado de manera espectacular por Jean Dujardin) se enfrenta a un dilema al que todos llegaremos en cierto punto de nuestra vida y que se resume en una leyenda tan antigua como compleja: renovarse o morir. Valentine es un hombre que cree firmemente en el cine sin sonido, un tipo que ha alcanzado el éxito máximo en ese universo de la mímica retratada en pantalla. Para él, el cambio significa una traición a su propio arte y - motivado por el orgullo - no estará dispuesto a ceder en su intento por demostrar que el sonido es simplemente una moda pasajera en el universo de Hollywoodland, un universo en el que lo juventud es sinónimo de éxito y en el que la madurez lo es de fracaso. Una realidad abrumadora y que hunde a Valentine en una profunda depresión de que la quizá pueda salir si dirige su enorme talento a nuevos objetivos, y acepta la ayuda y el amor incondicional de Peppy Miller (maravillosa en el papel, la bellísima Bérénice Bejo) El temor al cambio se convierte entonces en el gran tema del filme, vencerlo resultará en una bellísima odisea.


The Artist se ha convertido  en un reflejo de su propia historia. Es la mejor prueba de que algo que se creía muerto, enterrado y sin posibilidades como el cine mudo tiene mucho que ofrecer en estos vertiginosos  y modernos tiempos, pues la grandes historias cuando están contadas con tal cariño, honestidad y devoción por el cine demuestran que - con o sin palabras - el talento nunca pasará de moda. 
Un logro...

Así las cosas hoy lunes...

PS..Si, yo también me enamoré de Uggie...

lunes, febrero 13, 2012

De un post San Valentinesco...

Seven Readers!!...

Mañana es 14 de febrero. 
Hueva.
Si tuviésemos que elegir cual es el peor día del año, estoy seguro que muchos señalarían al 14 de febrero. ¿Por qué? por muchas razones: porque odian sentirse solos ese día, porque les parece que el amor y la amistad son algo a lo que debemos rendir homenaje todos los días o simplemente porque es imposible encontrar un lugar vacío en algún restaurante más o menos decente. 
Las razones son muchas pero me parece que odiar al 14 de febrero es darle demasiada importancia. A mi lo que me genera es una inmensa total y absoluta hueva. Antes era del club de "grinchs" de esta fecha pero ahora simplemente lo miro con indiferencia. Mañana trabajaré, comeré, dormiré y haré las actividades normales de todos los días. He aprendido que lo mejor que se puede hacer en un día como el de San Valentín es simplemente ignorarlo...o burlarse de sus devotos y sus sufridos penitentes.
Mucha gente se desvive por hacer del 14 febrero un día especial. Está bien, puedo entenderlo. Entiendo la necesidad de expresar que somos seres amorosos, capaces de generar ese sentimiento tan único y particular que nos hace sentirnos un poco más humanos. Puedo también comprender que para expresar tales sentimientos algunos decidan comprar chocolates, flores, cenas carísimas o cometer la tontería de llenar el carro de la pareja de post its con mensajes amorosos (dañando la pintura y la visibilidad del conductor del vehículo). 



Vamos...todos tienen el derecho a expresar su amor como mejor les parezca, como quieran o...como puedan. Pero también nosotros tenemos el derecho a burlarnos de expresiones que literalmente nos parecen ridículas. Y los fans de San Valentín tienen que aguantarse si deciden entrar en la vorágine mercadológica que viene marcando desde hace ya muchos años al famoso 14 de febrero: nadie los obliga a ser tan cursis y tan dispuestos a mostrarse así.
Por otro lado, no deja de ser extrañamente divertido el mirar al otro grupo: a los sufridos de San Valentín. Aquellos que mañana deambulan de un lado a otro como perros extraviados, simplemente porque no tienen a esa significativa "media naranja" a la que le puedan expresar todo su amor a través de miles de calorías transformadas en chocolates, acompañadas de flores que terminarán marchitas y de globos que se perderán en el aire o en un bote de basura. Verlos es un deleite para el espíritu joditivo: sentados en sus escritorios con la cara entre las manos, hundidos en sus redes sociales en la búsqueda de un mensaje que les levante el ánimo o con el celular entre las manos esperando recibir la invitación para salir o tratando de armarse de valor para invitar a quien sea con tal de no estar solos en tan importante y trascendental fecha.
Si, el 14 de febrero en realidad puede ser un día chistoso.
Quizá por eso he dejado de odiar a toda su cursi y ridícula mercadotecnia, y me la paso como en cualquier otro día. Así uno se quita de problemas, de úlceras innecesarias y de gastos que a la postre son realmente dañinos para las finanzas personales. Se trata pues de vivir y dejar morir (de amor) a quienes practican el culto anual al mercadológico San Valentín.
Y ya..
Pero no me mal entiendan, en términos gringos: "I'm a Sucker for love", por ese amor total, apasionado y sin etiquetas e inhibiciones, monógamo y eterno mientras dure. Es solamente que... ese es un amor que trasciende 24 horas marcadas por compañías de teléfonos, restaurantes y empresas de tarjetas y chocolates.
Para mi el amor es algo así:



"Estoy harto de la fantasía, porque realmente no existe. Y nunca hay sorpresas, y nunca realmente...te satisface. Así es y estoy cansado de eso. La verdad, estoy cansado de todo lo demás...pero aparentemente nunca me canso de tí"...
Al diablo con el "Diario de una Pasión"... el verdadero amor es real y racional...
Feliz (o infeliz) día la Fantasía...

Así las cosas hoy lunes...

Salud pues......

martes, febrero 07, 2012

De Los Maravillosos Descendientes....

Seven Readers!!...

Antes de ir a ver The Descendants (Los Descendientes) hablé con una amiga que ya había visto el filme y que me dijo que se trataba de una película "interesante, pero sobrevalorada". Me quedé pensando mucho en sus palabras, particularmente por que soy un entusiasta del cine de Alexander Payne  a quien considero un tipo con una capacidad muy particular de retratar al mundo, un gran autor.
Luego de ver el filme estuve completamente en desacuerdo con la valoración hecha por mi amiga, pero me quedé pensando respecto a la misma y llegué a la siguiente conclusión: 
Ella - y quizá muchas otras personas - consideren que una película nominada al Oscar debe tener ciertas características: una gran producción, un grandioso tema, y debe estar llena de momentos espectaculares; eso es lo que Hollywood nos ha vendido - y muy bien - en su historia y  Los Descendientes es todo menos eso. Es una película entrañable, pequeña, que cuenta la historia de personajes comunes envueltos en situaciones que pudieran parecer demasiado ordinarias y eso termina por molestar a un público que espera otra cosa de una nominada al Oscar.
Lástima. 
Porque el trabajo fílmico de Alexander Payne tiene muchas virtudes, quizá la más importante tenga que ver con el desarrollo de un estilo particular y de un eje temático que ha sido una constante en la filmografía del norteamericano: la historia de un hombre maduro que de pronto ve como su mundo se derrumba y tiene que replantearse a si mismo para poder enfrentarse de nuevo a la vida. La zona geográfica, el lugar, siempre jugará un papel importante en una película Payne: por ejemplo el "vineyard country" californiano lo fue en Sideways; en The Descendets es ese supuesto paraíso llamado Hawaii.



Y en Hawaii encontramos a Matt King, un abogado cuyas raíces son profundamente hawaianas y que estará sometido a dos pruebas muy importantes: su esposa ha sufrido un terrible accidente que la ha dejado en estado vegetativo, por lo que tendrá que aprender a manejar la situación y a lidiar con sus dos hijas. Además King se enterará que su mujer le ha sido infiel, noticia que dispara el primer nudo de la trama en la película: la obsesión por encontrar al hombre con quien ha sido engañado, búsqueda que incluirá a su hija adolescente - a un amigo de la misma - y a su hija pequeña.  La segunda prueba tiene que ver con su propia herencia hawaiana: Matt King es responsable de decidir lo que pasará con un pedazo virgen de ese paraíso llamado Hawaii, pues es el administrador de un fondo familiar que tiene que decidir a quien vender una hermosa bahía propiedad de su familia. King tiene serias dudas al respecto, pues considera que la tierra es parte no solamente de su propia herencia sino lo es también del territorio al que ama profundamente. Es un buen tipo sometido a pruebas que para él resultarán en extremas y determinantes.


King es interpretado por un soberbio George Clooney, un maestro en el manejo del "timing" lo que aún es más notorio en su interpretación de Matt King. Clooney sabe cuando y como utilizar la expresión exacta para acentuar mejor a su actuación, cuando es el momento idóneo para emitir un diálogo; resulta en tipo encantador y el espectador se identifica inmediatamente con su personaje quizá por la naturalidad de la actuación o porque su situación tiene un carácter universal. La empatía aumenta conforme uno va adentrándose en el universo de Matt King y conoce a quienes le rodean, los personajes secundarios funcionan perfectamente para darle vida a King y al mismo tiempo poseen historias propias que los convierten en algo único, lo que también constituye una de las características del cine de Alexander Payne: los personajes secundarios tienen vida propia.
The Descendants es una película cuyo valor máximo reside en su historia, una historia contada con naturalidad, sencillez y pasión. Es una película extremadamente original, pequeña pero a la vez engrandecida por la calidez que emerge en cada una de las escenas del filme. Una película que trata sobre una aventura que también resulta épica: la aventura de comenzar de nuevo.
Un logro...

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......


jueves, febrero 02, 2012

De McCartney en Chichén Itzá...

Seven Readers!!...

(Largo Post a Continuación)....

Soy un gran fanático de la música y obra de Paul McCartney, en realidad se trata de mi artista favorito: tengo prácticamente todos sus discos como solista (incluidos algunos de su etapa más baja como compositor como lo fueron Red Rose Speedway o Tug of War) poseo también sus composiciones clásicas como el bellísimo oratorio Ecce Cor Meum o el nostálgico y entrañable A Garland for Linda, A eso añádanle DVD's y por supuesto toda su etapa como "Fab Four" en The Beatles
Uno de los momentos culminantes de mi vida fue haberlo visto en vivo. Estar en un concierto de McCartney es adentrarse a una montaña rusa de emociones: partes de la algarabía hasta bajar a la nostalgia; te enamoras, lloras, cantas, gritas, ríes...además de tratarse de un concierto multi generacional en el que gente de 60 a 12 años olvida por dos horas la brecha de la edad y goza al unísono de un gran evento. Y ese es el punto más importante de un concierto de McCa: es un acontecimiento grandioso, en el que se mezcla  la obra musical más importante de la música pop con un impresionante despliegue tecnológico que contextualiza perfectamente cada uno de los temas con los que se va desarrollando el concierto. 
Todo lo anterior puede resumirse perfectamente en un video. Veamos del tour del 2002: All My Loving.


Como ven ahí están las enormes pantallas LED con imágenes de la época en la que la canción fue escrita, con toda la locura que rodeaba a The Beatles a principios de los años 60. El escenario es grandísimo y el despliegue visual funciona de maravilla creando en el espectador varios efectos de sentido (miren a la gente del video como va de la más completa felicidad, al emocionado llanto) Y eso solamente se logra cuando el espectáculo se presenta tal y como fue concebido.
Por lo tanto - queridos Seven Readers - me temo que un concierto de McCa en Chichén Itzá sería un fraude en toda la extensión de la palabra. La razón es que al llevarse a cabo en una zona arqueológica las limitaciones tanto visuales como de sonido son mayúsculas, pues se busca no dañar el patrimonio de la nación. Y es que a pesar de que el INAH ha cometido el error de aprobar conciertos en un lugar que a todas luces no es el idóneo para los mismos, al menos ha tenido la prudencia de tratar de limitar al máximo las luches, explosiones y el sonido, para que los daños que irremediablemente sufre la zona sean los mínimos. Es decir las presentaciones de Plácido Domingo, Sarah Brightman pero sobre todo la de Elton John han sido extremadamente limitadas en términos audiovisuales, reduciendo lo que debería haber sido un gran evento a uno pequeño. 
Aquí les tengo otro ejemplo: Es la presentación de Elton en Chichén Itzá cantando su tema clásico  Crocodile Rock. Noten tres cosas: lo pequeño del escenario, la pobreza visual del concierto y lo limitado del sonido. (Como extra no dejen de mirar a la audiencia: los vestidos de cocktail, las guayaberas blancas, la gente sentada que parece no entender que hace  ahí y porque han pagado tanto dinero por ir a un concierto de Rock que no lo es).



Ahora veamos y escúchemos la misma canción interpretada por el extraordinario pianista británico en el Madison Square Garden:


A pesar de tratarse de una gira realizada algunos años antes, la sofisticación de la puesta en escena es infinitamente superior al fraude de Chichén Itzá. Claro, algunos defensores de los conciertos podrán argumentar que no puede tenerse un gran despliegue visual porque éste eclipsaría a la pirámide (finalmente se supone que todo esto se hace para promocionar a la zona arqueológica) pero entonces ¿Por qué no idear otro tipo de promoción, una más inteligente - y transparente - que haga lucir a Chichén Itzá en todo su esplendor? Es evidente que al no ser un lugar que resulte idóneo para un concierto todo termina por perderse, ni el evento puede realizare como debería, ni el sitio arqueológico recibe la proyección necesaria. 


Por último está el asunto del precio de los boletos. Entiendo que para los eventos anteriores en Chichén muchos funcionarios de gobierno fueron obligados a comprar sus boletos y otros terminaron por regalarse. No falta algún despistado fanático que decida invertir su dinero esperando ver a su artista preferido en un concierto de gran magnitud pero son los menos. El precio de los boletos para los espectáculos en la zona arqueológica es excesivamente alto. Las damas encopetadas y los señores guayaberizados de la primera fila en el video de Elton tuvieron que pagar casi 10000 pesos por su asiento, un precio altísimo por un concierto incompleto, pobre; y que decir quienes tuvieron acceso a los boletos más económicos - que rondan entre los 500 y 600 pesos - y cuya visibilidad del escenario es nula (al ser completamente plano el lugar en el que colocan los asientos, prácticamente uno no ve más allá de la nuca de la persona que se encuentra delante de ti), amén de la incomodidad que implica sentarse en esos lugares puestos sobre la tierra.
Supongo que al venir a México,  McCartney no limitaría sus presentaciones a Chichén Itzá. Quizá esté también en el Foro Sol o en el Palacio de los Deportes (o en la nueva Arena Ciudad de México que se ve estará increíble). Los precios más caros en un concierto en estos lugares oscilan entre los 3000 y los 3500 pesos. Resulta pues más rentable viajar a la ciudad de México para ver a McCartney, pues aún considerando el precio de avión y hotel uno tiene la seguridad de que vera un espectáculo de grandes dimensiones en un lugar hecho ex profeso para tal motivo.
Como gran fanático de McCartney me duele afirmar que su presentación en Chichén Itzá puede ser todo menos memorable. Nadie en el mundo de la música sigue hablando de los conciertos anteriormente realizados en esa zona, ni siquiera fueron registrados en Discos o se lanzaron DVD's a nivel mundial de los mismos (lo que hubiera garantizado al menos que fueran algo más que un evento pasajero) su presentación será una más de las muchas de una gira...y ya, será un auténtico fraude causado por los organizadores del evento.
Para colmo, quienes asistan por primera vez a un concierto de McCartney y decidan hacerlo en Chichén, se van a perder de cosas como esta:


Y créanme...ustedes no quieren perderse algo así...de verdad: no quieren...

Así las cosas hoy jueves...

Salud pues......