Seven Readers!!!!
Cuando era niño mis padres siempre me llevaron al circo. Cada vez que una carpa se instalaba en la ciudad, ahí estaba mi familia en primera fila. Los vi prácticamente a todos: el Atayde, el de los Hnos. Vázquez y por supuesto al Thiany, en sus dos visitas. Incluso recuerdo haber visto un espectáculo del llamado Holyday On Ice en la plaza de Toros Mérida algo que fue sumamente divertido por que tenían que mantener congelada la pista cuando la temperatura ambiente era de alrededor de los cuarenta grados centígrados, lo que ocasionaba largos intermedios entre los actos que se presentaban.
Así que ahí me tenían sentado mirando a los payasos, los magos y por supuesto a los domadores y acróbatas. Existen varias fotos que mi madre guarda como un tesoro, que dan fe de mi experiencia circense. Pero luego uno crece y los circos dejan de ser una opción interesante. Hasta el día de ayer.
Ahí estaba con una amiga de la maestría, quien como yo, tampoco sabe que hacer ahora que estamos de vacaciones de la escuela y tiene algo de tiempo libre por la tarde. Así que mientras íbamos a sacar algunas copias para nuestras respectivas Tesis, pasamos por un anuncio del famosísimo Circo Do Portugal instalado en el estacionamiento de un Centro Comercial de la ciudad. - “¿Y si vamos al circo?” – dijo fomentando a mi ya conocida curiosidad. Mirando el reloj, y viendo que también contaba con tiempo se me ocurrió decir: “Vamos” Así que enfilé hacía el norte y en pocos minutos el buen Gimli se estacionaba justo frente a la carpa bajo la cual se presenta el espectáculo.
Al principio nos sentimos algo raros pues éramos los únicos en la fila que íbamos sin cuatro o cinco niños colgados de las piernas. Fue más notorio que no llevábamos infantes, cuando una niña llegó corriendo junto a la persona que la cuidaba, dio un auténtico ranazo y yo morí de risa, provocando que media fila me mirara con ojos de odio. Afortunadamente antes de ser linchado las taquillas se abrieron y pudimos entrar a la carpa, lo que salvó finalmente mi pellejo.
La experiencia de ir al circo siendo adulto ha resultado en algo muy entretenido. Para empezar te das cuenta que todos los payasos se parecen y que ponen la misma cara. Luego los agarras de botana, hasta que se dan cuenta y terminan incluyéndote en uno de sus actos y tu te conviertes en el botaneable objeto de todo el respetable. Claro que ello es muy divertido. El acto consistía en que yo, desde mi butaca, tenía que tirarle una papa al payaso y éste cacharla con un tenedor. Fallé miserablemente como tres veces y luego se la aventé a la cabeza (sin querer…o creo que así fue…) y al final el cara pintada le atrapó y todos fuimos felices.
De niño lo que más despertaba mi atención eran los magos y los diversos animales. De grande lo mejor fue la contorsionista. Ahí apareció ella con un traje bastante diminuto saludando a la audiencia, para luego ser elevada por las aires y hacer con una cuerda una serie de maniobras que nos permitieron ver a todos el tatuaje que traía justo donde la espalda termina. Era imposible quitarle la vista de encima, no solamente por lo que hacía sino por que además era una chica muy guapa y con un abdomen maravilloso. Después de girar y girar con elegancia, garbo y una agilidad increíble. Bajó de la cuerda. Tuve ovacionarla de pie.
Pero lo mejor fue que después la misma contorsionista, apareció enfundada en un traje negro, sumamente entallado, botas con un tacón altísimo y un látigo en la mano. Se dispuso a hacer un acto con panteras negras o algo similar. Mi amiga, inteligente y observadora como buena antropóloga, sólo se volteó para preguntarme: “¿la mujer perfecta?” No dije nada y estoy seguro que ella interpretó mi silencio. Otra ovación de pie.
Al final, descubrí que ir al circo sigue siendo realmente interesante. En realidad nos hemos divertido mucho, comiendo algodón de dulce y refresco; tal y como uno lo hace de niño. Aunque ya siendo adulto, la perspectiva de los actos circenses cambia violentamente. Y creo que ahora es mucho más entretenido y fantasioso…..
Así las cosas hoy miércoles…
Salud pues……
6 comentarios:
De peque nunca me gustó el circo, salvo los malavaristas jejeje. Pero hace como 3 años tuve la oportunidad de ir a ver el Cirque du solei, con su espectáculo Dralion... wooowwww creo que nunca había aplauidido tanto me dolieron las manos, son increíbles los artistas que dan vidad a ese espectáculo y la música es sensacional!!!
A mi me gustaba mucho ir al circo pero detestaba a los payasos, lo mio eran los malabaristas (alguna proyección de mi vida actual?)
que padre que fuiste y te divertiste!
Vamos, vamos,vamos...al circo Atayde hermanos! ja,ja...
Besos!
Creo que habré ido muy pocas veces al circo cuando era niña. Ahora no iría, a menos de que supiera que no hay animales en él. Me gusta que hombres y mujeres muestren sus habilidades únicas o extrañas o ejemplares. Pero me lastima mucho el sufrimiento animal que estoy conciente sucede en los circos.
Me da mucho gusto saber que te la pasaste padre y que la experiencia a pesar de ser diferente, resultó igualmente interesante.
¡Besos David!
Mariana.
Jajaja... qué horrible eres!!! ¿Morirte de la risa cuando una escuincla se cayó? Yo también te habría echado ojos DIODIO!!
Jeje... Ahora yo soy asidua de los circos, porque tengo que llevar a mi escuincli.
"De niño lo que más despertaba mi atención eran los magos y los diversos animales. De grande lo mejor fue la contorsionista"
Nice!
me gustaria saver las fechas y los lugares en donde se va a presentar el famoso cirdo do portugal por que sus espectaculos son lo mejor del mundo ademas que tengo un bonito recuerdo de este circo.si alguiine save de las fhechas a qui dejo mi e-mail: ryo_299@hotmail.com
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