De una tarde entre priistas...

Seven Readers!!

A las cinco de la tarde del domingo pasado el Paseo de Montejo se encontraba cerrado. El PRI lo había tomado. Cientos de miles de personas se arremolinaban alrededor de uno de los baluartes históricos de la ciudad: el Monumento a la Patria . Sobre las piedras talladas por el escultor colombiano Rómulo Rozo , varios cientos de personas se ponen de pie con el objetivo de mirar hacía el escenario que se encuentra instalado justo al pie de la gigantesca escultura. En la tarima se encuentra reunida la cúpula del Revolucionario a nivel nacional y local. Es el colofón de su campaña por la gubernatura de Yucatán, y la estructura partidista se ha puesto al servicio del evento. Miles de personas colman una buena parte de la avenida más importante de la ciudad. Muchos de ellos, tal vez estén ahí por primera vez, rodeados de centros comerciales, hoteles y restaurantes que les son completamente inaccesibles. Pero esta vez, los han hecho suyos, o al menos se han apropiado de las escaleras o las aceras ubicadas en las entradas de dichos establecimientos. Una marea de gargantas, que responde con cierta emoción cuando el animador del evento anuncia que es el turno de Ivonne Ortega para dirigirse a la multitud. Un hombre que pasa con un carrito del super Chedraui, que se encuentra a un costado del monumento se detiene, voltea hacía atrás y continua con indiferencia hacía el centro comercial. No es el único al que el discurso de la candidata parece no importarle, junto a mí una chica adolescente le pregunta a su mamá: “¿falta mucho para Kumbia Kings ?”.

El McDonald´s que se encuentra en la esquina de la glorieta está también cerrado. Los gerentes han tomado esa decisión para evitar que la gente pase a usar sus instalaciones sanitarias, o quizá para mantener alejada a la multitud que ha llegado del interior estado y que hoy ocupa las escaleras de su entrada. Un grupo de mestizas se sienta en las mismas, les pregunto si alguna vez han comido ahí: “¿Dónde?“ – responde una de ellas. “Aquí” – les señalo – “donde venden hamburguesas” Ríen de buena gana y apuntan a una de sus compañeras “ehh…si ella nunca había venido a Mérida, ¿cómo vamos a comer aquí joven?”.

En el templete Ivonne Ortega habla y arenga a la multitud; lo hace con la habilidad adquirida en 76 días de proselitismo electoral, o tal vez en los dos años que lleva en campaña compitiendo para diversos puestos de elección popular. No ha concluido ninguno. Grita sus “propuestas” y al final termina por invitar a todos los yucatecos a votar y a defender el voto el 20 de mayo. Una lluvia de fuegos artificiales ilumina el cielo, mientras una bazooka avienta papeles tricolores. Ivonne es el único punto rosa en el medio de una marea de gente vestida de rojo, el color oficial de la campaña, al término del discurso levanta los brazos y toma la actitud de una rockera…o mejor dicho la de una reina de la música grupera.

Cuando los discursos finalizan, los políticos bajan cobijados por un grupo de guaruras que les abren espacio entre la multitud. La gente les toma fotos e incluso, para mi sorpresa, les pide autógrafos. El diputado Blanco Pajón (aquel que cantó en el Disco de Oro de TV Azteca ) los reparte en actitud de condescendiente estrella. Se detiene, quiere y se deja de querer. Lo mismo sucede con el candidato a la Alcaldía de Mérida Adolfo Peniche. Una mujer, subida en las muros del Monumento a la Patria, le grita: “!Adolfo…ya ganamos¡”, el candidato le responde mostrándole los pulgares en señal de triunfo. Uno a uno desfilan los políticos priistas. Emilio Gamboa baja saludando a la gente. Nadie parece cuestionarle sobre la futura decisión de la Corte en torno a Ley Televisa de la que fue promotor; en realidad, me parece que ninguno de los presentes, está informado sobre el asunto. Beatriz Paredes no se detiene, sus guaruras le abren paso y sale del área con rapidez. Muchos esperan a Ivonne, pero parece ser que la candidata ha salido por otra zona, defraudando a su público. Puedo percibir un dejo de tristeza en algunos de ellos, pero éste se esfuma rapidamente cuando el animador del evento anuncia que pronto llegarán los Kumbia Kings.

La expectación entonces se vuelve mayúscula. El animador mira hacía el repleto Monumento y le pide a la gente que, por respeto a la obra de arte, se bajen del mismo. Por supuesto nadie le hace caso. La gente se arremolina más en torno al escenario, el gran plato del banquete priista está por aparecer. Cuando la tarde comienza a hacerse noche, los Kumbia Kings toman el escenario y hacen que la multitud olvide a la cúpula del partido. Los políticos que se encuentran en la parte posterior del monumento, pronto se quedan solos. Nadie ahora les hace mucho caso, hay que cantar y bailar al rtimo de “Mi Dulce Niña” Un grupo de señoras de clase alta, todas vestidas de rojo, se retiran de la zona en la que corren el riesgo recibir un baño de pueblo. “¿Y ahora, a dónde vamos?” – pregunta una de ellas –“Al Salads” – le responde, otra. No notan que a su lado pasa una mestiza con varios niños. Llevan playeras y otros regalos, “¿A dónde vamos?” – le pregunta uno de los chicos a la mujer mayor. “Al camión, para regresar al pueblo” le responde la cansada matrona.

Camino entonces por prolongación Montejo. Junto a las agencias de la Audi y de la Porshe, se apilan tres camiones de la Alianza de Camioneros. A ellos sube un grupo de gente sumamente humilde. Miran de reojo a los lujosos automóviles mientras abordan la unidad Mercedes Benz que les ha llevado al evento. Un campesino orina en el patio de la agencia; ¿protesta? No, simplemente las ganas han podido más. La gente se retira dejando al Paseo de Montejo cubierto bajo un manto de basura. La estructura priista ha hecho una demostración de músculo. De su poder de convocatoria. Están convencidos de que regresarán a palacio el próximo domingo. Y algo ha quedado claro: no escatimarán en recursos, ni en artistas invitados, para así lograrlo.

Así las cosas hoy lunes...

Salud pues......