lunes, mayo 28, 2007

Del adiós del Megavolcho...

Seven Readers!!!!

Seguramente muchos de ustedes han querido algo que finalmente, al cabo de un buen tiempo, han podido conseguir. Yo siempre quise tener un VW sedán color rojo. Algo tenía ese auto que hacía que cada vez que uno pasaba por la calle, simplemente no podía quitarle los ojos de encima. Lo deseé durante mucho tiempo, hasta que finalmente, hace unos tres años, pude tener uno de mi propiedad.
Al tenerlo, descubrí que simplemente me encantaba por que, según yo, poseía gran personalidad; independientemente de su tamaño, era un vehículo que destellaba presencia y seguridad. A eso, hay que añadir que su mantenimiento era realmente económico. Todo eso hizo que me enamorara de mi carro.
Por eso, cuando le vendí finalmente este fin de semana, no pude evitar sentirme bastante triste, pues tuve la impresión de que ahí se fue un capítulo importante de los últimos años.




El Megavolcho me acompañó fielmente durante muchas mañanas. Tenía la impresión de que siempre estaba de buen humor y ello me contagiaba y me animaba a comenzar la jornada, cuando su estéreo comenzaba a sonar su techo ovalado formaba una acústica perfecta y carro y yo dábamos un concierto espectacular por el camino. En épocas de intenso calor, nos derretíamos juntos; y por las noches siempre compartía mi cansancio mientras me llevaba a casa. Pasamos por calles inundadas y jamás desistió de navegarlas, me llevó por avenidas; fue mi medio de transporte a comidas, al cine o a algún concierto; y siempre que lo hizo regresó sin sufrir mayor desperfecto.
El sábado le vi partir y alejarse para siempre de mi vida. Espero que sus próximos dueños le quieran tanto como yo lo quise. Mientras prendía sus direccionales para dar vuelta a la esquina de mi calle, pensé que era su forma de decirme adiós. Una vez que entré a la casa, me puse a pensar en lo mucho que nos encariñamos con ciertas cosas, al grado que comenzamos darles una personalidad, las hacemos nuestras y forman parte de nuestra vida. Cuando las perdemos, sentimos que hemos dejado en ellas algo de edad. Ello he sentido con la partida del Megavolcho.
Farewell my friend. You will always be on my mind…Espero que algún día volvamos a encontrarnos en las calles de esta aldea…


Así las cosas hoy lunes…

PS1…menos mal que ganaron los Tuzos, fue divertido ver a los americanistas tragarse una vez más su soberbia.

Salud pues……

7 comentarios:

Angie Sandino dijo...

Un minuto de silencio por el Megavolcho... y recuerda, el hábito no hace al monje, me refiero que la personalidad del auto tenía que ver en gran parte a lo que tu le irradiabas..

Un beso y no te pierdas tanto!

Pereque dijo...

Se nota que querías... no, quieres mucho al Megavolcho. Los mejores deseos para los dos.

<off-topic>
¡La primera pedrada contra Despacio 2007!, si te llama la atención.
</off-topic>

David Moreno dijo...

Angie:

Thanks a lot...

Pereque:

Gracias mil por el link. El viernes le caemos en el programa..

Saludos!!

Kix dijo...

Wow, te comprendo de verdad mucho mejor de lo que puedas imaginar. Aunque sea un objeto inanimado, siempre estuvo ahí para compartir momentos. Yo también me he encariñado mucho con los autos que he tenido. En particular un Peugeotito que saqué nuevecito de agencia (mi primer coche nuevo), mismo que me duró mas o menos un año, porque mi EX tuvo a bien desmadrarlo y mandarlo a pérdida total.

Gruesas lágrimas derramé.

Sandra dijo...

mi estimadisimo compatriota.. primera vez que leo su blog...y admito me gusta!! un post interesante y ke saca mis recuerdos acerca de las cosas de las ke tuve ke desprenderme casi arañandolas por ke ya no eran para un adulto... pero la verdad es ke esas cosas se kedan con partes de uno y visceversa.... un beso desde la cd. mas poblada del mundo...el D.F. espero su visita en mi pekeño espacio

Pater Noster dijo...

debe doler... tanto vivido. RIP

AndreaLP dijo...

Adiós al megavolcho, pero seguramente ya tienes un nuevo compañero de aventuras, verdad? :-)

Un sentimiento parecido tuve cuando nos desprendimos del Psycho-chevy, y me dolió más ver que no lo cuidan como yo. Lo bueno es que ahora lo veo más seguido y lo consiento un poquito. ¡Ah, mi psycho-chevy...! Tantas aventuras que le tocó pasar a mi lado y jamás se rajó!

Saludos, Dave.