México es un país de extremistas. Parece ser que a los mexicanos no entendemos de puntos medios, odiamos o amamos las cosas al máximo, no solemos buscar equilibrios ni balances.
Ayer por la mañana alguien me reescribió un tweet de una activista social meridana. La chica en cuestión - autodefinida con el corazón abajo y a la izquierda - se quejaba de que al abrir el periódico La Jornada encontró en primera plana la foto de los chicos de la Sub 17 celebrando el título mundial de la categoría. El tweet decía, copio textual:
"q abro la jornada y q veo a unos descerebrados quesque alzando la copa.... neta eso es importante en México???"
Un tweet bastante desafortunado. Emitir juicios de valor "a priori" y con desconocimiento de causa es algo que se nos da muy fácil en el país. Llamar descerebrados a unos chicos solo por el hecho de ser futbolistas me parece demasiado aventurado. El deporte cuando se practica con gallardía y con el ánimo de fomentar a la sana competencia siempre dignifica a quien lo practica. El triunfo de la Sub 17 me parece que se aplica en ese sentido pues se trata de chicos que - hasta el momento de coronarse - no habían sido tocados por los intereses que se mueven alrededor del fútbol. Y en un país en el que nos quejamos de que todos los triunfos se dan através de la corrupción y la trampa, cuando alguien gana con limpieza en una justa deportiva nos apresuramos a descalificar su triunfo, lo denostamos simplemente porque consideramos que se trata de una actividad que enajena a las masas.
Me parece tremendamente contradictorio el condenar de esta manera el triunfo de un equipo de fútbol conformado por adolescentes, particularmente porque la condena viene de gente que se identifica con la izquierda, opción política que - en teoría - aboga por la limpieza en todo tipo de competencia. Pero historicamente la izquierda ha despreciado al deporte y esa me parece es una de sus más grandes pifias. Eduardo Galeano, en el estupendo "El Fútbol a Sol y Sombra", hablaba sobre esa crítica insana que los intelectuales - tanto de izquierda como los conservadores - le hacen al fútbol. Dice el gran Uruguayo:
"El desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece... el instinto animal se impone a la raza humana, la ignorancia aplasta a la cultura y así la chusma obtiene lo que quiere... muchos intelectuales (de izquierda) descalifican al deporte en general y al fútbol en particular porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria... los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño por sus enemigos de clase"...
Galeano - evidentemente sin proponérselo - define perfectamente al "snobismo" de los intelectuales de derecha e izquierda mexicanos respecto al fútbol. No deja de sorprenderme, en el caso de aquellos que se autodefinen como gente de izquierda, el odio extremista que llegan a desarrollar en el caso del fútbol. Puedo entender su desprecio hacía el contexto mercantilista que rodea a este deporte (algo que comparto plenamente), pero no hacía el juego en si mismo pues no solamente se trata de un evento con grandes virtudes estéticas, sino que su práctica puede ser una analogía de los ideales de la izquierda, particularmente de aquellos que valoran al ser humano como un ente libre por naturaleza. Y es que no existe nada más libertario que el triunfo logrado con justicia en un evento deportivo, y si la izquierda no puede entender eso ¿cómo entonces nos habla de la búsqueda de la libertad como uno de sus más altos ideales?.
Llamar "descerebrados" a los chicos de la Sub 17 no es solamente pretencioso y pedante, sino que me parece es contradictorio de alguien que identifica a la izquierda como su bandera política. Ese parece ser un mal endémico de muchos simpatizantes de la izquierda quienes parecen sentirse intelectualmente superiores a los integrantes de esas masas a las que pretenden liberar de la opresión del sistema corrupto. Eso en gran medida es lo que los ha llevado al fracaso y a distanciarse culturalmente de la gran mayoría de la población.
Tendrían que entender que el triunfo deportivo es también - cuando se produce sin trampa de por medio- el éxito de la justicia. Pero también puede ser un triunfo simbólico que puede generar analogías importantes particularmente en un país como el nuestro. ¿No es acaso el de la sub 17 el triunfo del más débil, del que aparentemente está siempre destinado a perder?, ¿No implica esta victoria - lograda con lealtad y entrega - la emancipación del débil ante el poderoso?, ¿No es acaso la homologación final de las clases futboleras en donde finalmente la lucha de esas clases es ganada por los de abajo?, ¿No es acaso todo esto el triunfo de la izquierda?.
“Cuando los héroes numerados saltan a la cancha lo que está en juego ya no es un deporte. Alineados en el círculo central, los elegidos saludan a la gente. Sólo entonces se comprende la fascinación atávica del fútbol. Son los nuestros. Los once de la tribu.”
Esto lo escribe Juan Villoro en su excepcional ensayo Los Once de la Tribu (pueden escucharlo en voz de su autor en este enlace) explicando que no hay nada más igualitario que un partido de fútbol. Nada más representativo de esa lucha por alcanzar el ideal de que todos los seres humanos tengan la posibilidad de alcanzar el éxito. Si esos que se dicen simpatizantes de la izquierda se despojaran de sus pretenciosas y extremistas ataduras intelectuales, comprenderían que no existe un deporte más izquierdista que el fútbol.
Así las cosas hoy martes...
Salud pues.......
3 comentarios:
Mi querido David
De futbol sé poco y si a ello sumas que soy desesperada, entenderás que ver un partido de fut no se me da... pero de ahí a despotricar contra el juego o los futbolistas, pues no. (eso sí, me desesperan los gritones comentaristas de fut de la tv). Lo que sí disfruto, y mucho, es leer sobre futbol y para ello Juan Villoro es de lo más recomendable. Lo mismo que Eduardo Galeano y tantos otros. Y como tú, no estoy de acuerdo con quienes atacan a los futbolistas y al fut, culpándolos de la estulticia de la sociedad. Nada más absurdo, al menos para mí que pienso que
la estulticia es como la gracia: se tiene o no se tiene… sin importar que se sea o no aficionado el futbol.
Saludos
Me llovieron piedras... Admito que cuando empecé a escribir mi blog despotriqué contra el futbol de la misma forma en la que la twittera (con muchas menos faltas de ortografía, eso si) No lo había considerado desde esa perspectiva, sobretodo porque yo siempre digo que si te gusta practicar algún deporte, debes de ser libre de poder practicarlo.
El problemacon el deporte en México, y no solo en el futbol, sino en general, es lo amafiado que esta por parte de los promotores y las televisoras. Como bien dices, sin esas variables, cuando se alzan campeones, su triunfo siempre es meritorio.
Esta debería ser una lección para todos los intelectualoides snobs. El snobismo es lo que le da en la madre a la intelectualidad
de acuerdo contigo. no está peleado para nada el ser intelectual y que seas rata de biblioteca, cientifico, o lo que sea, y que te guste el deporte. muy por el contrario, el deporte también dignifica, ayuda a tu salud, es una forma extraordinaria de relación social, aprendes a relacionarte, ganas amigos, es la mejor medicina contra el estress... Y particularmente sobre los muchachos de la sub-17, ellos son los menos culpables de toda la corrupción que está en el nivel directivo.
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