Seven Readers!!..
Algo está pasando en el mundo, algo realmente interesante. Una especie de mecha revolucionaria comienza a esparcirse por el planeta entero. ¿Dónde empezó? Eso parece irrelevante y hasta confuso. Algunos dicen que en la pequeña Islandia se puso el primer ejemplo. Ahí un sábado por la mañana en el año 2008 Hördur Torfarson se paró en la puerta del parlamento islandés, llevaba consigo una guitarra y un micrófono. Era un tiempo difícil para la pequeña nación ártica: su principal banco había quebrado y el sistema financiero Islandés era prácticamente un desastre. Torfarson tomó su guitarra, se puso a cantar y le pidió a las personas que pasaban que expresaran sus opiniones respecto a lo que estaba pasando en aquellos días. Al siguiente sábado hizo lo mismo reuniendo a un par de decenas más de personas y así, hasta que los sábados islandeses llevaron a la disolución del parlamento islandés en 2009. Los islandeses persiguieron a los banqueros que iniciaron con su desastre e incluso eligieron a 25 ciudadanos para que redacten una nueva constitución. Todo lo hicieron desde abajo, desde la ciudadanía.
Ahí en un país de tan solo 320000 habitantes, dicen que comenzó todo.
Luego vino Wikileaks poniendo al descubierto los manejos que se dan en las altas esferas diplomáticas, la libertad de la red demostraba su valía. De ahí – impulsadas por las redes sociales – vinieron las protestas en el mundo árabe. Dictaduras y monarquías del medio oriente temblaron por la presión de las multitudes que salieron a las calles a pedir, a exigir un cambio en sus sociedades.
Hoy es España.
A unos días de las elecciones del domingo 22 los ciudadanos españoles han salido a las calles a pedir, a exigir, un cambio en el sistema político de su país. En las manifestaciones españolas no caben los partidos políticos, tampoco los sindicatos. Es la ciudadanía, y lo más importante la ciudadanía jóven la que está pidiéndole a sus políticos, a sus dirigentes un viraje en las cuestiones económicas, en las sociales.
El manifiesto del movimiento español – denominado ¡Democracia Ya¡ los describe perfectamente:
“Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie”.
Ciudadanos de a pie que quieren cambiar las cosas desde abajo.
Alguien me decía hace unos días que este tipo de movimientos está destinado al fracaso pues necesita apoyo de algún sector de las élites en el poder. Es posible. Pero Islandia, Egipto y quizá España han comenzando a demostrar que el sistema puede temblar cuando la gente se organiza, que las mismas élites pueden ser rebasadas y que el cambio puede venir desde abajo. Tal vez gracias a las herramientas tecnológicas con las que ahora contamos, con la capacidad de organización que puede darse a partir del uso de las mismas – particularmente desde las redes sociales – el momento de los ciudadanos ha llegado. Es quizá la hora del cambio, la hora de demostrar que otro mundo es posible.
Así las cosas hoy jueves...
Salud pues......
2 comentarios:
Siempre ha sido asi. El Gobierno tiene miedo de nosotros los ciudadanos, es hora de recordarles a ellos quienes son en realidad sus patrones
Estamos viviendo una época muy interesante. Aún que los movimientos no lograran todos su objetivos, es claro que el mundo no volverá a ser el mismo después de todo lo que está pasando. Creo que somos una generación afortunada: somos los primeros en vivir algo así desde los 60's, y tras casi 5 década de apatía y pérdida de ideales.
¡Revolución, imbéciles, revolución!
Publicar un comentario