miércoles, agosto 26, 2009

De the way we walk....

Seven Readers!!


En 1992 la banda Genesis sacó un disco fantástico titulado We can't dance. Un trabajo fantástico que yo solía escuchar mientras el pesero de la ruta 95 que me llevaba de mi casa a la UAM -X.




Quizá ustedes recuerden el sencillo más famoso de este trabajo: I can't Dance. Una maravilla de canción, con una de esas letras que en mi caso es una especie de himno de vida. Y no lo digo porque sea precisamente un tema que describa una situación de índole emocional, sino por que habla de dos verdades absolutas verdades: no puedo bailar y mi forma de caminar realmente se parece a la de las siluetas que aparecen en las pantallas de este video.




En realidad la manera como caminamos puede decir mucho de nosotros. Y la realidad es que el lenguaje de los pasos parece ir desapareciendo poco a poco. Los pasos, la manera como caminamos dice mucho de nosotros.
Eduardo Galeano escribió un texto titulado Caminares. Dice:


Tengo el cuerpo todo lleno de palabras. En los análisis de sangre, siempre aparecen más palabras que glóbulos:

—El colesterol está dentro de los límites, pero las palabras... —me dice el médico, y frunce el ceño.
Las palabras me caminan adentro, mientras yo camino. En mis ires y venires a lo largo de la costa de Montevideo, las palabras van y vienen todo a lo largo de mí: ellas se buscan, se encuentran, se juntan, y juntas crecen y se van convirtiendo en cuentos que quieren ser contados. Entonces las palabras golpean a las puertas de mi cuerpo, la puerta de la boca, la puerta de la mano, queriendo salir, queriendo darse, mientras yo me dejo ir por la orilla del río ancho como mar. Fue a la orilla de ese río-mar donde alguna vez también yo golpeé a las puertas de un cuerpo, queriendo salir, queriendo darme, y fui nacido.

Me parece ésta, una maravillosa reflexión de Galeano.
Todas las noches cuando salgo a caminar, me lleno de ideas, palabras, en esas historias a las que el uruguayo hace referencia. Más allá del ejercicio que significa está el rescate del caminar como acto lúdico, pero también como el elemento motor natural del ser humano. Cada paso dice mucho de nosotros, nuestra manera de caminar es parte intrínseca de nosotros mismos, es nuestro vaivén al caminar una de las rúbricas de nuestra personalidad.
Caminar entonces también tiene un sentido onírico, y quizá este sea el más importante. Porque si cuando caminamos soñamos, entonces es el caminar es en si un acto de profunda humanidad pues el hombre quizá sea un sueño en si mismo que despierta cuando da un paso y piensa en las palabras que le conforman.

Así las cosas hoy miércoles...

Salud pues......

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