Seven Readers!!!
Hoy por la mañana hacía cola en un banco para hacer un depósito. Los bancos saben que cuando uno va a realizar un pago, normalmente se tardará más de una hora, así que han ideado varias formas para entretenernos. La mayoría tiene muy mala música y otros tienen televisores normalmente con programas horrorosos. Pero hoy, el banco en el que me hallaba tenía una película, lo cual llamó poderosamente mi atención, sin embargo no era al único al que el filme que se proyectaba en las teles del banco había distraído. Al voltear a ver quien más veía la película en cuestión, me topé con un menonita. Como muchos seguramente saben, los menonitas son una secta europea que en sus comunidades no tiene contacto con los medios de comunicación, así que eso hizo que me interesara en aquel personaje que no podía despegar los ojos de la pantalla. Se trataba de un muchacho joven, de unos 23 años, vestido a la usanza menonita: camisa de cuadros, overol de mezclilla, botas de trabajo y una gorra. Ya el hecho de encontrarse con un personaje así en un banco resultaba extraño (al voltear, miré que una mujer mayor – supongo que un familiar – se encontraba varios lugares delante de mi: el joven le acompañaba) pero más extraño era lo concentrado que estaba en el filme.
Me concentré junto con él en lo que veía. La película en cuestión era The Champ, de 1979. Un melodrama protagonizado por Jon Voight, Faye Dunaway, el gran Jack Warner y un pequeño Ricky Schoeder quien de niño tenía una facilidad asombrosa para llorar en pantalla; la película está destinada a generar cualquier cantidad de lágrimas y casi toda su planificación está diseñada para generar situaciones de carácter emocional. Lo que el menonita y yo veíamos era una de las secuencias mejor logradas de la película: Jon Voight juega con su hijo en la playa, el sol cae con elegancia sobre ellos y el mar les abraza con complicidad y ternura. La secuencia combina planos generales con close ups de los dos personajes y está acompañada de una tierna partitura general. Voight y Schoeder platican sobre la vida y el le enseña varias cosas al niño, para luego jugar en la playa. Uno que más o menos está versado en estas cosas, sabe casi por instinto que se trata de una secuencia que luego le dará paso a otra en la que el drama se hará presente, y casi se puede apostar que se está ante la última vez que padre e hijo ficticios pueden disfrutar de un momento así. Al final la escena cumple con su cometido: ha logrado que nos creamos que el lazo que une a ambos personajes es indivisible No matter what….
El menonita literalmente veía la escena con la boca abierta, como si estuviese descubriendo un mundo nuevo y fantástico al que jamás había tenido acceso. Tal vez se preguntaba dónde se encontraba aquel lugar, o quienes eran esos personajes o si eran reales o no. Era muy interesante, por que a diferencia de nosotros que estamos sumamente metidos en una cultura total y completamente mediatizada e iconográfica, el personaje a mi lado proviene de un mundo completamente aislado en ese sentido. Y sin embargo, la escena parecía haberle cautivado y se encontraba plenamente concentrado en ella.
No pude evitarlo y me acerqué con él. Una vez que me cercioré de que entendía el español (muchos menonitas solamente hablan su propio idioma, que es una especie de alemán antiguo) le pregunté si había visto algo así antes. El menonita giró lentamente la cabeza hasta mirarme a los ojos. Tardó un rato en contestar y luego respondió: “No”. “Y ¿qué te parece?- inquirí. Dudó por un momento, pero con una mezcla de timidez y emoción alcanzó a contestar “es muy hermoso”. Luego volteó nuevamente hacía la pantalla. No quise seguir insistiendo y la cola avanzó alejándome de él. Pero yo sabía que en el fondo, el cine había cumplido una vez más su cometido: había logrado emocionar. Seguí mirando por un rato al filme y al menonita, existía un comunión especial entre ellos, algo en su interior había sido tocado; no puedo apostar que había sido, pero evidentemente ahí estaba. La mujer a la que acompañaba terminó de hacer sus trámites y le llamó desde lejos, tuvo que acercarse a él para que le hiciera caso y aún mientras caminaba hacía la puerta, el menonita miró un par de veces de reojo a la pantalla y luego desapareció en la acera.
Yo seguí mirando el filme, el menonita se había perdido la siguiente secuencia: la última pelea de The Champ. ¿Cuál hubiese sido su reacción? No lo sé. Pero lo cierto es que una imagen bien filmada puede llegar a cualquier persona independientemente de su religión o educación, por que hay algo que será difícil de refutar: el viejo sueño de alcanzar un lenguaje universal se ha cumplido: el cinematográfico es ese lenguaje.
Del Número 3….
People of the World…llegamos al número 3 de la lista de top 20 ochentero…y la rola es…
Sweet Child O´Mine de Guns n` Roses…
El año es 1988. Y un grupo de Hard Rock de L.A. Conquistaba al mundo con una música rabiosa y misógina: Guns n´ Roses. Appetite for Destruction había sido lanzado unos meses antes, en 1987, y poco a poco se había convertido en un trabajo muy popular, tal vez demasiado popular, pues a la postre vendió 15 millones de copias tan solo en los Estados Unidos. El grupo tenía a dos pilares: su vocalista Axl Rose y su guitarrista Slash. Uno, poseedor de un carisma y un atractivo que soslayaban su pobre capacidad vocal y el otro, un enigmático y talentoso guitarrista que se contraponía en imagen y actitud al frontman de la banda.
El tema en cuestión fue el segundo sencillo del disco (el primero fue Welcome to the Jungle) y catapultó a Guns a una audiencia mucho más amplia que la de la legión rockera que los seguía desde la aparición de su álbum.
Axl le había compuesto un poema a su novia Erin Everly. Slash y el baterista Steven Adler crearon la melodía y Duff McKagan la distintiva línea del bajo: el resultado una canción casi perfecta, pegajosa y reconocible desde sus primeros acordes. Un logro. El riff y el solo de guitarra de Slash son un prodigio, y llegaron a estar considerados por la revista Guitar World entre los 50 mejores solos del mundo.
El vídeo mostraba a la banda ensayando en un teatro abandonado. Varias de las novias de los miembros de grupo aparecen en el papel de groupies. Un video muy exitoso y que ayudó a catapultar la canción hasta ser considerada la mejor de 1988 por algunas listas. Durante dos semanas se mantuvo en el primer lugar de Billboard.
Guns se deshizo con el paso de los años. Axl ha pretendido revivir al grupo con nuevos miembros y desde hace ya varios años ha anunciado el lanzamiento de un nuevo disco que llevaría por título Chinese Democracy. Slash por su parte ha creado una nueva super banda junto a Matt Sorum y McKagan y el ex vocalista de Stone Temple Pilots, Scott Weiland: Velvet Revolver.
Así que aquí tienen a Sweet Child O´ Mine de Guns n´Roses.
She's got a smile that it seems to me
Reminds me of childhood memories
Where everything
Was as fresh as the bright blue sky
Now and then when I see her face
She takes me away to that
special place
And if I stared too long
I'd probably break down and cry
Sweet child o' mine
Sweet love of mine
She's got eyes of the bluest skies
As if they thought of rain
I hate to look into those eyes
And see an ounce of pain
Her hair reminds me
of a warm safe place
Where as a child I'd hide
And pray for the thunder
And the rain
To quietly pass me by
Sweet child o' mine
Sweet love of mine
Where do we go
Where do we go now
Where do we go
Sweet child o' mine...
Ahh…faltan dos canciones: ¿alguien se anima a apostar cuales serán?...
Así las cosas hoy jueves…
Salud pues……
12 comentarios:
Hola David... Fijate que justo en Santa Cruz donde me encuentro ahorita, están varias comunidades menonitas que emigran desde méxico y como anécdota te cuento que le sacan las llantas a los tractores para que los jovenes no se vayan a la ciudad en estos vehículos... que los que emigran de Canada compran cantidades industriales de "Chezz Whiz" ese queso para untar les fáscina, lo sé porque trabajé en la empresa que se los vende y no tienes idea de lo buenísimas personas que son dentro y fuera de su comunidad... eso sí, al menos por aquí tienen un particular olor a queso... y desde que nacen son preciosos lo cual se vá perdiendo con los años... me puedo imaginar muy de cerca la escena que viviste junto al menonita y hubiera sido interesante verle mientras Ritchie llora al final de la pelea diciendo "Champ...champ!"...
Uff ya parece testamento! solo decirte que está tu humilde servilletita gustaba de imitar a Axl con los pasos que hace tomando el microfono y ladeandose mientras canta sweet child oh mine... se me hacía la forma más hiper cool de bailar...je,je..
Un abrazo!
Yo apuesto que en las últimas dos estarán Police y/o Peter Gabriel y/o Phil Collins para cerrar a lo grande.
Que experiencia el ver la reacción del menonita! Creo que fue conmovedor.
Apuesto por una de Bon Jovi, pero veremos!
Saludos
Wow, wow y recontra wow, tu post de hoy es magistral! Primero, Gonsa!! Soy hiper fan y más de esa rola, es el HIMNO ochentero, verdá de dios... Me vuelvo loca al escucharlo, más loca, quiero decir...
Y por otro lado, tu narración del cine, y el menonita, tal cual me lo imaginé, todo güerito él, con su canastita de quesos al lado, viendo la tele con la boca abierta, y por otro lado lo que mencionas del cine que puede llegar a penetrarte los sentimientos de manera impresionante, todo, todo eso es cierto.
Recuerdo mucho una escena de la película el pianista que me hizo llorar, estremecerme y días después seguía pensando en ella, de hecho, ahora que lo recuerdo, igual se me apachurra el corazón: cuando en el muro un niño se queda atorado a la mitad y lo destrozan los oficiales a madrazos... ahhhh qué impotencia, tristeza, cuántos sentimientos surgen en ese instante!!
Eres grande Dave.
Ah, y respecto a las rolas:
De las últimas dos, una debe ser de U2, necesariamente, tal vez BAD...? Mi canción favorita de U2.
estos menonitas son todo un misterio, no puedo verlos y no recordar la movie "los niños del maiz"... prefiero estar lejos.
Guns n´Roses...siempre seran idolos
Hola!
Gran trabajo. Gracias por hacerlo
Buen fin de semana
En Mazatlán los menonitas venden pan y galletas en los semáforos. Me impresionó una mujer con su vestido largo y sus calcetines blancos bajo el sol a treinta y tantos grados. Eso es aguante. Aunque los menonitas no me parecen tan retrógrados, digo, usan servicios bancarios (aunque a lo mejor nomás fueron a cobrar un cheque, creo que no dices) y venden galletas en camionetas... los amish, esos sí viven en el siglo XVII.
De todos las entradas tuyas que he leído, ésta debe ser la mejor. Entre el solo hecho de estar viendo la tele y el lenguaje cinematográfico de lo que estaba viendo en la tele, debió ser una bomba conceptual y emocional para el menonita. Y trasmitiste su sensación de asombro muy bien. Mis felicitaciones.
Saludos, P.
Con la variedad que he visto en tu lista y viendo tantas canciones que yo consideraría para la lista y obserando algunas de nustras diferencias en cuanto a gustos... no... no me atrevo a apostar sobre lo que venga...
¿George Harrison?
¿David Bowie?
¿Twisted sister?
¿No?
La rola de hoy es una inmortal en mis gustos, alguna vez la traje como tono de mi celular, hasta que tuve que cambiar de celular y no pude volver a poneral. Gran interpretación de Axl Rose.
P.D. Hay quien dice que tengo cara de menonita...
Sip, me pude imaginar el sentimiento que tuvo el chico al descubrir cosas que no imaginaba. Ese es el poder del arte.
Y tu lista, sigue bien, muy bien!
Para el final...híjole, hay tantos que podrían ser, que mejor no me arriesgo a atinarle!
Woo debe ser hermoso el poder maravillarte con cosas que a nosotros se nos hacen comunes y corrientes.
saludos!
Gracias a Todos por sus comentarios....han sido realmente amables e instructivos...
Un abrazo...
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