King Kong funciona basicamente por dos motivos: es una historia de amor enmarcada dentro una gran épica. Peter Jackson ha reinventado a un clásico, pero no estoy seguro si las audiencias acostumbradas a ver MTV van a disfrutar de su nueva película. Va a ser difícil que el público acostumbrado a la resolución efectista y a las falsas complejidades fílmicas, se identifique con una historia sencilla y que rinde un profundo homenaje a uno de los personajes más queridos e importantes de la historia del cine y a toda una época dentro de la historia de la humanidad. Toda la película es la reinvención de un clásico, de un tiempo que fue preponderante en la historia de occidente y en el que los mitos y las aventuras jugaban aún un papel muy importante. El cine, comenzaba a explorar sus capacidades espectaculares y la industria del entretenimiento se convertía en el escape ideal para quienes atravesaban una situación difícil. Jackson se encarga de mostrar a un Nueva York que se debate entre la pobreza y los inicios de la modernidad. La gente se muere de hambre en calles en las que al mismo tiempo se construyen grandes y modernos rascacielos que a su vez son un sinónimo de esperanza por la llegada de tiempos mejores. El capitalismo tiene en el cine a su gran aliado y los directores y ejecutivos de la industria fílmica son capaces de cualquier cosa con tal de crear grandes espectáculos que consigan atraer a la mayor cantidad posible de público a las salas. Para Jackson, el cine ejerce una fascinación muy especial entre la gente. Fascinación que parte de la inocente capacidad de asombro de la sociedad de la época.
Y de ahí parte la historia. Carl Denham es un egocéntrico y decido director de cine que es capaz de cualquier cosa con tal lograr el éxito. Estará incluso dispuesto a sacrificar sin ningún escrúpulo a sus asistentes con tal de lograr su objetivo. Será el responsable de llevar a un grupo de actores y marineros a la Isla de la Calavera (Oh si...el nombre de la isla es fantástico…la Isla de la Calavera…ñaca..ñaca..) un lugar perdido en el tiempo en el que cohabitan una civilización perdida, animales prehistóricos y un enorme simio que ejercerá una particular atracción en el ambicioso Denham. Le Acompañarán en la aventura la hermosa Ann Darrow, una actriz que busca literalmente salir de pobre y Jack Driscoll un escritor teatral que a pesar de que odia a la industria del cine, debe escribir para ésta por dinero. Es un tipo de buenos sentimientos y que se enamora perdidamente de Darrow. Kong aparecerá como el tercero en discordia. Se forma pues un extraño y bizarro triángulo amoroso entre tres personajes con buenos sentimientos y lo que sucede alrededor de ellos estará siempre enmarcado por el sacrificio por el ser amado.
Y de ahí parte la historia. Carl Denham es un egocéntrico y decido director de cine que es capaz de cualquier cosa con tal lograr el éxito. Estará incluso dispuesto a sacrificar sin ningún escrúpulo a sus asistentes con tal de lograr su objetivo. Será el responsable de llevar a un grupo de actores y marineros a la Isla de la Calavera (Oh si...el nombre de la isla es fantástico…la Isla de la Calavera…ñaca..ñaca..) un lugar perdido en el tiempo en el que cohabitan una civilización perdida, animales prehistóricos y un enorme simio que ejercerá una particular atracción en el ambicioso Denham. Le Acompañarán en la aventura la hermosa Ann Darrow, una actriz que busca literalmente salir de pobre y Jack Driscoll un escritor teatral que a pesar de que odia a la industria del cine, debe escribir para ésta por dinero. Es un tipo de buenos sentimientos y que se enamora perdidamente de Darrow. Kong aparecerá como el tercero en discordia. Se forma pues un extraño y bizarro triángulo amoroso entre tres personajes con buenos sentimientos y lo que sucede alrededor de ellos estará siempre enmarcado por el sacrificio por el ser amado.
La película de Jackson es oscura, es épica y está llena de una imaginación que a veces amenaza con desbordarla. Cada plano de la cinta es una pequeña historia en si mismo y Jackson puede llegar a ser excesivamente detallista por momentos. No tiene empacho alguno en ir de un big close up a un wide shot, sin perder nunca su natural capacidad narrativa. Cada corte está ahí por que sirve para contar mejor la historia. Los efectos visuales están al servicio de la misma y nunca terminan por rebasar al personaje o a la trama principal del filme. Es, la del Kong de Jackson, una historia cargada de humanismo y bestialidad, una confrontación entre los lados animal e intelectual que todos poseemos. Y al mismo tiempo es una película endiabladamente entretenida y divertida que insisto le rinde homenaje a toda una época (miren, por ejemplo, la manera casi reverencial de presentar al Empire State). Es Jackson un cineasta maduro, que maneja un estilo propio y altamente desarrollado. Estamos pues ante un autor en toda la extensión de la palabra.
El reparto está al nivel de la trama. Adrien Brody es el anti galán perfecto, un tipo que cae rendido ante los encantos de la damisela de la película. Jackson logra contener a Jack Black y sacar de él una actuación mesurada e implosiva, un tipo obsesivo y obsesionado con la fama y la fortuna a costa de todo. Y Naomi Watts le brinda el toque de sensualidad e inocencia capaces de atrapar tanto a la razón, representada por el personaje de Driscoll como a la bestialidad representada por Kong. Mención aparte para Kyle Chandler, quien representa al típico galán de las películas de los años 30 y para Jaime Bell (¡Si! Billy Elliot…) quienes le añaden un toque extra a una adecuada selección de reparto.
Para ver King Kong hay que dejarse llevar por la fantasía. Se trata ante todo de una película fantástica en la que pueden convivir dinosaurios con seres humanos en una Isla que está perdida en algún lujar del Pacífico. Una vez que uno está dispuesto a dejarse llevar por el viaje, el resultado es sorprendente y llena todas las expectativas que alrededor de una película fantástica pueden crearse: imaginación y capacidad de asombro estimuladas al máximo.
Háganse a un lado Potterianos y Narnianos, el Rey del Invierno es un enorme Gorila creado por un Hobbitt Neozelandés llamado Peter Jackson.
El reparto está al nivel de la trama. Adrien Brody es el anti galán perfecto, un tipo que cae rendido ante los encantos de la damisela de la película. Jackson logra contener a Jack Black y sacar de él una actuación mesurada e implosiva, un tipo obsesivo y obsesionado con la fama y la fortuna a costa de todo. Y Naomi Watts le brinda el toque de sensualidad e inocencia capaces de atrapar tanto a la razón, representada por el personaje de Driscoll como a la bestialidad representada por Kong. Mención aparte para Kyle Chandler, quien representa al típico galán de las películas de los años 30 y para Jaime Bell (¡Si! Billy Elliot…) quienes le añaden un toque extra a una adecuada selección de reparto.
Para ver King Kong hay que dejarse llevar por la fantasía. Se trata ante todo de una película fantástica en la que pueden convivir dinosaurios con seres humanos en una Isla que está perdida en algún lujar del Pacífico. Una vez que uno está dispuesto a dejarse llevar por el viaje, el resultado es sorprendente y llena todas las expectativas que alrededor de una película fantástica pueden crearse: imaginación y capacidad de asombro estimuladas al máximo.
Háganse a un lado Potterianos y Narnianos, el Rey del Invierno es un enorme Gorila creado por un Hobbitt Neozelandés llamado Peter Jackson.
Así las cosas hoy jueves....
3 comentarios:
Wow cool!! Qué buena narración!!
Definitivamente iré a verla!!
Si si...no te arrepentirás...
Saludos :)
...ojalá y existan más de ellas...
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