lunes, octubre 17, 2005

De un cinematográfico Fin de Semana...

Seven Readers!!
Os Saludo con gran gusto en esta tarde. Nublado. El sol apenas y se asoma por entre las nubes. Una vez más, la península está en estado de vigilancia climatológica. Wilma, tormenta tropical aún, podría estar convirtiéndose en huracán e impactando nuestras tierras en los próximos días. Uno solamente desea que esta terriblemente activa temporada ciclónica en el Atlántico termine pronto. Mientras eso sucede, vendrán de nuevo los días de incertidumbre, de rumores y tal vez de compras de pánico. Y por supuesto no faltarán los jilgueros de la Radio y la Televisión locales desesperados por que una situación de Emergencia se presente y así tengan finalmente algo que decir. En fin...a vigilar.
Es interesante que esta semana se presente ajetreada, sobre todo luego de que tuve un fin de semana fantástico. Buena comida, descanso y tres películas, dos en vídeo y una en el cine. El viernes ví Coach Carter, una película más de deportes sobre el entrenador que motiva al máximo a un equipo destinado a perder, protagonizada por Samuel L. Jackson. Sábado por la tarde, The House of the Flying Daggers una cinta china de artes marciales que se envuelve en esta neo corriente oriental que ha venido a revitalizar a dicho Género. Llena de símbolismos y complicadas coreografías, Flying Daggers tiene un final bastante flojo que da al traste con la épica planteada durante las tres primeras partes del filme. Sin embargo ha resultado en una buena entrada para el gran plato que vendría después ese mismo sábado por la noche, eso sí, ya instalado en un complejo cinematográfico.
La Caída....
Existen demonios que tardan muchos años en finalmente ser exorcisados. El cine Alemán tenía uno: Adolf Hitler. Pasó mucho tiempo antes de que alguien se atreviera a filmar en Alemania una película sobre el terrible dictador y sobre su brutal régimen. Es evidente que el sentimiento de culpa por lo sucedido durante la segunda guerra mundial, era una pesada loza que nadie se atrevía a hacer a un lado. Son muchas las suceptibilidades que podían tocarse y muchas heridas jamás terminarían su proceso de cicatrización.
Oliver Hirschbiegel, se atreve con La Caída, a dibujar un cuadro sobre los últimos días de Adolf Hitler en esos momentos anteriores a su suicidio y a la rendición final del ejército Alemán. Estamos ante una película cuyas lecturas pueden ser diversas. Éstas dependeran de la concepcion que cada espectador tenga sobre lo acontecido a mediados de 1945 en la Alemania Nazi. Pero creo que muchos coincidirán, en que se trata de una película que muestra hasta donde se puede llegar cuando el poder nos obesiona de manera enfermiza. En general, me parece que ese es el tema central de la película: una obsesión por el poder por parte de quienes lo detentan y por parte de aquellos quienes son dominados por los poderosos.
Es evidente que un monstruo como Adolf Hitler no podía haber existido sin una mezcla de varios elementos: un país severamente dividido, dolido por la derrota y por las condiciones impuestas por sus vencedores durante la primera guerra mundial. Una sociedad que se convertía en tierra fértil para sembrar el odio, la locura y el engaño. Elementos que fueron manejándose a lo largo de la duración del régimen del Tercer Reich, y que le acompañaron hasta el final.
Para Hirschbiegel, el búnker ubicado bajo el edificio de la cancillería nazi es un micro cosmos de la sociedad alemana de aquellos años. Una sociedad dominada por el terror y la incertidumbre y cuyas acciones giran invariablemente en torno a la figura de Hitler. Es el dictador quien tiene el poder para decidir sobre el futuro del pueblo Alemán y es él, en un acto de brutal egoísmo, quien le arrastrará hacía su apocalíptico destino.

Críticos Británicos y Norteamericanos han enfocado sus baterías en contra de esta película, pues aseveran que se construye una figura ambivalente del dictador. Es cierto, pero en lugar de ser un error esto me parece un gran acierto. Hitler podrá adorar a su perro, amar a su mujer y jugar con los niños de Goebbles; pero nunca deja de ser una figura completamente diabólica. Bruno Gantz posee una extraordinaria capacidad histórica para crear a un personaje monstruoso en toda la extensión de la palabra. Un hombre cegado por si mismo, al borde de la locura. Gantz tiene implosiones interesantísimas que en un abrir y cerrar de ojos se convierten en explosiones de ira y furia por parte de un ser atormentado por si mismo y obsesionado por el poder y por el temor que generaba entre quienes le rodeaban.
La sensación de claustrobia que se siente en el búnker permea en toda la devastada Ciudad de Berlín. El ejército rojo, que poco a poco se va a apoderando de cada uno de sus edificios y sus calles, es un personaje más de la película. Un personaje que va revelándose con lentitud mientras avanza la cinta, pero cuya fuerza y presencia es innegable. Hirschbiegel es lo bastante hábil para ir, mientras transcurre la acción, acorralando poco a poco a los protagonistas del filme y en general a la población alemana. Los refugios y los reductos de gente amontonada, herida, muerta, son producto de la locura de aquel a quien llevaron al poder y aún cuando el hombre está por llevarlos a la perdición final, muchos de ellos siguen confiando ciegamente en el pequeño hombrecillo natural de Austria.
Con guión que tiene su sustento en dos libros, uno de Traudl Junge la secretaria personal de Hitler titulado "Hasta la última hora " y otro de Joachim C. Fest, biógrafo de Hitler, denominado "El hundimiento "; La caída es una película brutal en el sentido más amplio de la palabra. Una poderosa y apabullante reflexión sobre uno de los períodos más oscuros de la historia de la humanidad. Pero por sobre todo, me parece que estamos ante un filme en el que ninguno de sus protagonistas sale bien librado. La Caída no solamente se refiere al exterminio del régimen nazi, sino también al derrumbamiento de toda una generación que permitió el desarrollo y el crecimiento del nacional socialismo con todos los horrores que éste produjo.
Filme que nos lleva a tejer inevitables paralelismos con nuestra situación actual, en la que, guardando todas las prudentes distancias, hemos permitido gente obsesionada con el poder transforme y decida el rumbo de nuestros destinos. Si esto sucede es por que nosotros, en gran medida, somos culpables de ello.
La caída es pues un producto fílmico que trasciende más allá de la pantalla. Una película necesaria en nuestros tiempos, una película que nos recuerda que no podemos permitir que guerras como la del cuarenta y cinco y personajes como Hitler, vuelvan a decidir los destinos de este planeta.
Buena semana a todos ustedes...mis estimados Seven Readers....
Ps1...Perdió el América...una buena noticia...
PS2...A esperar que sucede en estos días con el Clima....Salud a todos!!...

2 comentarios:

Ra dijo...

Ya pude oir café de media mañana! Claro, a medias porque esas son las horas de la locura, pero me pareció muy chido al igual que la programación que le sigue (algo sobre Rosario Castellanos y musiquita muy buena)...

"La caída"... http://spaces.msn.com/members/pochacas/

Eso es lo que opino al respecto.

Saludos!

David Moreno dijo...

Gracias por escuchar...ahora leo tu opinión sobre el filme...

saludos...