sábado, enero 07, 2012

De esa cinéfila necesidad...

Seven Readers!...

2012 ha comenzado y no lo ha hecho necesariamente de manera positiva. Estas dos semanas han estado llenas de altibajos, y si así será todo el año creo que habrá que lucharle mucho. Bueno, nadie esperaba que estos 366 días que conformarán al nuevo año iban a ser el equivalente a una alfombra roja. Hay algo en mi que comienza a sufrir un poco por la incertidumbre con la que ha iniciado 2012, pero también creo que pronto comenzarán a surgir otras cosas que irán aclarando al panorama. 
Ya veremos. 
Por lo pronto estamos en el primer fin de semana del presente año y yo ando con unas ansias terribles por ir al cine. Hace más de un mes que no me paro en un sala cinematográfica y para quien vive de traducir las historias que otros cuentan a través de la pantalla eso es lo mismo que un suplicio. Si, he visto filmes en la computadora, en DVD y en la televisión, pero me sigue faltando terriblemente el ritual de ir al templo sagrado en el que uno puede mirar las películas para el formato para el cual fueron hechas. 
Por lo pronto, espero, deseo, poder cumplir con el propósito de ir al cine este fin de semana o en la semana que comienza. J Edgar y Sherlock Holmes me esperan con ansia en cartelera. Particularmente soy un entusiasta del cine de Clint Eastwood por lo que no puedo esperar por ver el "biopic" en el que retrata la vida de uno de los personajes fundamentales para entender parte de la historia norteamericana del siglo  pasado. 


Y es que Eastwood parece tener cada vez más talento como narrador de historias y como constructor de personajes. Su cine solamente puede interpretarse como la obra de un autor en toda la expresión de la palabra. Un autor conocedor al máximo del lenguaje del cine y que lo utiliza al máximo para crear auténticas obras de arte.
Y en el otro extremo de la pantalla está Sherlock Holmes. A mi me gustó la primera película en la que Robert Downey Jr se ponía el traje del victoriano detective. Como lo dije en su momento: los fans de Connan Doyle iban a odiar esa versión cinematográfica, pero a mi me pareció extremadamente divertida. Es natural entonces que la nueva entrega llame mi atención.


Si, el objetivo primordial de esta semana será ver estos dos filmes (dándole preponderancia a la película de Eastwood) y así cumplir con el ritual litúrgico de asistir a una sala de cine. No encuentro nada más cercano a un acto religioso que él que implica entrar a un lugar en donde se proyectan películas aunque esa sacralidad sea mancillada por aquellos que van a ver una película solo con el objetivo de atiborrarse de comida.


Espero y deseo, acudir al templo cinematográfico durante esta semana...

Así las cosas hoy sábado...

Salud pues......

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