En
53 días estaré cumpliendo 40 años. No encuentro en esta primera mitad de 2012
otro acontecimiento que pueda tener tanto impacto en mi vida como ese, por lo
que – supongo – durante ese tiempo estaré en un ánimo introspectivo, suele
pasar cuando se llegan a etapas de la existencia que supuestamente son
“trascendentales” en la vida de todo ser humano.
2012
ha traído consigo un estado de ánimo contrastante, con seguridades en el plano
emocional, con tremendas inseguridades – de nuevo – en el profesional. A veces
pienso que uno nunca puede hallar una estabilidad al cien por ciento en todos
los aspectos de la vida, pero quizá mi única meta durante este año será lograr
algo muy parecido. Difícil si se es alguien que a sus casi cuatro décadas de
vida solamente sabe hacer una cosa: ser comunicólogo, y eso es algo que
normalmente suele venir acompañado de una total y absoluta inestabilidad. Si,
existen aquellos que tienen mucha suerte y a pesar de haber escogido tal
profesión, pueden ufanarse de tener una estabilidad laboral. Suertudos. La
mayoría de nosotros vive en una constante incertidumbre, particularmente si se
pretende mantener una independencia intelectual y de conciencia. Incertidumbre
que aumenta si se trabaja en un contexto social y económico como el de Yucatán,
en el que los comunicólogos libre pensadores carecen prácticamente de cualquier
oportunidad.
Así
que ese será el gran reto de 2012: terminarlo con una mayor estabilidad que la
que hoy tengo, veremos si es cierto eso de que no existen los imposibles,
aquello de que nunca es tarde para comenzar y si la vida inicia a los 40.
Clichés que espero traigan consigo algo de verdad.
2012
será también un año interesante en asuntos de interés público. Tendremos
elecciones locales y federales. Muchos andamos también en la disyuntiva de que
es lo que haremos con nuestro voto. Es prácticamente un hecho que voy a anular
mi voto en los comicios locales pues todos los que parece que serán candidatos
representan más de lo mismo. El PRI y el PAN en Yucatán son completamente
iguales y el PRD es inexistente (y muy parecido a tricolores y blanquiazules)
por lo que darle un voto a cualquiera de las tres opciones me parecería
incongruente.
El
problema se presenta en las elecciones federales por causas que ya he explicado
anteriormente: Es demasiado lo que está en juego como para anular el voto (todo
voto anulado se traduciría en un voto para el PRI), votar el PAN es votar por
el continuismo de un sexenio perdido y hacerlo por el PRI significaría hacerlo
por el autoritarismo y por el poder de la televisión. Queda la Izquierda, pero
¿se puede votar por una izquierda como la que representa AMLO? No lo sé, el
discurso “amoroso” que ahora enarbola podría ser creíble viniendo de otra
persona, no de él.
Lo
que me queda muy claro es que los partidos y sus políticos no pararán de sorprendernos
en los próximos meses y no lo harán precisamente por la calidad de sus
propuestas, sino por los traspiés, los discursos huecos, la falta de ideas
y la confrontación sustentada en la
descalificación.
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El
país vivirá los últimos meses de un sexenio lamentable, con un presidente débil
y que en unos meses saldrá del poder justo por donde entró: por la puerta de
atrás. Felipe Calderón ya no tiene más el timón de la presidencia. Sus últimas
cartas se las juega para tratar de dejar a un gobierno más o menos afín al suyo
y con el que pueda negociar una salida digna y que garantice la impunidad para
algunos de sus más allegados colaboradores. Y esas cartas son: la visita del
Papa Ratzinger en Marzo – en plena efervescencia electoral – y la continuidad
de su estrategia de seguridad en la que por sobre todo buscará dar un gran
golpe mediático que pudiera ser la aprehensión de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Fuera
de eso, Calderón no tiene más elementos para tratar de conseguir votos para sus
candidatos. Su gobierno ha sido tan pobre, tan carente de imaginación, de
sensibilidad para resolver los graves problemas nacionales, que es impensable
que exista un viraje en el mismo, aún con la elección encima y con la posibilidad
– aún remota, pero existente – de que el próximo gobierno sea completamente
diferente al suyo y lo llame a una rendición de cuentas.
Pero
no todo el panorama pinta negro: 2012 es un año olímpico. Aún con toda su
parafernalia publicitaria, con el enorme negocio económico que traen consigo,
los Juegos Olímpicos siguen conservando principios que enaltecen al ser humano.
Además, será espectacular verlos en un país con tanta tradición deportiva como
lo es Inglaterra. Ya saboreo las ceremonias de inauguración y clausura de
Londres 2012, llenas de música (vaya que los ingleses saben de eso) y de una
espectacularidad que tendrá como principal objetivo hacer que nos olvidemos de
lo grandiosas que fueron ambas en ceremonias en los juegos de Beijing. Pocas oportunidades
tendrán los atletas mexicanos de hacer algo importante, pero eso es lo de
menos: valdrá la pena emocionarse con las hazañas deportivas de otros, de
aquellos que aplican al máximo el “citius, altius, fortius”. Además será año de
Eurocopa y de ver si el Barcelona puede repetir el título de la Champions
continuando así con la historia de ese club de amigos que en la cancha pintan
al fútbol como una obra de arte. Será un buen año deportivo.
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Y
claro: en un año ya habré escrito la reseña de The Hobbit. Y disculpen ustedes,
pero no habrá acontecimiento más importante en el cine de 2012 que lo que va a
suceder el próximo 14 de diciembre (volveré a una función de media noche, estoy
seguro). Es una gran razón para tratar seguir con vida hasta ese día. También
está la posibilidad de ver a Vetusta Morla en el Vive Latino y por ahí algún
otro concierto. En unos días más podremos escuchar el nuevo disco de Paul
McCartney y como siempre, ese es todo un acontecimiento. Les apuesto que
durante este año la música no dejará de sorprendernos.
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Por
último. 2012 será un año extremadamente divertido pues no dejaremos de ver,
leer y escuchar insensateces que acompañarán a los fanáticos del fin del mundo
y de la llegada de una “nueva era”. Estoy seguro que tendremos horas y horas de
diversión durante todo el año (ya tuvimos un preludio de todo esto en 2011 con
el anuncio en mayo de la segunda venida de Jesús) con la posibilidad de
entretenernos haciendo mofa de todo ese material. Vamos a tener un año
extraordinario en ese sentido.
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Así
que aquí estamos – queridos Seven Readers – estrenando año y con amplias
posibilidades de echarlo a perder. Lo vamos a hacer, no tengan duda de eso.
Pero en el proceso vamos a tratar de sacar lo mejor de él. Es lo menos que
podemos hacer para beneficio nuestro y para el de la colectividad en la que
estamos inmersos.
Tengan
todos un gran 2012…
Así
las cosas hoy lunes…
Salud
pues……
1 comentario:
Muy buena entrada, David. Déjame compartirte el porqué yo no anularía mi voto en las elecciones locales. Ante un muy probable escenario en el que el PRI resultara vencedor para la presidencia, sería una verdadera pesadilla que además obtuviera la gubernatura y la alcaldía. Preferiría que en tal caso, la mayor cantidad de gobiernos posibles estuvieran en manos que no fueran del PRI, y en Yucatán no hay otra fuerza que pueda disputárselo, si no es el PAN. Es cierto, que ambos son la misma mierda, pero mejor que se repartan el poder a que uno solo de ellos lo tenga absolutamente.
Saludos!
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