martes, febrero 16, 2010

De Reflexiones post Carnavalescas....

Seven Readers!!...

La ciudad de Mérida está viviendo hoy los últimos días de su desangelado Carnaval. Creo que no hay festividad con mayor sin sentido que ésta. No tiene ningún motivo de ser, ni es remotamente divertida....pero aún así hay gente que la defiende. Supongo que uno debería ser un tanto tolerante y decir que: "para todo hay gustos". Trataré de serlo. Lo que si me parece es que esta festividad tiene que ser reubicada, la ciudad se divide en dos, transitar por la misma en estos días es un martirio y ni hablar del daño que se le causa al Centro Histórico meridano. Pero, ningún Alcalde ha tenido los tamaños para hacerlo, pues sucumben ante el poder de las cerveceras, las refresqueras y todo el comercio ambulante que hacen su agosto en pleno febrero.
En fin, lo único bueno es que en en este martes uno puede estar en casa para regresar al blog y escribir sobre un par de cosas que traía entre ceja y ceja.

Estado Laico...

Hay que reconocerle a los diputados lo que hicieron en la semana pasada. Las reformas al artículo 40 constitucional constituyen un gran avance en términos de garantizar la libertad. La reforma es importante porque existe un respeto a la libertad de conciencia, fundamente la autonomía de lo político frente a las normas religiosas y por supuesto la no discriminación de personas por sus creencias, raza u orientación sexual. Es una avance muy importante que tuvo la oposición, por supuesto, de los panistas y de las jerarquías de la Iglesia Católica y Evangélica.
Pero a pesar de eso, estamos ante una reforma que le permite al país entrar al Siglo XXI con una constitución que - por lo menos en teoría - garantiza una legislación libre de preceptos religiosos y que sobre todo respete la capacidad individual de decisión de cada uno de los habitantes del país.
Bien por los diputados.

The Wolfman...

El cine de terror es un subgénero del cine fantástico. Ultimamente ha sido desvirtuado y hoy entendemos como terror a películas que poseen una violencia física extrema y enfermiza. Es el caso de sagas lamentables como la de Saw.
Pero el cine de terror tiene sus orígenes en asuntos mucho más psicológicos. Una buena película del género es aquella que logra que nos enfrentemos a entidades del más allá que terminan por desnudar a nuestros propios miedos y dualidades, es decir que nos enfrentan a lados oscuros propios del ser humano y que suelen ser explotados ante situaciones de carácter extremo. Porque lo que es realmente terrorífico se encuentra en el interior de nuestra psique y si un filme logra explotar eso, es cuando estamos ante una gran película de horror.
Y El Hombre Lobo es una gran película de horror.




Lo es por que nos enfrenta a nuestro lado animal. A esa bestia incontrolable capaz de convertir al ser humano más razonable en un monstruo despiadado. Joe Johnston, su director, ha hecho un remake del clásico de 1946 - protagonizado por el mítico Lon Chenney Jr- respetando su estructura dramática y, sobre todo, esa intención que tenía el original de ejercer un terror de índole psicológico en el espectador. Johnston no recurre en la presentación de bestia a los muy utilizados efectos CGI del cine de nuestros días. Por el contrario, recurre al gran maquillista Rick Baker, para crear a una bestia espeluznante; a un gran trabajo de Shelly Jhonson en la fotografía (vuelve a utilizar a la "noche americana" como un gran recurso narrativo) y a una partitura extraordinaria de Danny Elfman, para generar un ambiente lóbrego, apabullante en una Inglaterra Victoriana que parece ser un personaje más en el reparto del filme.
Pero sobre todo Johnston recurre a grandes actores que crean personajes bi dimensionales con una seria incapacidad para enfrentar a sus propias dicotomías. Eso es lo que los hace realmente aterradores. Benicio del Toro es un actor capaz de transformarse de un refinado actor shakespereano a una bestia incontrolable con el sufrimiento que eso trae consigo. Se enfrenta a un hombre - su propio padre - que ha decidido que sea el lado animal el que le domine. Anthony Hopkins encarna a un personaje despiadado, que ha encontrado el poder gracias a su dominante bestia. Y Emily Blunt quien encarna a la humanidad misma, quien buscará que el personaje de Del Toro encuentre en el amor y en la razón, el regreso a la racionalidad propia y característica del ser humano.





The Wolfman es un regreso al cine de terror clásico, al mejor de todos. Es una apuesta arriesgada y destinada a un público dispuesto a dejarse llevar por un atemorizante viaje al pasado de la mano de un lenguaje que tradicionalmente se ha utilizado para enfrentarnos al ser más aterrador de todos: nosotros mismos.

Así las cosas hoy martes...

PS1...Si no fuese por Canal 22, los mexicanos estaríamos ajenos a los Juegos Olímpicos de Vancouver. Las transmisiones del patinaje artístico de ayer demostraron dos cosas: uno, que la Televisión Pública Mexicana puede aprovechar el desinterés de la Televisión Abierta por cosas trascendentes y aprovechar que existen televidentes que estamos en la búsqueda de opciones interesantes y diferentes que nos conecten con la globalidad; y dos, lo interesante que es escuchar una transmisión de un evento deportivo en un canal que privilegia a la cultura, con comentarios cultos e inteligentes, los del 22 están haciendo una transmisión memorable.

Salud pues......

1 comentario:

Kix dijo...

Sí, qué bueno que lo echaron para atrás en la cámara de diputados, pero espero que la gente no olvide que todo esto fue impulsado por ese grupo de políticos hipócritas y que se acuerden de eso en las elecciones. Claro que ahora está medio difícil saber por quien votar pues por un lado está el PRI y por otro lado el TUCOP (todos contra el Pri)... En fin.

Muero por ver esa del Hombre Lobo! Ese papacito de Benicio del Toro es un rorrazo! Jaja! ¿Sabes también cuál quiero que se estrena ya? La de Furia de Titanes!!