Ha sido una de esas semanas extrañas, largas, y llenas de muchas noticias. Una semana partida por las fiestas de independencia y todo aquello que les rodeó en este 2009. Sin duda el tema que muchos debatieron en la red y fuera de ella fue: celebrar o no celebrar. Los argumentos en torno al primer asunto eran hasta cierto punto contundentes: no se puede celebrar una independencia inconclusa en medio de la lamentable situación social y económica en la que nos encontramos. Quienes argumentaban en un sentido opuesto afirmaban que sentido patriótico debía imponerse y que a pesar de todo lo que vivimos es importante recordar que somos Mexicanos y que ello es más importante que los problemas.
En lo personal me identifiqué más con la primera opción, aunque no dejo de reconocer que la segunda tiene en cierta forma algo de razón. Creo que finalmente el problema no es el no celebrar, sino el como quieren que celebremos a nuestra mexicaneidad.
Déjenme ejemplificar. A partir del día 16, comenzamos a ver una serie de spots que marcan el inicio de la campaña oficial del año del bicentenario. Es muy probable que ustedes - bien informados seven readers - ya los hayan visto en el cine (en donde tienen una versión más larga) o en la televisión en donde se proyecta la siguiente:
Si miran el asunto hay algo que resalta y que me voy a permitir denominar la estética del Teletón.
Es esa estética que invita todos los años a lo mismo: a "unirnos" bajo la premisa de una falsa diversidad. Esa misma que nos insiste en que tenemos que colaborar con el ejercicio de relaciones públicas de Televisa so pena de ser tachados por el resto de nuestros congéneres como: "malos mexicanos". Al final, cuando la famosa cifra se alcanza, el éxito de la misma se le atribuye a "Todo México", cuando en la realidad es que a muchos de nosotros el asunto nos tiene sin cuidado. Aquí la idea es la misma: se pretende presentar la idea de que vivimos en un país diverso recurriendo a arquetipos muy marcados que en el imaginario nacional nos proporcionan identidad: la figura materna, la historia, la selección nacional de fútbol o las tradiciones como el día de muertos. Es decir: la típica diversidad retratada todos los días a través del discurso televisivo. Esa misma que no reconoce que hoy existe gente a la que no le gusta el fútbol, que piensa a nuestra historia desde diferentes puntos de vista o que vive en familias en las que las figuras paternas son diferentes y diversas. Parecería que en la celebración del bicentenario solamente participarán aquellos que comulgan con las ideas planteadas en el spot.
Hay otro punto tomado de la estética del Teletón. En este evento se apela a un país ganador, exitoso en el que simplemente todos los problemas nacionales desaparecen ante un magno movimiento de ayuda. El país del teletón es uno que existe solamente en la mente de la gente quienes planean estas campañas: es un país ganador, triunfador, sin defectos.
Lo mismo sucede en con el spot del bicentenario. El país presentado en el mismo no es un país real. Se habla y se muestra solamente una ínfima parte de lo que realmente es México. Por ende, la estética del teletón aplicada al bicentenario pretende que celebremos a un país existente solamente en las mentes de quienes pretenden controlarlo.
Y esa es la razón por la que muchos quizá se negaron, se niegan, nos negamos a celebrar a ese México de fantasía. Mi pregunta es: ¿Por qué no celebramos a un país real, a uno con problemas, con injusticias, con virtudes, con gente buena y mala, a un país diverso en toda la extensión de la palabra? ¿No sería esa una celebración más honesta y en la que entonces si, muchos estaríamos más dispuestos a participar? Porque si celebramos al México real, reconociendo nuestros errores y virtudes como país y como mexicanos, tal vez entonces encontremos razones reales para sentirnos orgullosos de nuestra identidad nacional. Pretender que no somos lo que somos es autoengañarse, y el México de la estética Teletón es un México mentiroso. Su celebración es una gran mentira. Celebrar al México real es entonces prioritario. No solamente en términos de identidad, sino porque de esa manera quizá entendamos lo que significa vivir en nuestro país, con todo lo que ello implica y con todo lo que tenemos que cambiar para entonces si lograr ser totalmente independientes.
Así las cosas hoy viernes...buen fin de semana...
Salud pues......
4 comentarios:
La "estética del Teletón" es un hallazgo muy afortunado. Está como para filosofarlo durante semanas.
Y yo no voy a festejar ni enorgullecerme de nada. No pedí ser mexicano, y la mayoría de ustedes tampoco, así que dejen de estar fastidiando con sus pirámides, sus charros y su futbol, gracias.
Saludos.
Yo estoy con tu propuesta David, hagamos una celebración honesta. Porque la otra nomás desilusiona a la mayoría de los mexicanos ya que es imposible autoengañarnos con la realidad de este querido México.
Totalmente de acuerdo con lo que dices. Creo que somos muchos los "malos mexicanos" que no piensan como Televisa dicta. Excelente entrada, como siempre.
Matàste dos pàjaros de un tiro, tan falsa la imagen de Mèxico "diverso", sacado de una versiòn idealizada de uralista mexicano pasado por el lente del Indio Fernandez como falsa la imagen de la discapacidad que (mal)representa el infame teletòn.
Clau
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