De un fragmento...

Seven Readers!!

De toda mi Tesis de Maestría, este es el fragmento del que estoy más orgulloso:

(Tomado del apartado 3.2.1: La figura mesiánica: los alienígenas)

El término mesías es apropiado no solamente por lo que la figura alienígena hace, sino por que proviene de una cultura cuya superioridad tecnológica le brinda de un sentido de divinidad ante los mortales terrícolas. Bajo el lei – motiv del alíen mesiánico, se encuentra el mito del mesías cristiano que ofrece al ser humano la resolución de sus problemas y el paso a nuevas etapas de superación personal, así como de crecimiento y concordia. Lo que estos filmes hacen es tomar conocidos elementos semiósfericos de estos mitos y adaptarlos a contextos de Ciencia Ficción. No es extraño que, como ya he mencionado, estas películas o series de televisión se produzcan en momentos en los que la humanidad se siente amenazada por sus propias fallas. En Superman, la figura mesiánica está representada por una alíen que llega a la tierra para redimir a la humanidad (lo hará además, a través de la representación de los valores del american way of life. Nuevamente lo norteamericano es universal). En Terminator (1984) el mesías está representado por un hombre del futuro envuelto en una guerra post nuclear. En ambas películas estos personajes están ligados desde muy niños a una mujer terrícola. En cada caso el consecuente hombre está destinado a servir a la humanidad.

Detrás de ese mito mesiánico pueden encontrarse otras presencias míticas tanto Romanas o Griegas (Rifus: 1990, 34). Pero en nuestra cultura occidental tales fuentes no son tan accesibles a la mente popular como si lo tiene el mito Cristiano, que le proporciona a estas películas la fuerza y la atracción que poseen. En cualquier forma, el mesias es una expresión de trascendencia, y los filmes apelan a los deseos de las audiencias populares por trascender. En otras palabras: una semiósfera religiosa es transformada por el medio de comunicación para convertirla en una semiósfera popular. 

En Encuentros Cercanos del Tercer tipo de Steven Spielberg los extraterrestres salen a la búsqueda de clasemedieros depresivos para anunciarles su próxima visita a la tierra. Sus razones para hacerlo no son claras, pero es evidente que consideran a estos personajes como los iniciados a los que pueden transmitir su mensaje. Los alienígenas de este filme no muestran ningún signo de corrupción, imperfección natural o de llevar consigo un pecado original. Lo que hacen es utilizar su superioridad tecnológica para advertir a la raza humana de los peligros de no utilizar su propia tecnología con el suficiente cuidado. Encontramos entonces en Encuentros Cercanos una cercana asociación entre la sofisticación tecnológica y la exaltación religiosa. Los extraterrestres se comportan como seres exaltados que aparecen como tales por su sofisticación. La tecnología parece haberles redimido de su pecado original. Y para reafirmar aún más con su misión, escogen para llevar consigo al espacio a un hombre que ha perdido a su familia y su trabajo por tratar de demostrar que ha visto realmente a los alienígenas. Es un hombre que en la búsqueda de un significado para su vida, en la búsqueda de la fe, y los extraterrestres le proveen de todo esto al llevarlo consigo. 

En E.T. el benévolo extraterrestre está personalizado por una curiosa y simpática criatura. Abandonado en la Tierra, se convierte en amigo de un chico confundido y solitario que se siente incomprendido por quienes le rodean. A pesar de que el extraterrestre proviene de una cultura tecnológicamente superior, no es ni misterioso, ni exaltado. De hecho, parecer tener mucho en común con el niño: está confundido y es un solitario. Su rol mesiánico lo lleva a cabo ayudando al chico a superar su confusión y brindándole un sentido de dignidad. Lo hace a través de la amistad. También cura heridas, revive a las plantas y hace levitar a las bicicletas. Además le brinda al chico de un propósito: ayudarlo a regresar a casa mientras le protege de los científicos. 

La criatura además muere y resucita. Cuando E.T. aborda su nave para ascender sobre los cielos, toca al triste pequeño en la frente mientras le dice: I’ll be right here (yo estaré justo aquí) lo que hace es decirle al chico que se quedará para siempre en su memoria y corazón en el futuro, como una fuente de fe y paz. Mientras la nave se eleva, deja en el firmamento un arcoiris como estela: el símbolo bíblico de bendición y protección divina. Lo que la película hace es, de nuevo, estimular, quizá de forma camuflada, semiósferas religiosas en las que existe la promesa de que en algún lugar del Cosmos existe un lugar lleno de paz y seguridad.

La presencia del alien mesiánico en estos filmes no es fortuita. Parece ser que las audiencias y los realizadores sufren de una sensación terminal de inadaptación e inseguridad y una certeza paralela de orden fatalista que señala que los problemas del mundo contemporáneo son incomesurables y no tienen solución. Estas películas sugieren que la única manera satisfactoria de enfrentar estos problemas es apelar a agentes no humanos, representados por avanzados seres extraterrestres que desean hacernos un bien, o por las deidades de la religión tradicional. 

Pero ultimadamente estos filmes reflejan una actitud reaccionaria hacía la ciencia y la tecnología, y si bien no la rechazan del todo, si parecen ignorarla. Simultáneamente lo que hacen es presentar a una humanidad incapaz de enfrentar al futuro, pues ni siquiera posee la capacidad de enfrentar a los problemas que le aquejan el día de hoy. Si, son películas muy entretenidas y si, son cintas que cumplen con todos los cánones para ser consideradas como filmes de ciencia ficción. Pero al presentar al alienígena como una figura mesiánica se convierten en fantasías escapistas fincadas en patrones sígnicos importados de un pasado muy remoto, en lugar de explorar las posibilidades del futuro.

Ahí voy....ahí voy....

Así las cosas hoy martes....

Salud pues.....