De Invasión y Timbiriche...

Seven Readers!!


La novela The Body Snatchers fue escrita por Jack Finney en 1955, es decir en los albores de la Guerra Fría, cuando el mundo vivía una tensión sin precedente y “el otro” significaba literalmente una amenaza. La novela jugaba con una posibilidad aún más aterradora: ¿Qué pasaría si quien representa un peligro, no es necesariamente quien vive al otro del mundo (o de la galaxia) si no es el vecino de al lado, el padre o el hijo? Es decir, si la alteridad desapareciese en función de una uniformidad aterradora.
La novela fue un éxito y fue llevada al cine al año siguiente cuando en 1956 se filmó la primera de varias versiones que han llegado a las pantallas (incluida una serie de televisión que se proyectó en México conocida como Los Invasores y que iniciaba con una fantasmagórica voz en off que decía: “Los Invasores…David Vincent los ha visto…Los invasores”…ah como me gustaba esa serie) siendo también famosa la realizada en 1978.
Este año tenemos una nueva versión, la cual es protagonizada por la guapísima Nicole Kidman y el mejor James Bond, después de Sean Connery, Daniel Craig. La dirección está a cargo de Oliver Hirschbiegel, quien anteriormente había obtenido un éxito por La Caída, la película que narraba los últimos días de Hitler en su búnker en Berlín. La reunión de estos tres talentos auguraba una película en la que pudiese presentarse una interesante reflexión sobre la posibilidad latente de una invasión, en la que el enemigo no tenga una presencia física. Sin embargo, la promesa no se cumple por una simple y sencilla razón: alguien se olvidó de escribir un guión.
Ah…si, exageré un poco….evidentemente existe un guión del cual Hirschbiegel trata de rescatar algo, pero es prácticamente imposible hacerlo. La trama inicia cuando nos enteramos que un transbordador espacial sufre un accidente y cae a la tierra hecho pedazos. Sabemos luego que se encuentran ciertas esporas extraterrestres en algunos de los fragmentos de la nave…y de pronto, la gente comienza a cambiar para convertirse en una masa uniforme y sin capacidad de sensaciones. De pronto, un grupo de personas se dan cuenta que están ante una pandemia de origen extraterrestre. ¿Cómo llegan a esa conclusión? Who knows…pero de pronto caen en cuenta de que están ante una amenaza desconocida. Sin embargo existen algunas personas que son inmunes a los bichos alienígenas y por casualidad el hijo de la Dra. Carol Benell (Kidman) es uno de ellos. Lo malo es que también los invadidos por los Aliens se dan cuenta y buscan destruir al chamaco.

Y entonces es cuando sale a relucir el talento del director, ya que por momentos Hirshbiegel logra crear situaciones desesperadas en espacios claustrofóbicos, y aprovechando la capacidad actoral tanto de Kidman como de Craig. Sin embargo ello no es suficiente para salvar a un filme cuya extraordinaria premisa ha sido desaprovechada. La película termina hundiéndose en la típica mediocridad hollywoodense: explosiones, un escape desenfrenado y una resolución fácil y predecible.
Es una pena que las posibilidades de reflexión del cine ciencia de ficción, se desaprovechen. Es una pena que el talento de Kidman y Craig, también haya sido echado por la borda. Y lo que es más penoso, es que un tipo como Hirschbiegel haya sucumbido tan fácilmente ante la seducción de irse por el camino fácil que generalmente trae consigo el cine Hollywoodense.


Timbiriche…

Ayer en la primera plana de dos de los tres periódicos yucatecos podía verse una foto del integrante del “nuevo Timbiriche”. Todo por que el chavillo es nacido en estos lares, lo cual en realidad a mi me parece que es más un motivo de vergüenza que de orgullo.
Yo he tratado de ver alguna vez tal programa, pero no he aguantado más de cinco minutos. Se trata de un programa espeluznante (la conductora realmente me aterra), que busca crear a un grupo pre – fabricado el cual me parece que ya no entrará en la categoría de “banda de plástico”. Creo que tendremos que pensar en una nueva manera de definir a los artistas que emergen de los realities como lo es en este caso (se aceptan sugerencias). Pero el hecho de que los periódicos le dediquen planas y planas al yuca (que ni canta, ni baila…en realidad creo que no hace nada) habla de la pobreza que en términos de contenidos tiene la prensa de espectáculos en el estado en particular y en el país en general. Si en realidad se hiciera un verdadero periodismo sobre el espectáculo, noticias de esta naturaleza ni siquiera aparecerían en los periódicos, o aparecerían bajo una óptica crítica.
Pero no, la pobreza es tal que incluso el alcalde de Mérida se ha manifestado orgulloso de que ahora tengamos a un Timbiriche Yucateco lo que no habla precisamente muy bien de la capacidad intelectual de nuestro primer edil.
Por cierto Timbiriche “el reencuentro” estará en Mérida este fin de semana. No iré al concierto. Bajo otras circunstancias seguramente lo habría hecho, pero después de ver como se han prestado a ser utilizados en el programa de Televisa, uno no puede más que sentir pena por ellos. Especialmente por que Timbiriche, si bien tenía el apoyo de la empresa, realmente fue un grupo que tuvo que trabajar para llegar al éxito y es una muestra de incongruencia (especialmente de gente talentosa como Benny) que ahora apoye a un grupo formado a través de un número 1 800.

Así las cosas hoy martes…

PS1…Dos de Octubre….no se olvida….

Salud pues…….