Seven Readers!!!
A veces uno tiene que hacer decisiones complicadas en la vida. Hace un rato tuve que tomar una que no fue nada fácil, y lo que para muchos puede ser una auténtica tontería, para mi resulta en algo verdaderamente complicado. Supongo que así nos pasa a todos: consideramos que los dilemas de otros son cosas que se resuelven en un segundo, pero créanme a mi decidirme entre dos conciertos me ha costado muchísimo trabajo, pero al final estoy realmente feliz por que en unos días más estaré viendo a uno de mis grandes ídolos en vivo.
Hace ya varios años, hice una lista de músicos y bandas a las que debería por lo menos ver una vez en mi vida presentándose en concierto. De esa lista a los que ya he visto son los siguientes: Paul McCartney, Pink Floyd, Def Leppard, Van Halen, Elton John, Joan Manuel Serrat, Michael W. Smith. Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina.
Los que aún me faltan: Eric Clapton, Billy Joel, Rod Stewart, Genesis, Miguel Ríos, The Eagles, Journey, Supertramp y Jars of Clay.
Y a los que nunca veré, por que se han ido a hacer música a otra galaxia: George Harrison y Queen con Freddy Mercury (una parte de mi se niega rotundamente a verlos con Paul Rodgers).
Con el paso de los años, la posibilidad de ver a la mayoría se ha ido agotando por una u otra razón. La más importante es que como pueden darse cuenta, se trata de grandes nombres que llevan muchos años como grandes clásicos, y que se han ido retirando y poco a poco han dejado de hacer largas y extensas
Hace algunos meses bailé de felicidad, cuando supe que la gira de Serrat y Sabina llegaría a nuestro país. Para mi la oportunidad de ver a dos de mis ídolos juntos en un escenario, representaba algo así como un sueño que nunca creí posible.
Estaba hace unos días a punto de comprar mi boleto para irme al concierto en el DF, cuando recibí un telefonazo de mi hermano que vive en Monterrey anunciándome que Billy Joel estaría en diciembre dando un concierto en esa ciudad. ZAZ…es en momentos así cuando literalmente hago dos cosas: una es envidiar a Slim quien tranquilamente podría ir a los dos eventos sin que su economía se convierta en un desastre, y la segunda es señalar uno de los grandes defectos de la Mérida en la que me tocó vivir: que es una ciudad alejada de los espectáculos realmente importantes, llegando hasta esta parte del país todo lo que podría considerarse como de segunda o tercera (lo que provoca una vez más mi carcajada, al recordar que hace unos años un ayuntamiento meridano compró un título que designaba a la ciudad como “Capital Americana de la Cultura” JA!! …como si nuestra querida Mérida, pudiese competir realmente con las grandes capitales culturales del continente como Nueva York, México DF, Buenos Aires o Toronto) con alguna excepciones como Toto o INXS (aunque sin Michael Hutchens…ya no es lo mismo) que se han presentado en Cenas – baile, en lugar de dar verdaderos conciertos.
Lo que sucedió después de tal noticia, y de mis consabidas envidias y maldiciones, fue el verme obligado a tomar una decisión: Serrat & Sabina o el maestro Joel. Las consideraciones fueron muchas. A Billy Joel lo conocí en mis días de Secundaria, cuando una cancioncita que llevaba el título de Up Town Girl, llegó a los primeros lugares de las listas de popularidad en 1984 (año en el que entraba a ese nivel educativo) y todos bailamos a su ritmo. Con el paso del tiempo me fui adentrando en su catálogo, en su genialidad tras las teclas del piano, para colocarlo inmediatamente en ese panteón tan particular en el que uno suele colocar a aquellos a los que se les llama ídolos. La música de Joel me ha acompañado desde entonces, convirtiéndose en parte muy importante del Soundtrack de mi vida. Verlo en vivo fue uno de los propósitos importantes de mi existencia, hablando en términos de cosas relativas a algo tan trascendente como son los momentos de ocio. Al paso de los años, he revalorado sus historias nostálgicas y llenas de vida. Uno, mientras se hace viejo, suele relacionarse más con todo aquello que reflexione sobre el pasado y Billy es un experto en hacer ese tipo de cosas.
Serrat y Sabina llegaron un poco después, justo en aquellos de preparatoria en los que uno va descubriendo a la poesía como arma fundamental para embelesar a una que otra post adolescente, para luego darse cuenta de que se está ante un mundo mucho más amplio y lleno de grandes sorpresas.
Así que ahí estaba yo, ante el gran dilema: ¿A que concierto ir? Tras horas de intensa deliberación, llegué a una conclusión: Billy Joel.
Tuvieron que ver varias cosas: la fecha me queda mejor, el hecho de ir a Monterrey (ciudad en la que solo he estado en su aereopuerto) el ir con mi hermano al recital, la cuestión de que tanto a Serrat como a Sabina los he visto por separado, los rumores de que se trata de la última gira del músico neoyorkino y sobre todo la posibilidad de ver finalmente a uno de mis héroes en concierto.
Hace unos minutos he comprado mis boletos en línea y he hecho mi reservación para volar pronto a Monterrey. Y debo decir que después de todos los trámites, mi corazón ha dado un vuelco de alegría. Escuchar en vivo Piano Man, New York State of Mind, Allentown, Goodnight Saigon, Leave a tender moment alone, Vienna, Tell Her About it, A Matter of Trust, Honesty, She’s always a woman, She’s got a way, To make you feel my love, Captain Jack, We didn’t Start the fire o And so it goes; será algo más que grandioso y casi no puedo esperar por hacerlo.
Pero curiosamente, en los últimos días me he sentido particularmente atado a una canción de Billy que no deja de sonar en el estéreo del auto y en mi cabeza. Uno de esos temas evocadores y que de alguna manera reflejan mucho de lo que ha pasado conmigo en los últimos meses: Scenes from an Italian Restaurant. Evocadora, nostálgica y musicalmente perfecta, la canción cuenta, en tres movimientos unidos por un sax que la hace de transición a un flashback y un flashforward, la historia de gente que reúne después de muchos años a recordar los días de adolescencia y cómo, a pesar de los obstáculos de la vida, you can always know how to survive.
Así que aquí tienen, al gran Billy Joel y su banda interpretando esta gran canción en su memorable presentación en el Yankee Stadium en 1991. La banda por cierto, ha permanecido con él a lo largo de todos estos años y será la misma a la que escucharemos en Monterrey en unos días más.
I just can´t wait…
ZAZ!! largo post.
Así las cosas hoy miércoles…
Salud pues……
8 comentarios:
Hola David:
Pues si, asi es veremos al gran Billy en Monterrey. Yo soy de Puebla y lo he estado esperando por años, y aui esta.
Solo que la banda ya no es la misma: solo (del video de Yankee Stadium) quedan el saxofonista Mark Rivera y la percusionista, Crystal Talyefero, aaa si, y el guitarrista Tomy Byrnes. Pero bueno, lo mejor es que ahi esta Billy.
Nos vemos en Monterrey...
Pablo
La neta neta, a mi me gustan mucho Sabina y Serrat a este ultimo lo he visto en vivo dos veces, claro que tengo las canciones, dos ó tres albums y hasta cassettes (que ya ni se donde tocar) y son geniales, pero yo, no la pensaría ni un milímetro de segundo para escoger, Billy Joel toda la vida, y aunque me quedará sin dinero pa´regresarme...ja,ja,ja...
Un beso y good choice!
sabes??'tu y yo nos agarrariamos de la greña no coincidimos ni en cine ni en música jeje maldita sea pero asi lo quiero¡¡¡¡¡venga al df y lo invito a un halloween anda animese¡¡¡
besitos¡¡¡
Que disfrutes mucho del concierto y de todo lo que implica el asistir al mismo.
¡Ah, qué chido! Yo he querido hacer un post como este desde hace rato y nunca lo he concretado.
Uy, me gustaría ver a Billy Joel. Pero pos... creo que me quedaré con las ganas.
A Joan Manuel Serrat lo he visto dos veces en concierto y una vez en el aeropuerto de Barcelona, dirigiéndose a un avión con rumbo ¡a México! Las tres experiencias las he disfrutado horrores.
A mí (acá entre nos) no me gusta Sabina y no sé si me gustaría ver a Serrat con Sabina, chance se pone bueno.
En fin.
¡Besotes!
Mariana.
una vez un chico le dice a su padre: invitame a un concierto de los rolling stones, quiero verlos aunque sea un vez en la vida antes de que me muera.
el chico crece, se convierte en padre. un dia su hijo le dice: padre, invitame a un concierto de los rolling, quiero verlos aunque sea una vez en la vida antes de que se mueran.
¡¡hijos-le!! Yo sí me habría lanzado al de Serrat y Sabina. Y eso que el buen Joel es un virtuoso. Es chistoso cómo sus canciones siguen suene y suene por todos lados, de hecho mi hermanito de 19 es fan de Up Town Girl...
Mi estimado, llevo algún tiempo leyéndote, hoy por fin te dejo comentario:
Me fascina tu Blog! Pienso venir más y más seguido y tal vez, leerlo completo alguna vez.
Saludos!
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