As Harold took a bite of Bavarian sugar cookie, he finally felt as if everything was going to be ok. Sometimes, when we lose ourselves in fear and despair, in routine and constancy, in hopelessness and tragedy, we can thank God for Bavarian sugar cookies. And, fortunately, when there aren't any cookies, we can still find reassurance in a familiar hand on our skin, or a kind and loving gesture, or subtle encouragement, or a loving embrace, or an offer of comfort, not to mention hospital gurneys and nose plugs, an uneaten Danish, soft-spoken secrets, and Fender Stratocasters, and maybe the occasional piece of fiction. And we must remember that all these things, the nuances, the anomalies, the subtleties, which we assume only accessorize our days, are effective for a much larger and nobler cause. They are here to save our lives. I know the idea seems strange, but I also know that it just so happens to be true. And, so it was, a wristwatch saved Harold Crick.
Seven Readers!!
Uno de los logros del cine es la manipulación que puede hacer del tiempo y el espacio. Ninguna otra forma de expresión artística tiene esa característica. El cine nos puede trasladar a diversos momentos: regresarnos del pasado al presente y de ahí enviarnos al futuro. Puede también dibujar diversas atmósferas de carácter espacial, brindándole de contexto a ese mismo tiempo, y luego combinar ambas características con resultados sorprendentes.
Ese manejo del tiempo y el espacio puede resultar en obras realmente excepcionales, en las que ambas circunstancias convergen para brindarnos nuevas y sorprendentes posibilidades. Una de esas obras es Stranger Than Fiction, una realización de Marc Forster, cineasta que había demostrado un talento extraordinario en sus manejos temporales y espaciales en dos fantásticas películas previas: Finding Neverland y Monster’s Ball. En ambas la temporalidad es importante, pero también lo son las atmósferas creadas por los espacios; en ambas películas Forster demostró poseer un talento tremendo para su manipulación y manejo a través de la composición del cuadro, de la puesta en escena y del montaje. Stranger Than Fiction es un logro en ambos sentidos. Pero va más allá al jugar con las posibilidades de la realidad y con temas como el destino, la literatura, el amor y la muerte.
Fiction narra la historia de Harold Crick (Will Ferrell) a quien podría describírsele como el tipo más aburrido del planeta, pues es un trabajador de la Secretaría de Hacienda norteamericana, quien tiene una vida rutinaria y sin ambiciones. Alguien muy distante a ser una persona medianamente interesante. Un día, Crick comienza a escuchar una voz que va narrando su vida en tiempo pasado; una narradora que va describiendo paso a paso sus pensamientos y acciones de una manera que solo puede describirse como irremediablemente exacta. Esto lo lleva a cuestionarse sobre el origen de esa voz. Consultará primero a una psiquiatra, pero al darse cuenta de que la narración aparenta cada vez más ser de origen literario, terminará por acudir al Prof. Jules Hilbert (Dustin Hoffman), un experto en literatura quien le ayudará a descubrir la trama en la que Harold se encuentra aparentemente envuelto. El descubrimiento será tremendo: Harold resulta ser el personaje del último trabajo de Karen Eiffel (Emma Thompson) una deprimida escritora quien como característica de estilo, termina matando a todos sus personajes. Harold tendrá entonces que encontrar a Eiffel, y convencerla de cambiar el final de lo que aparentemente es la obra cumbre de la escritora. En el camino, conocerá a Ana Pascal (Maggie Gyllenhaal) un espíritu libre, anarquista, extrovertido y espontáneo, alguien completamente diferente a Harold y que será su puerta para encontrar al amor.
El filme de Forster plantea varias posibilidades, algunas incluso de orden filosófico: ¿Somos dueños de nuestro propio destino, o somos parte de una trama ideada por alguien completamente ajeno a nosotros, convirtiéndonos en protagonistas de una historia compleja y en la que no podemos intervenir en ningún sentido? ¿O realmente somos los únicos responsables de lo que sucede a nuestro alrededor? Preguntas con una amplitud casi universal, pero que encuentran respuesta en los pequeños detalles que hacen de lo cotidiano algo realmente maravilloso.
Y nuestra cotidianidad se refleja en aquello que consideramos como nuestro espacio. Empezando por el cuerpo como el más intimo espacio de pertenencia, hasta aquellos sitios que hemos construyendo a lo largo de nuestra vida. Eiffel y Crick, compartirán este rasgo. Ambos se moverán en atmósferas depresivas, monótonas, en las que el blanco y el gris son la característica y en las que la amplitud refleja el vacío de sus vidas (vale la pena fijarse en el excelente uso que hace Forster del montaje interno y de la profundidad de campo, como elementos narrativos), ambos vestirán en colores depresivos. La ruptura se da cuando se topan con personajes cuyos espacios son coloridos. El vestuario y los tatuajes de Ana Pascal, por ejemplo, reflejan perfectamente a su espíritu. Lo mismo el diseño de su restaurante y de su hogar: ambos llenos de vitalidad y colorido. Nada sin embargo está ahí por casualidad y conforme la película avanza, también lo hace el color con el que la vida de Harold comienza a llenarse pues Harold aprende a hacer algo muy importante: a vivir.
Las actuaciones son otro punto fundamental del filme. Will Ferrell construye a un personaje caótico pero que refleja su caos a través de una inexpresión constante en la se esconden tanto dulzura como inocencia y unas ganas de vivir reprimidas por la falta de seguridad, la monotonía y una terrible obsesión por los números. Emma Thompson está genial como una mujer deprimida, aparentemente insensible ante lo que sucede a su alrededor y que trata de volcar los traumas de su propia existencia en su obra literaria. Maggie Gyllenhaal logra exclamar vitalidad y sensualidad en su personaje, y es el perfecto contrapunto al personaje de Ferrell. Y por último Hoffman, cuya madurez le permite construir con serenidad y credibilidad, al hombre excéntrico y académico que servirá como puente entre la ficción y la realidad en las que parece estar envuelto Harold.
Stranger Than Fiction es un filme sobre los detalles de la vida, sobre sus posibilidades y sobre la muerte como su complemento. Es una película llena de originalidad, en la que los elementos del lenguaje cinematográfico son mezclados con la intención de crear una obra diferente, sencilla pero a la vez llena de paradojas que la convierten en algo realmente complejo, es decir es una película que explora, con asombrosa naturalidad, a ese algo que está lleno de esas situaciones paradójicas: la existencia humana.
Un logro, lo mejor que he visto este año.
Así las cosas hoy lunes…
Salud pues…..
5 comentarios:
Habrá que alquilarla!
Oye David, ¿Cómo te va con lo de tu encuesta? ¿Se solucionó como zape nos indicó?
Saludos
Que casualidad, justamente ayer ví "Stranger than fiction" y coincido contigo en qu es una gran película. Lo que más me gusto fue esa especie de GUI que usaron para mostrar el TOC de Harold. Esas letritas e iconitos se me quedaron durante todo el día de hoy...
Admito no haberla visto, pero lo haré lo más pronto posible.
Dato cultural: Si les gustó la película, consigan Niebla, novela de Miguel de Unamuno, escrita a principios del siglo XX.
La he visto en la tienda de videos y te confieso que temia por ver a Farrel en un papel serio... pero con tu recomendaciñon, me la juego!!
besos!
Damaris:
No he tenido tiempo de buscar en las páginas. Lo haré el fin de semana. Espero encontrar una que me permita subir imágenes, ya que es indispensable que mis encuestados miren un par...
Te aviso cualquier cosa. Gracias a tí y a Héctor.
Alessandro:
Si, es otro de los enormes recursos visuales que tiene el filme...
Letras:
Te gustará lo sé...
Angie:
Farrell ha hecho tonterías como la del duende navideño (o algo así) pero realmente es un gran actor. Le sucede lo mismo que a Carrey: todos dudan de la capacidad histriónica de Ace Ventura...
Un abrazo a todos...
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