La palabra Caos significa desorden. Es una palabra que ha estado por siempre ligada a la historia de este universo, es una palabra infinita. Una palabra que suele venir asociada con otras como temor, desastre o dolor; pero también con principio, con comienzo. Un comienzo que se da a través de ir ordenando aquello que se encuentra completamente desordenado; de ir dando forma, en otras palabras: de ir creando. Caos y creación son pues conceptos muy ligados entre sí. Sin uno, no existiría el otro y sin el orden que viene del caos a través de los procesos creativos, no podríamos disfrutar de las miles de cosas que la vida nos ofrece.
El arte se nutre de ambos conceptos. Un músico, un escritor o un pintor, tiene en el caos al origen de su obra, y es a través de la creación como le va dando un orden, una estructura y una forma. Es así, como llegan a nosotros las obras de arte, que no son otra cosa que los frutos del caos.
Paul McCartney ha titulado a su último disco Chaos and Creation in the backyard, uno de los títulos más hermosos, poéticos y metafóricos de los últimos años. Título que, sin embargo, no surge de la casualidad. McCartney se muestra conciente del estado caótico en el que se encuentra la sociedad en esta primera década del siglo XXI, y ofrece la única salida posible al desorden en el que vivímos: la creatividad. Chaos and Creation es pues, un disco en el que se respira creatividad en cada nota, en cada acorde y en cada palabra escrita. Metáforas inteligentes, sentimientos expresados a través de ellas y la genialidad del músico más influyente de los últimos cuarenta años, se conjugan para ofrecer una obra completa en el sentido más amplio de la palabra. Pero sobre todo, una obra emocionante que nos permite reflexionar sobre lo que somos y sobre lo que queremos llegar a ser.
McCartney hace equipo con Nigel Godrich, quien anteriormente había sido el responsable de producciones memorables de gente como Readiohead o Beck, y quien imprime un sello muy particular al trabajo del ex beatle. Para empezar explota al máximo el talento de Paul: le hace tocar todos los instrumentos del disco. McCartney interpreta con maestría desde el piano, la guitarra y la batería, hasta instrumentos en los que no se había destacado como el cello o el corno inglés. Chaos and Creation es, literalmente, el trabajo de un hombre orquesta. Un disco crepuscular y que, al ser escuchado con detenimiento, deja la sensación de que pronto amanecerá y que el caos terminará por desaparecer.
En varias entrevistas, McCartney habla de que existió mucha presión durante las sesiones. En el disco, uno puede sentir esa atmósfera con resultados sorprendentes. Por momentos Paul suena enojado, deprimido, molesto y adolorido; emociones que evitó en gran medida en trabajos anteriores. Sin embargo, McCa pisa este territorio extraño con mucha seguridad. Temas como Riding to Vainity Fair ( I bit my tongue/ I never talked too much/ I tried to be Strong / I Did my best/ You put me down / But i can laugh it off...) Es un perfecto ejemplo de un Paul mucho más crítico de su entorno. Jenny Wren (una balada que inevitablemente nos recuerda a Blackbird) es otro de los temas destacados del disco. En el tema hay frustración, pero a la vez esperanza( Jenny Wren will sing / when his broken world / mends it's foolish ways // Then we'll spend our days /catching up on life/ All because of you Jenny Wren / you saw who we are Jenny Wren). Cuando se llega al final de la jornada sonora con Anyway (If love is strong enough, it may never end / Why would i pretend to fall // anyway, anyway / you can make, that call / You feel free, to make yourself at home/ Anyway, anyway / anyway at all...) los sentimientos son encontrados. El disco puede ser visto como un trabajo ciclíco, parte de una advertencia (There is a fine line/ between recklesness and courage/ it's about time / you understood which road to take...) se mueve entre la molestia y el dolor (But now the feeling's gone / But i don't mind / Do what you have to do...) y termina con un esperanzador mensaje ( Time to sweep the fallen leaves away // Like the sun rises everyday / We can chase the dark clouds from the sky...) Un círculo que al completarse encierra a toda una experiencia sensorial.
Chaos and Creation parece llegar a un punto culminante que viene de de los dos trabajos anteriores del genio de Liverpool: una mezcla de la Belleza del Flaming Pie (de 1997) y la experimentación sonora del Driving Rain (de 2001). Tal vez el Chaos & Creation sea, obviamente sin proponérselo, el final de una gran trilogía. El cierre de un ciclo de vida, en el que las experiencias personales por las que McCartney ha caminado durante ese período de tiempo, le han hecho emerger como un artista más completo tanto en un sentido lírico, como en uno musical. Chaos & Creation in the backyard solo puede definirse como una verdadera obra de arte. Músicos del mundo háganse a un lado, el número uno está de regreso....
Buen fin de semana...Seven Readers!!....
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