De X & Y...

!Seven Readers! A veces uno no tiene que salir de casa o meterse alguna sustancia prohibida para viajar. A veces podemos viajar a universos paralelos, mágicos; todo mientras reflexionamos sobre nuestra realidad, sobre quienes somos y hacía donde nos dirigimos. Y si mientras lo hacemos podemos tener en la cabeza una tonada pegajosa, divertida y construida en la complejidad que se esconde detrás de la simpleza, el viaje se torna aún más interesante. Transitamos entonces por avenidas urbanas, por campos verdes y llenos con flores cuyos colores se encuentran en estado de ebullición. Son viajes etéreos y que cada vez nos permiten descubrir nuevos e interesantes horizontes. El X & Y de Coldplay, es precisamente todo esto. Es un viaje a través de la mano del talento y la creatividad de cuatro músicos británicos que en un período de tres años, se las han arreglado para hacer los discos pop más hermosos de la década.

Every step that you take could be your biggest mistake //It could bend or it could break// But that's the risk that you take ...dice un fragmento de la letra de la extraordinaria What if. Sin duda los integrantes de Coldplay están concientes de que el X & Y significa un paso hacía una zona de riesgo total que puede terminar doblando o quebrando la imagen del grupo. Después de una maravilla como el A Rush of Blood to the head, las expectativas creadas alrededor de la aparición de un nuevo trabajo de la banda son tal vez las más altas de la presente década. Ni siquiera el How to Dismantle an Atomic bomb de U2, ha causado tanta expectación como la que se ha dado en torno a el X & Y de la novel agrupación británica. Coldplay no defrauda. Ha creado un disco lleno de dualidades, de atmósferas sonoras y de letras que van de lo depresivo, lo cuestionante, lo actual, lo real y finalmente lo esperanzador.

Chris Martin, Will Champion, Jon Buckland y Guy Berryman, han creado un trabajo que se mueve entre la delgada línea que divide a la pretensión de la obra de arte. Finalmente, terminan inclinando la balanza hacía una obra completa, redonda que musicalmente resulta en una mezcla de sus dos trabajos anteriores: el Parachutes y el A Rush of Blood, mezcla que sin embargo arroja un producto completamente nuevo e innovador. Y mezcla en la cual encontramos finos ingredientes tomados de la historia del pop británico. Coldplay no reniega, musical y liricamente hablando, de sus influencias. En el X & Y encontramos al U2 de War, al Harrison de All things must Pass, al Yorke de Ok computer y a los Gilmour y Waters del Wish you were here. Todos estan presentes en el disco. De esta mezcla surge un preciosista disco de rock que suena a la banda sonora de los albores de este Siglo XXI, es decir, suena a locura, a comprensión, a razón, a globalización y a amor.

Los arreglos son magnifícos. Por momentos existe un minimalismo musical ('Til Kingdom come, por ejemplo) es decir instrumentaciones hechas con la base del rock: guitarras, teclados, batería. Y por momentos uno encuentra verdaderas explosiones musicales. Ondas sonoras cargadas de complejidad, y que taladran con sutileza los oidos (ahí está la segunda parte de Fix you o los coros de A Message por ejemplo...) cuerdas, pianos, hammond B3 y percusiones que van marcando ritmos vitales para las piezas del álbum. Es, en términos musicales, un discurso opuesto que encaja perfectamente esta tendencia bipolar que tiene todo el disco.

Liricamente, Coldplay también se mueve en la bipolaridad con asombrosa facilidad. La muerte, la pérdida, la nostalgia, la honestidad, la fe y la esperanza son temas recurrentes en las canciones del disco. Es un disco lleno de contra pesos temáticos y que de alguna manera refleja las dualidades en las que se encuente inmersa la sociedad postmoderna en la cual vivimos.

Los falsetes de Martin y su camaleónica capacidad vocal para alcanzar tanto registros agudos como bajos en las tonalidades de su voz, aparecen en el momento justo. No hay nada en el X & Y, que se encuentre fuera de lugar.

Coldplay resurge como la banda heredera de la gran tradición pop británica. X & Y ha sido un disco muy esperado, y creo que la espera ha válido la pena. Estamos ante un disco que sin duda será referente obligado cuando hablemos de la historia musical de la primera década del siglo XXI. Un viaje musical, un viaje por la vida misma y por un universo surreal al que de alguna manera u otra todos deseamos pertenecer...

Oh what good is it to live

With nothing left to give

Forget but not forgive

Not loving all you see

...Coldplay....