viernes, noviembre 15, 2013

De Adiós Carnaval....

Seven Readers!!...

Hace 10 años tuve la "osadía" de quejarme a través de la radio del Carnaval de Mérida. Trabajaba entonces en el centro de la ciudad y llegar a mi trabajo durante los días de carnestolendas era prácticamente una odisea. Una noche de viernes antes de hacer el Magazine radiofónico que solía conducir en aquellos tiempos, discutí acaloradamente con un grupo de trabajadores del carnaval que se negaban a dejarme cruzar la calle para llegar a mis labores cotidianas. Su argumento era que ya nadie podía pasar a la acera de enfrente pues faltaba una media hora para que iniciase el desfile carnavalesco. De nada importaron mis explicaciones que iban en el sentido de que a mi la fiesta me importaba un pepino y que lo único que quería era cruzar los cinco metros de la calle para llegar a tiempo a mi trabajo. Tuve que correr unos 3 kilómetros para cruzar y regresar en sentido contrario para llegar a la cabina 2 minutos antes de salir al aire. Molesto por la intransigencia de los secuestradores de la calle, expresé que el Carnaval debía salir de esas zonas de la ciudad pues se había convertido en un problema al bloquear de manera arbitraria al libre tránsito, independientemente del sin sentido que representaba tal "celebración". A partir de ese momento el teléfono no paró de sonar. Las llamadas estaban divididas: gente que apoyaba tal petición y otros que casi pedían mi salida del aire por meterme con el derecho que tienen los ciudadanos a embriagarse por unos días en la vía pública con el visto bueno de la autoridad.
10 años después, los argumentos de unos y otros siguen siendo los mismos.




Supongo que existe cierto "espíritu transgresor" en el hecho de beber litros cerveza en las zonas turísticas más importantes de la ciudad (o las únicas que tiene). Muchos de los que defienden al carnaval en Montejo y sus alrededores, se lamentan porque el alcohol ya no podrá romper con las lamentables barreras sociales que existen entre el norte y el sur de Mérida. Gracias a la proliferación de latas y misiles cerveceros, la gente del llamado sur profundo convertía por una vez al año en suyo al "exclusivo" Paseo de Montejo. Se trata de un fenómeno social por demás interesante, pero provocado finalmente por una celebración banal y patrocinada no por Momo, sino por su compadre Baco. En otras palabras, los lamentos de algunas personas están ligados al embrutecimiento de la gente y a las ganancias millonarias que obtienen las cerveceras quienes son las verdaderas dueñas del carnaval meridano.
Yo estoy completamente de acuerdo en que las barreras sociales caigan y que los espacios públicos sean usados por todos los que habitamos la ciudad, sin distinción de origen social o económico. Pero creo que esa apropiación tendría que darse a partir de otros elementos que incluso rebasen a lo efímero del carnaval. Las autoridades municipales tendrían que tener la inteligencia y la capacidad para crear otras actividades que fomenten el traslado del sur al norte y/o viceversa. Actividades que deben ser de orden recreativo y artístico. El traslado del Carnaval a Xmatkuil implica que esta fiesta no tiene, ni tendrá nunca más (si es que alguna vez los tuvo) tales atributos.
Pero tampoco tendría por que tenerlos. Se trata de una festividad cuyo origen son los excesos antes de la reclusión religiosa, lo que me lleva a preguntarme si es necesario el uso del erario público para patrocinar una fiesta que realmente nada tiene que ver con celebraciones cívicas o tradicionales. El papel de la autoridad tendría que limitarse a garantizar la seguridad de quienes están ahí, tal y como sucede con otro tipo de espectáculos masivos como conciertos o partidos deportivos. Pero la inversión pública en el Carnaval no está justificada por ningún motivo. De ahí a que la decisión de trasladar la fiesta también tendría que venir acompañada de la creación de un fondo de carácter privado que patrocine a las carnestolendas. Seguramente cerveceras y refresqueras estarían más que interesadas en destinar recursos a algo que a la postre les genera ganancias millonarias.
Será interesante ver que pasa con este experimento de llevar el carnaval a Xmatkuil. Lamentablemente al tratarse de una decisión de un ayuntamiento panista, la permanencia de la fiesta está ligada al color del partido que tenga el poder en la ciudad de Mérida. No dudaría ni por un momento que en caso de que los tricolores "recuperen" Mérida, una de sus primeras medidas sea regresar el carnaval a Montejo. Las decisiones populistas, suelen dárseles bastante bien. Pero mientras eso sucede: adiós carnaval. Tengo la esperanza firme de no volver a toparme contigo nunca más. Y como yo, estoy seguro, miles de meridanos seguramente la mantendremos así por varios años, hasta que soplen otro tipo de vientos políticos.

Así las cosas hoy viernes...

Salud pues.......

No hay comentarios.: