El investigador Andrés Vázquez entra al despacho de Don Fernando. El espectador no conoce su apellido (a menos que se encuentre bien informado) pero es evidente que el personaje en cuestión conoce perfectamente las bambalinas del ejercicio político en México. Ahí se produce un diálogo en el que algo queda claro: la política mexicana se alimenta de la corrupción. Don Fernando le explica al encargado de la investigación del asesinato del candidato del PRI a la Presidencia de la República Luis Donaldo Colosio, la intención del entonces Presidente (Salinas, claro, aunque tampoco es mencionado por su nombre) era continuar en el ejercicio pleno del poder aún sin estar en la silla presidencial, quería - junto con su hermano - los jugosos negocios. Es en ese momento cuando uno como espectador, comprende que Colosio era un error del sistema, un error que había que corregir para que el grupo que dominaba al país no fuera hecho a un lado.
Para el director Carlos Bolado no parece existir duda: el de Colosio fue un crimen de Estado. Toda su película se centrará entonces en plantear esa teoría y en tratar de resolverla. Se valdrá de dos personajes ficticios, el ya mencionado Andrés Suárez (José María Yazpik) y la periodista radiofónica Verónica (Kate Del Castillo) quienes cumplirán el papel de ir armando los hilos de la investigación y de la voz de la población y las dudas que en ella surgieron a partir del crimen. Ambos van a convertirse en quienes irán brindándole al relato de coherencia narrativa. Estos personajes se irán entremezclando con personajes evidentemente sustentados en la realidad. El Doctor, El Licenciado, Aburto, los Mayoral, entre otros. Nombres y hombres cuyos rostros ayudan a ir llenando las piezas de un rompecabezas que terminó por definir en más de un sentido al país que hoy vivimos.
Bolado es director con gran habilidad para ir involucrando al espectador en su historia. Va dejando pequeños indicios a lo largo de la trama para que quien mira la película también vaya armando las piezas de este rompecabezas, y al mismo tiempo genera una particular empatía por personajes que se ven envueltos en una intriga producida por las élites del poder. Finalmente, para el director estos personajes funcionan perfectamente como una analogía de la sociedad a la que representan, pues de alguna manera u otra todos somos afectados por las decisiones que toman quienes dirigen los destinos de la nación. En el filme: todos somos Andrés, todos somos Verónica.
Colosio: el asesinato, es una película que sorprende por su gran sentido cinematográfico. Un extraordinario diseño de producción que nos remonta a mediados de los noventa, una planificación en la que cada uno de los cuadros funciona perfectamente para ubicarnos en espacio, en tiempo y en descripción de personajes y sus intenciones. Además, Bolado es lo suficientemente inteligente para incidir en los detalles que durante tantos años han generado incertidumbre en torno a la teoría del asesino solitario: como la actuación del grupo Tucán, las advertencias que durante años hizo el "Búho" Valle, y la presencia de tantas agencias de seguridad en el mitin de Lomas Taurinas.
A todo esto hay que añadirle la solidez del reparto del filme, que tanto en lo individual como en conjunto, presentan actuaciones sólidas, creíbles, con un gran desarrollo de personajes. Destacan - además de Yazpik y Del Castillo - Daniel Giménez Cacho, cuyo temible Doctor muestra como se ejerce el poder tras el poder y Ximena González Rubio, cuya mimetización con Diana Laura Riojas es sobresaliente.
El gran problema de Colosio puede ser que al no utilizar los nombres y apellidos reales de personajes que son clave en la historia, puede generarse confusión en el espectador poco informado o en aquel joven que apenas nacía o era un niño cuando sucedieron aquellos hechos. Pero paradójicamente también puede ser su gran fortaleza si esto genera el deseo de investigar y conocer más a fondo un momento histórico determinante para la nación. Tan determinante que Bolado presenta al final de su filme, un poético plano en el cual puede inferirse que a partir de entonces inició la incontrolable escalada de violencia que vive el país.
Colosio: el Asesinato es un Thriller Político de extraordinaria manufactura y, para muchos, un gran alegato antipriista. En todo caso a mi me parece que es un gran ejemplo de lo que el Cine Mexicano debe ser, es decir, un cine que narre nuestra historia, que nos ponga a reflexionar sobre el país, sobre los personajes que le han dado forma y sobre en lo que puede retroceder si como sociedad lo permitimos.
Un logro...
Así las cosas hoy martes...
Salud pues......
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