Seven Readers!!...
Hablemos de cine.
Nine..
No creo que exista la película perfecta, pero si tengo la impresión de que existen ciertos trabajos fílmicos que se acercan a la perfección. Nine de Rob Marshall es uno de ellos. Estamos ante un espectáculo cinematográfico que aprovecha las características del musical para brindarnos una obra que termina por ser un homenaje al cine, a la figura del director, a un período muy importante en la historia del séptimo arte y a un país cuya cinematografía ha sido por mucho una de las más importantes y significativas para el desarrollo del cine en todo el mundo: Italia.
Rob Marshall nos cuenta la historia de Guido Contini, un director que sin duda fue parte importante del cine Italiano, particularmente en sus primeros filmes, pero que al sucumbir ante el Star System y ante los poderosos intereses de la industria ha perdido el toque que le convirtió en todo un maestro del séptimo arte. Contini vive una crisis de creatividad y en el medio de la misma comienza a hacer un viaje anecdótico en el que recuerda a las 9 mujeres que le marcaron y le inspiraron para contar sus historias (las cuales son presentadas en una impresionante secuencia musical al inicio de la película) Contini irá entonces haciendo un repaso de su vida, en la que lo onírico - parte fundamental del género musical - jugará un papel importante para que el espectador se introduzca en el universo particular del director y en una época en la que el cine contribuyó a rescatar a una nación que había sufrido la devastación de la Segunda Guerra mundial.
Es evidente que Marshall siente una tremenda pasión por el cine europeo de la posguerra. En Nine pueden encontrarse reminiscencias obvias al cine del Neo realismo Italiano y a los directores que le siguieron. Hay guiños a la Via Venetto de Fellini, a la Roma de Visconti o a los personajes de De Sica. Pero también por momentos uno puede intuir la presencia de Truffaut y sus 400 golpes. Pero estos retratos cobran vida propia al ser tratados en un musical cuyos números son espectaculares y que contribuyen a apuntalar a la historia que cuenta la reinvención de un genio y su encuentro con sus demonios, su niñez y las mujeres que le marcaron.
Que Daniel Day Lewis es una actor impresionante, ya lo sabíamos. Nine nos confirma que es tal vez el mejor de toda su generación. La interpretación que hace de Guido Contini tiene muchísimos matices. Es un genio encantador, un hombre en decadencia, un tipo que va en la búsqueda de su redención, un pecador empedernido, un hombre completamente enamorado de su mujer pero que no duda en engañarla en la primera oportunidad que se le presenta; es, como el lo reconoce, un hombre de 50 años con el cerebro de un niño de 10. Pero curiosamente ha perdido contacto con el niño interno que le llevó a generar películas creativas, memorables, películas que definieron a todo un país. Encontrarlo será determinante para de nuevo impulsar su carrera, para de nuevo contar historias que son importantes porque tratan sobre cosas que son trascendentes y universales para todos los seres humanos.
Marshall hace que toda la trama gire alrededor de Contini y las actrices que le acompañan van a ser las figuras van a jugar varios papeles: la madre dominante, la madre comprensiva, la esposa abnegada y que sirve como eje de apoyo, la amante sensual que le permite escapar, la super estrella cinematográfica con quien ha alcanzado el éxito e incluso la prostituta que le abrió el camino hacía el despertar sexual. Por ende, todo el reparto femenino va a girar alrededor de Day Lewis, por ende con cada una de las actrices el actor maneja niveles, emociones y sensaciones diferentes. Es un trabajo actoral en el que el ensamble funciona gracias al protagonista.
Con un cuadro final lleno de espectacularidad, poesía e intimismo, Nine es un filme diferente, atrevido, hecho por un director que ha entendido perfectamente las capacidades expresivas que tiene el género musical, y, en este caso, para ligar al género hollywoodense por excelencia con cinematografías de las acaso parece estar muy alejado, pero con las que guarda gran relación especialmente porque tuvieron gran auge en los tiempos de la posguerra a mediados del siglo pasado. Una película hecha por alguien que ama profundamente al lenguaje cinematográfico - a pesar de haber iniciado su carrera en Broadway - y hecha para quienes semana a semana, vemos como nuestra vida se transforma al salir de una sala de proyección.
Una Obra Maestra.
Así las cosas hoy lunes...
PS1...He visto también Ironman 2. Poco que decir, salvo que es triste ver como se dio con el traste a la franquicia. La primera parte era de lo mejor que se había filmado en términos de películas para super héroes. Aquí repiten director y elenco, pero falla terriblemente por que la historia es ridícula y poco creíble. Una pena.
PS2...A nadie le debe sorprender que Inglaterra pasara caminando hoy sobre la Selección Nacional de Fútbol de México. Ese es el nivel de fútbol que tenemos. Es curioso sin embargo ver como los narradores de las televisoras se partieron la garganta para tratar de convencernos de que México le pegó un baile al equipo de la rosa en el primer tiempo. No, México tocó y dominó en el medio campo porque los ingleses se lo permitieron, así juegan los equipos de Capello. Cuando Inglaterra - que habrá jugado a un 40% de su capacidad - lo decidió nulificó a México y ganó el partido.
Así de simple.
Salud pues.......
3 comentarios:
Mi problema, mi querido David, es que el cine musical no me gusta. Sólo vi “Nine” por Daniel Day Lewis de quien estoy enamorada desde "La edad de la inocencia” y “La insoportable levedad del ser”. Pero como el cine musical no es mi especialidad, carezco de los elementos para calificar si una película del género es buena o pésima. Y quizá por ello, es este film no me encantó, lo cual no quita mi Daniel esté muy bien. Aunque de serte sincera, junto con el actor británico, lo mejor de “Nine”, por mucho, fue la revelación de Marion Cotillard no sólo como la excelente actriz que es, que eso ya lo sabía, sino como una gran cantante: su interpretación de “Take it all”, es, para mi gusto, lo mejor del film en cuanto a música se refiere
Un abrazo
No he visto Nine, espero hacerlo pronto. En cuanto a Ironman 2 estoy totalmente de acuerdo contigo, a mí me gustó mucho la primera parte pero esta segunda dejó mucho que desear. Ví Robin Hood y me gustó y mucho, espero tus comentarios al respecto.
Que bueno que fuíste a ver a Bosé, a mí me encantó su concierto, mis favoritas fueron Nena, Cardio, El Perro y Te Amaré.
Saludos
Excelente película. No creo que entre en la clasificación de los "musicales", debido a que la banda sonora en realidad colabora para la interpretación y mejor entendimiento del filme y suena unicamente en la cabeza, imaginación y recuerdos de Guido. Tal como en la realidad, esa imaginación en los artistas, es la que los inspira a materializar sus ideas.
Una película muy bien realizada definitivamente, pero considero, que sí es necesario separarla del género "musical", porque no entra ahí a pesar de estar inspirado en un musical de Broadway. El director cuidò el detalle de no caer en un "broadway Peliculizado" en lo que cayeron pelìculas antiguas como "Tia mame" o "annie". Tampoco serìa una película para el publico que gusta o busca cosas como "mama mia" u otras donde la musica en vez de ser soporte se convierte en melcocha y uno quiere que se acabe peronto.
Saludos y gracias por la recomendaciòn
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