viernes, mayo 28, 2010

Del Adiós a Lost (el fin de una era)...

Seven Readers!!...

Toda relación tiene sus altas y sus bajas. Cuando uno está inmerso en una, sabe que se tendrán momentos complejos, difíciles, pero que también vendrán otros llenos de inmensa alegría, de gozo, de sorpresa. Lost fue una de esas series que tuvo todos esos momentos: gozo, decepción, felicidad, sorpresa; y algo me quedó claro luego del final transmitido el pasado martes en Latinoamérica: mi relación con la televisión no volverá a ser la misma.
Con Lost se termina una gran etapa en la televisión mundial: una en la que hubo una serie que cambió para siempre la manera como miramos televisión, que nos emocionó, que nos hizo enojarnos con ella, que nos sembró dudas; en otras palabras Lost fue una serie que nos involucró al máximo, que nos hizo participes, que nos trató como seres pensantes y como seres completamente emocionales.
Quizá muchos no estén satisfechos con el resultado final, puedo entenderlo. Lo hago porque el arte siempre será subjetivo y lo que a mi me parece maravilloso a muchos seguramente les parecerá algo que terminó con dar al traste con el programa de televisión. Están en todo su derecho de pensar así, así como yo estoy en el mío de pensar que lo que vimos el pasado martes fue una de las cosas más hermosas que he visto y que veré en mi vida como consumidor de series televisivas.
Mientras miraba los últimos minutos de Lost, no podía dejar de pensar en mi propia vida, en toda la gente importante que ha estado presente a lo largo de la misma, en todos aquellas personas con las que he compartido los peores y los mejores momentos de mi existencia. Y pienso que como lo fue el caso de Jack Shepard, yo quisiera encontrarlos un ficticio horizonte lejano y darles la oportunidad de que ellos mismos se encontraran con otras personas que también terminaron por marcarles. Ese sería un final realmente hermoso, para mi, para todos los que significaron, significan y significarán algo importante en mi camino. No habría un mejor acto de redención que ese. Por eso el final de la serie me pareció memorable: porque rescata la esperanza de que todos en algún momento de nuestro transitar por el universo, podemos reencontrarnos con quienes estuvieron en nuestro andar y volver a iniciar junto a ellos una nueva aventura.




Muchos podrán argumentar que por momentos los escritores de Lost perdieron la brújula, tal vez no estarán equivocados. Hubo un par de temporadas en las que la serie cayó en ciertos baches, pero finalmente terminó por levantarse y llegar a un final bello, pero sobre todo digno. Lost fue una serie rica en términos argumentativos y que utilizó muchos recursos para generar suspenso (incluídos McGuffins como el Oso Polar) que utilizó al flashback y al flashforward con elegancia y maestría, que nos presentó a personajes entrañables, que creó un universo propio y sobre todo que siempre trató de mantenerse fiel a si misma, en el medio de un extraordinario contexto de producción. Por ello me parece que formará parte de la historia de la televisión y de la historia de quienes la seguimos de principio a fin.
La isla finalmente funcionó como una metáfora de la vida misma y de las alegrías, tristezas, amores y odios que vienen acompañándola. Y tal y como sucedió en la Isla, la vida está llena de dualidades universales que a su vez generan preguntas tan universales como tal vez incontestables: ¿qué es bueno, qué es malo?, ¿qué es el amor, qué es el odio?, ¿quién representa a lo mejor de los seres humanos, quién a lo más terrible?, ¿quién realmente es el otro?, ¿qué hay más allá de la muerte?. Finalmente los seres humanos estamos compuestos por esas dualidades y quizá por ello exista quien necesite aferrarse a la Isla o necesite salir de ella con todas sus fuerzas e incluso esos deseos pueden cambiar dependiendo de nuestra propia circunstancia. Un ejemplo: Sawyer, siempre queriendo salir de la Isla hasta que encuentra en Juliet una razón para quedarse una ella. Una vez que la pierde, entonces su primer deseo aflora de nuevo. No hay contradicción en este que me parece es un comportamiento natural de todos los seres humanos, y Lost insistió en esas características tan propias del ser humano en cada una de sus temporadas.
Pero no hay duda que todos los personajes encontraron lo que buscaron desde un principio: la redención, la certeza de que se ha hecho algo importante en la vida, de que de alguna manera se han podido reparar algunos de los errores que como seres humanos cometieron, cada uno de sus actos fue un camino a encontrar esa redención. Terminaron al final aceptando su destino porque habían cumplido el cometido por el que pasaron por el planeta. Quien lo hizo se fue en Paz: Sun, Jin, Sayid, Charlie y por supuesto Jack. Cuando Shepard - acompañado del perro Vincent en una de las escenas más emotivas de la televisión moderna - mira como el avión en el que escapan los que debieron hacerlo se eleva en el cielo, sabe que todo ha valido la pena. Por ello su partida está llena de felicidad y junto a aquellos con los que vivió la experiencia más importante de su vida, la experiencia que se convirtió en su motivo de vivir.




Al final los reencuentros fueron emotivos: Claire y Charlie, Juliet y Sawyer, Desmond y Penny, Sayid y Shannon, Jack y Kate; al final Hurley encuentra una razón para seguir adelante; al final Ben Linus entiende que él siempre será de los otros; al final salen de la Isla quienes tenían que hacerlo y se quedan quienes tenían que quedarse, todo dependiendo de la propia circunstancia que los personajes se fueron labrando para si mismos.
Decir adiós siempre resulta complicado, hacerlo con una relación importante lo es más. Yo voy a extrañar esos martes de viaje a la Isla. Lo haré porque de alguna manera u otra puedo relacionar etapas y circunstancias de mi vida con el inicio de cada una de las seis temporadas de Lost. Hace seis años, sin duda era yo otra persona. Gente que en ese momento creí que era indispensable, no lo es más y hoy otros son los imprescindibles, y algunos más han regresado para quedarse seguramente para siempre...y todo en solo seis años.
Tal vez mañana exista otra serie que nos enganche intelectual y emocionalmente como lo hizo Lost durante todo este tiempo; es posible que suceda en esta nueva década. Con Lost se va una etapa muy importante para la Televisión mundial, su final representa la terminación de lo mejor de la primera década del siglo XXI en materia televisiva. Y tal vez hoy estés odiando lo que se hizo con ella o tal vez - como a mí - el final de la serie te haya tocado en más de un sentido, pero estoy seguro que si la seguiste durante todo este tiempo, lo menos que te causo fue indiferencia. Eso en si mismo ya es un gran logro.
Pero creo que finalmente lo mejor de Lost es que en cierta forma se convirtió en un micro espejo de muchas de nuestra cualidades y defectos, y mirarse al espejo a veces inspira o decepciona, emociona o aterroriza, genera alegría o tristeza; es decir termina por desnudarnos y anclarnos en una Isla en la que lo que finalmente está en juego es la continuidad de la vida misma.
Adiós Lost...

Así las cosas hoy viernes...

Salud pues......

1 comentario:

Kalepsheel dijo...

Ramen con Lost hermano, Ramen.