Seven Readers!!!...
En todas las ocasiones en las que he tenido la oportunidad de ser maestro de estudiantes de comunicación, trato de hacerles notar la importancia de lo que hacemos quienes estamos en los medios. Un punto que recalco siempre es el siguiente: no olviden que estamos tratando con seres humanos, con sus vidas, con sus historias. Por ende, el objetivo primario de quienes estamos en los medios o pretenden estarlo es el de mejorar la calidad de vida de quienes nos leen, nos escuchan o de aquellos cuyas historias estamos exponiendo ante la opinión pública. Siempre mantengo la esperanza de que los chicos comprendan esto y conviertan esta idea en una las máximas de su desarrollo como gente de medios. Estoy convencido de que si los comunicadores reflexionaran más sobre el lado humano de su trabajo, tendríamos mejores medios de comunicación.
Al ver The Soloist (El Solista) esta reflexión estuvo en mi mente durante toda la película. Estamos ante una cinta que cuestiona el papel del periodista, su relación con su objeto de trabajo (el ser humano) y el difícil contexto que hoy rodea a quienes pretenden desarrollar un trabajo en los medios de comunicación, pues estamos en un período en el que la crisis está terminando con los puestos de trabajo, aún en periódicos importantes como lo puede ser el Los Angeles Times.
En The Soloist, Steve López es un columnista del L.A. Times desesperado por conseguir buenas historias. Parece que está en un período de sequía creativa o parece que ha perdido la capacidad de encontrarlas. Un día, vagando por la ciudad se encuentra con Nathaniel Ayers un esquizofrénico músico callejero que fue alumno de la prestigiosa Julliard. A López le interesa contar la historia de un tipo que tuvo todo para triunfar y que termina viviendo en las complicadas calles de L.A. en un contexto destructivo y deprimente.
Joe Wright filma una película sobre la responsabilidad del periodista ante el protagonista de su su historia. El filme se cuestiona constantemente sobre los límites que el comunicador tiene con el protagonista de su reportaje, hasta donde puede llegar la relación entre uno y otro. Esa me parece la mayor aportación de la película.
La segunda aportación tiene que ver con la manera como presenta a la música como un personaje más del filme. Ayers es un hombre cuya única conexión con la realidad sucede cuando tiene la posibilidad de interpretar algún instrumento o cuando puede perderse en la contemplación sonora de alguna obra de carácter clásico. Y contagiará a López de esta pasión, al grado que le llevará a cuestionarse sobre su propia capacidad para amar lo que hace y a quienes le rodean.
Y para contar esta compleja historia, Wright contará con un extraordinario dúo de actores capaces de lograr una extraordinaria armonía interpretativa. Robert Downey Jr. es quien interpreta a Steve López. Su actuación es una lección de manejo del timing, es una interpretación pausada e inteligentemente contenida, pues ello hace que su personaje se mueva entre la comedia y el drama pero siempre reflejados de manera interna, lo que hace que sea más creíble. Por su parte Jamie Foxx es capaz de introducirnos a la compleja psique de Ayers (ayudado por certeros flashbacks) a sus momentos de locura y a esa enorme pasión que llega a sentir por la música. Ambos actores combinan implosión con explosión en sus interpretaciones y eso genera una química perfecta para el buen desarrollo de la narrativa de la película.
El Solista es pues una película con dos niveles de lectura, y que es capaz de llevarnos a las entrañas de una urbe como Los Ángeles, a su pobreza. Y al mismo tiempo es un filme que le rinde homenaje a la música, mientras reflexiona sobre la comunicación como el acto que nos define como seres humanos, por ende al que debemos aprender a manejar con sumo cuidado, si éste es y será nuestro instrumento de trabajo.
Número 18...
A la Sombra de un León, Joaquín Sabina y Ana Belén...
El arte de contar historias a través de una canción es algo que se ha ido perdiendo gracias al exceso de música reciclada y extremadamente comercial, música que no dice nada. Son pocos los compositores que hoy se atreven a desarrollar la narrativa dentro de su música, y uno de los mejores para hacerlo en sin duda el maestro de Úbeda, Joaquín Sabina.
La canción que ocupa el lugar número 18 en el Top 25 personal en Español, es una composición de Sabina originalmente interpretada por la gran Ana Belén y se titula: A La Sombra de un León.
Es la historia de un amor frustrado, de un sueño, de un lugar y de una esperanza perdida. Sabina nos envuelve con una letra llena rica en metáforas, en atmósferas y en lugares, contándonos la historia de un amor doloroso, que de pronto despierta de un mundo de ensueño para encontrarse con la violencia urbana y cotidiana.
Así que aquí la tienen, la número 18 de esta lista. Con Joaquín Sabina y Ana Belén...A la sombra de un Léon...
La mejor línea...
"Que tal, estoy sola y sin marido,
gracias por haber venido a abrigarme el corazón"...
Así las cosas hoy domingo...
Salud Pues......
2 comentarios:
Estimado Dave, se antoja ver la movie con tu reseña.
Te quiero preguntar si ya fuiste a ver Bruno? Muero por verla!
No, no he ido...en realidad me decepcionó mucho Borat...así que realmente no creo verla...
Saludos :D.
Publicar un comentario