viernes, junio 27, 2008

De lluvia, periodistas deportivos y artes marciales panda..

Seven Readers!!!...

La lluvia no ha dejado de caer en las últimas horas aquí sobre la ciudad de Mérida. Ello me encanta. Esta ciudad adquiere un tono especial en los días lluviosos. El olor a tierra, se combina con las calles anegadas por las que la circulación vehicular se torna en algo complejo. Sin embargo, lo que más se disfruta es esa tonalidad verde que el paisaje citadino adquiere, pues una de las consecuencias naturales de esta misma lluvia es el de proveer de vida a las plantas.
Y si miro por la ventana que está justo detrás de mi esa alfombra verde de árboles es notoria. Si ustedes han estado alguna vez en Mérida, sabrán que esta es una ciudad sin edificios altos Yo estoy en uno de los más altos del centro y desde aquí puede observarse precisamente que, a pesar de la deforestación a la que gran parte de la ciudad ha sido sometida, todavía el pulmón verde de la capital del estado, está vigente.
Y claro…la lluvia hace que el calor aminore y que la energía individual se conserve...y eso en una ciudad cuyas temperaturas en un día normal oscilan entre los 35 y 36 grados….se agradece…y mucho….


Euro….


La Euro 2008 ha sido un gran torneo. El nivel de fútbol que ahí se ha visto, la calidad de los partidos, han hecho que renazca mi afición por ese deporte. El nivel mostrado ha sido tan alto que va a ser muy difícil que el mundial de 2010 llegue a estándares semejantes (especialmente por que ahí estarán los parientes pobres de CONCACAF y Asia, África y, salvo Brasil y Argentina, Sudamérica) por lo que tendremos que esperar cuatro años más para poder mirar un torneo de selecciones con este nivel de juego.
El hecho de que España esté en la final, es un triunfo para el deporte de las patadas, pues lo ha hecho con base en un vistoso juego de conjunto, demostrando, una vez más, que se puede jugar bonito y conseguir resultados. 
Yo espero que los ibéricos se levanten con la victoria, aunque enfrente tendrán a unos alemanes que en esto de las finales se las saben de todas todas.
Y por cierto otro de los descubrimientos de la Euro, ha sido José Ramón Fernández Jr. Seguramente ustedes le recordarán durante su fugaz paso por TV Azteca, siempre a la sombra de su padre y de sus compañeros. Bueno pues en los últimos días, ha reaparecido como columnista en las páginas del Milenio haciendo extraordinarias crónicas sobre lo que sucede en el torneo continental europeo. Crónicas agudas, perfectamente escritas y con un ánimo crítico de primer nivel. He aquí una pequeña muestra de su trabajo:

Querido futbol mexicano:
Saliendo del campo me acordé de ti. Entre el bochorno y la humedad que dejó la lluvia te busqué. Apenas pude verte. Saltabas en medio de un pequeño San Fermín montado por Manolo, el del bombo afuera de un bar vienés. Andabas, representado por los aficionados que nunca faltan. Ya sabes, en todos lados siempre hay un chiva hermano. Sin nada que perder, festejabas cantándole a un equipo que jugó el mejor futbol de su historia. Más por el desmadre que por la pasión. Te acercaste a la Eurocopa como turista. Te esperé en la puerta del estadio y me dejaste plantado, cabrón. Por más que el pinche sonido local te voceaba, te valió un carajo. Allá tu, güey, pero creo que te perdiste de algo que estuvo chingón. En todos lados se aprende, eso debes entenderlo bien. Pero preferiste quedarte en casa echando la güeva en lugar de salir a buscar alguna idea. Algún pensamiento o quizá una reflexión. A lo mejor el pendejo soy yo. Creyendo que aquí, podía existir algo diferente al Azteca y el Coliseo de Los Ángeles. Ya sé que estás en pretemporada y que la selección arrancó la eliminatoria, pero no mames, tienes plata suficiente y tiempo para darte una escapada. Pero te falta humildad, ojete. Crees que lo sabes todo y que nadie te merece. Llevas un rato disfrazado de Armani, cuando el mejor futbol viste muy sencillo. Sientes que por juntarte con gente de lana ya chingaste… y no es así. Tenías que haber mandado a alguien, sobre todo directivos para que entiendan el verdadero negocio del deporte. No te creas, aquí también lo ven como un gran business, pero lo respetan más. Tampoco vi a tus entrenadores, ni a sus incómodos directores deportivos. Preguntando, platicando, intercambiando, estudiando. Ojalá te animes a la próxima. Las aerolíneas de bajo costo tienen buenos paquetes.

Quizá el periodismo deportivo televisivo perdió a un comentarista promedio, pero el escrito me parece que ha ganado a un gran cronista…

Kung Fu Animal…

He visto Kung Fu Panda. Y me he reído mucho. A pesar de que el doblaje en la versión en español mexicano es espantoso, el guión de la película es lo bastante bueno como para sobreponerse a eso. 
El personaje de Po fue diseñado específicamente para Jack Black y eso es evidente incluso al escuchar al insufrible Omar Chaparro sustituyendo al cómico norteamericano. Es una pena que a este rincón del planeta, solo nos lleguen las versiones dobladas a pesar de que hoy contamos con más de 36 salas de cine (número que para una ciudad como Mérida es realmente importante)…



Y a pesar de que el filme es predecible, tiene un desarrollo realmente entretenido, un buen ritmo y por supuesto una animación impecable. 
Y tiene una frase que a mi me ha encantado:

Yesterday is history, tomorrow is a mystery, but today is a gift. That is why it is called the present.


Así las cosas hoy viernes….feliz fin de semana para todos…

PS1...

Hora 11:00 am, viernes 27 de junio de 2008...

Diálogo telefónico:

David: Si, buenos días quisiera ordenar una pizza para la oficina....
Sr. Vito Corleone: Lo siento, pero todavía no tenemos pizzas...
David: ah....y eso a ¿a qué se debe?..
Sr. Vito Corleone: A que aún no llegan las tortillas...

Salud pues……

2 comentarios:

Kix dijo...

jajaja... es que era un nuevo tipo de pizzas bien mexicanas!

Defeña Salerosa dijo...

También fue la frase que más me gustó de Kung Fu Panda...maravillosa. También la ví con doblaje mexicano...ni hablar, sólo pa esa alcanzamos boleto y se ajustó al horario.

Qué onda con lo de las pizzas, es broma, ¿verdad?