Os saludo con el estómago vacío. Las prisas mañaneras, la llegada a la universidad para dar clases, las carreras para cruzar la ciudad y arribar a la estación lo más pronto posible, han impedido que algo medianamente sólido llegue para ser digerido por mis jugos gástricos. Líquido solamente es lo que cargo en la panza, lo cual no está mal, sobre todo por que eso me permitirá perder el sobrepeso vacacional. Fuera de ello todo en orden. Hoy creo que dí una buena clase, tuve un buen programa por la mañana y recién acabo de terminar unos guiones para la patriótica (y literaria) campaña radiofónica de nuestro mes patrio. En general el día ha sido bueno, y espero que lo que resta de la tarde y la noche, vayan también en ese sentido.
El Loco Pat...
Cuando niño, mis papás se empeñaban en llevarme los domingos a la "escuela dominical" (ZAZ...¿escuela en domingo?...nuestros padres se encargan de plantar bien nuestros odios infantiles) es decir, ibamos a clase de Biblia. No todo era tan aburrido, especialmente por que yo solía imaginar y leer la Biblia como lo hacía con cualquier otra épica que cayése en mis manos. Eso sí, las maestras se encargaban de que uno se aprendiera de memoria ciertos versículos biblícos y por supuesto los preceptos básicos del cristianismo. Muchos de ellos, reflejados en los 10 mandamientos, que según el relato biblíco, le fueron entregados a Moisés en el monte Sinaí de la mano del mismísimo Dios. Hasta donde yo sé, para quienes hoy en día practican tanto la religión judía como la cristiana (es decir Católicos, ortodoxos y protestantes) estos mandamientos continúan vigentes y ningún Ser Supremo ha descendido nuevamente de los cielos para realizar un cambio significativo en la ley divina, o al menos, los simples mortales no estamos enterados de un aconticimiento celestial de tal naturaleza.
Pero misteriosos son los caminos del Señor, y tal vez existen seres humanos que, gracias a esa maravilla llamada tecnología, pueden iluminarnos con sabiduría sobre los nuevos designios del Altísimo y transformar de acuerdo a sus propios intereses lo que para muchos es palabra divina. Uno de estos seres es Pat Robertson.
Pat Robertson es uno de esos seres mediáticos que abundan en los Estados Unidos a los que se les conoce como "televangelistas", es decir personajes siniestros que lucran con la fe de las personas a través de la televisión. Robertson posee una cadena de televisión de carácter cristiano la CBN o Christian Broadcasting Network, en donde a través de su popular programa the 700 club, Robertson llega con su mensaje a casi 2 millones de espectadores en la Unión Americana y Puerto Rico. Es el CEO de un imperio valuado en 79 millones de dólares e influyente líder del grupo neo conservador que hoy dicta los destinos del mundo desde la Casa Blanca. Opositor ferréo al matrimonio entre homosexuales, al feminismo, a la píldora del día siguiente y, junto a su compadre Jerry Fallwell, a los Teletubbies.
A su lista de Enemigos hay que agregar a uno más: El presidente de Venezuela Hugo Chávez. Anteanoche, durante la transmisión de su programa Robertson cambió los mandamientos y decidió que matar es bueno. De acuerdo la agencia Ap el violento Pat declaró: "Si él piensa que estamos intentando asesinarlo, yo creo que en verdad deberíamos proceder y hacerlo. Es mucho más barato que empezar una guerra", ZAZ...es decir: se vale matar. Palabras pronunciadas por un hombre que habla todas las noches de amar al prójimo. Claro, siempre y cuando este prójimo no sea tu opistor y esté sentado sobre un enorme yacimiento petrolero al que literalmente le traes ganas. Y como el mismo Pat se encargaría de recalcar, es el principal interés del grupo ultraconservador al que representa. Por ello, ya encarrerado añadió: "este hombre es un peligro terrible para Estados Unidos (... ) ésta es nuestra zona de influencia, por tanto, no podemos permitir que eso ocurra. Tenemos la doctrina Monroe, tenemos otras doctrinas que hemos enunciado, y sin duda éste es un enemigo peligroso, al sur, que controla un enorme yacimiento de petróleo y nos puede dañar mucho". ¿Tons de que se trata? Simple: una muestra más de la doble moral que caracteriza a los sectores de la ultraderecha, es decir, te amo prójimo mientras estés conmigo, te destesto y soy hasta capaz de romper con mi propia idelogía y/o religión pidiendo tu cabeza al precio que sea si te atreves a cuestionarme.
Si alguien más sabe de algún descenso divino para rectificar los mandamientos, no deje de avisarme. Pero mientras eso no suceda, las declaraciones de Robertson son una muestra más de que los fundamentalismos están de regreso. Y eso, es para poner a temblar a cualquier habitante de este planeta.
El Dios que me gusta...
Yo por ello, concuerdo del todo con Jaime Sabines, quien me parece tenía un mejor concepto de Dios que él que tiene Pat Robertson:
Dice el Poeta:
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en
serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos
rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede
porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o
Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien.
Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez
grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la
pequeña, que el hombre de traga al hombre. Y por eso inventó la
muerte: para que la vida - no tú ni yo -, la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué
importa si el universo se expande interminablemente o se contrae?
Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye
bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y
travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de
los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus
soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta
el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y
cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de
su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda
tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas,
castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia
-y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis
padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos,
la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el
pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el
borboteo de luz, el manantial que soy.
A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos
rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede
porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o
Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien.
Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez
grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la
pequeña, que el hombre de traga al hombre. Y por eso inventó la
muerte: para que la vida - no tú ni yo -, la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué
importa si el universo se expande interminablemente o se contrae?
Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye
bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y
travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de
los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus
soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta
el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y
cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de
su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda
tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas,
castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia
-y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis
padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos,
la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el
pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el
borboteo de luz, el manantial que soy.
A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
Chido ¿no?...buen miércoles de 2x1 Seven Readers..
1 comentario:
jajaja...bueno, finalmente...es una poesía...
Saludos,,,
Publicar un comentario