Larga, aburrida y predecible. Así fue la ceremonia en la que se llevó a cabo la entrega del Emmy 2012. Es curioso que existiendo hoy tanta riqueza y creatividad en la televisión a nivel internacional, la entrega de los reconocimientos a lo mejor de la industria haya carecido precisamente de esas dos características. Y es que algo ha de andar mal cuando tu mejor chiste consiste en poner a Tracy Jordan sobre el escenario para pretender correr un rumor en redes sociales de que el decadente cómico había muerto durante el transcurso de la gala. Cuando uno miraba aquello, no podía más que sentir cierta empatía por el esfuerzo que Jimmy Kimmel realizaba para tratar de rescatar del sopor a los miles de televidentes que seguramente cabeceaban ante la falta de ritmo de la ceremonia. Habrá que esperar los resultados de rating, pero es muy probable que nos encontremos ante una de las entregas de premios con menores índices de audiencia.
Quizá la idea de dividir en bloques de categorías resultó en el principal problema del programa. Lo que importa realmente son las categorías de Comedia y Drama (en menor medida miniseries y películas para televisión) por lo que poner una al principio y otra hasta el final, generó un bache de intrascendencia que nunca pudo ser superado, pues poco nos importan géneros como los realitys o los programas de variedades. Fue tan poco emocionante la ceremonia que solamente tuvo una ovación de pie, un momento memorable: cuando Michael J. Fox apareció para entregar el premio a la mejor serie de comedia, fue entonces cuando el Emmy se transformó en lo que realmente debe ser un programa de esta naturaleza, es decir uno lleno de momentos únicos y que le recuerden a la audiencia que la televisión es un poderoso generador de emociones.
Aparte de ese momento, todo sucedió conforme al guión. No entiendo la sorpresa que generó el hecho de que Homeland se haya impuesto a Mad Men en la categoría de mejor serie dramática. El haber ganado el Globo de Oro convertía a la obra maestra de Showtime en la gran favorita, lo que se hizo aún más evidente cuando Damien Lewis y la bellísima Claire Danes se alzaron con los premios en la categoría de Mejor Actor y Actriz dramática. Sin embargo, no deja de causar cierto malestar el hecho de que la Academia siga despreciando a la serie dramática más completa en todos los sentidos: Game of Thrones, lo que fue aún más notorio cuando Aaron Paul de Breaking Bad ganó el premio como Mejor Actor Secundario venciendo a Peter Dinklage cuyo Tyron Lannister fue simplemente soberbio y sin competencia alguna en toda la parrilla televisiva del planeta.
Va a ser interesante lo que sucederá cuando The Newsroom entre en competencia el próximo año.
En la categoria de comedia era complicado que alguien le quitara el trono a Modern Family. El maravilloso programa con toques de mockumentary producido por Fox simplemente ha ido creciendo en originalidad y creatividad, y su reparto ha alcanzado un nivel extraordinario. Merecidos los premios a Julie Bowen y Eric Stonestreet en las categorías de actores de reparto, aunque Mayim Bialik de The Big Bang Theory debió haber tenido mejor suerte. Muy agradable fue la victoria de Julia Louis-Dreyfus como Mejor Actriz de Comedia por Veep; pero lo verdaderamente lamentable fue el triunfo de Jon Cryer de Two and a Half Men como Mejor Actor en ese rubro. El personaje de Cryer ha llevado el concepto de patético a nuevos niveles y es increíble que haya derrotado a histriones como Jim Parsons, Don Cheadle y Alec Baldwin; actores cuyos personajes requieren de mayores capacidades actorales que las de un Cryer estancado en la mediocridad lo que es un reflejo de lo que sucede con su programa.
Ha terminado así el año televisivo. Hoy se estrenan nuevas temporadas y nuevos programas en los Estados Unidos (estrenos que estaremos viendo el próximo mes en latinoamérica). Se vienen cosas que aparentemente son interesantes como Go On (cuyo muy buen primer capítulo se estrenó ayer en Warner Channel al término del Emmy) Revolution (un piloto que ha dejado muchas dudas) The New Normal, 666 Park Avenue, Nashville, Zero Hour y The Neighbors, entre otras. Es posible que veamos algunos de estos programas en la entrega del Emmy del próximo año, una ceremonia que esperemos esté a la altura de lo que hoy se produce en la televisión de todo el planeta.
Así las cosas hoy lunes....
Salud Pues......
2 comentarios:
Homeland es estupenda. De eso no hay duda. Pero ganarle a Game of Thrones... hay algo muy malo ahí.
Peter Dinklage ha sido SUPERIOR en cualquier capítulo de GoT. El que no haya ganado simplemente me enfurece. ¿Dónde quedó la justicia?
Eso fue un robo peor que el de las elecciones.
¿John Cryer ganando un Emmy? No ma... esa es señal del Apocalipsis, o por lo menos de que el estereotipo del lastre gorrón y mantenido es bien visto en la sociedad...
No se cual de los dos escenarios me parece más horrible...
Saludos. :D
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