Seven Readers!!...
Soy un ciudadano del mundo que vive en un lugar olvidado de México. Alguien que sale todos los días a trabajar con el ánimo de ganar dinero para poder pagar la renta, las tarjetas, la comida, la luz, el agua, el teléfono. A veces me alcanza para todo, muchas otras no. Quizá sea de la clase media o esté ya entrando a un nivel más bajo. Pero no soy diferente a millones de habitantes del planeta que simplemente luchamos por sobrevivir más o menos bien, que tratamos de disfrutar a la vida, que peleamos por nuestro derecho a ser felices.
Y como a muchos ciudadanos del mundo, me cuesta mucho entender las razones por las que de pronto la economía entra en una crisis. No entiendo mucho de las caídas de la bolsa, de el “lunes negro”. Miro con cierto asombro a desesperados corredores los principales centros bursátiles del planeta y veo que su terror comienza a convertirse en pánico. Entonces comienzo a asustarme: ¿si esas personas que evidentemente entienden lo que sucede en las bolsas del mundo, están aterrorizadas, eso quiere decir que algo grande está por suceder?. Tal vez no debería asustarme por una nueva crisis económica pues soy parte de una generación que ha atravesado por muchos problemas de esa naturaleza. De hecho, deberíamos estar acostumbrados a vivir de esa manera pero ¿quién se acostumbra a eso?, ¿quién puede acostumbrarse a la pérdida del empleo, de los bienes, de el derecho a ser feliz?.
Volteo hacía a nuestras autoridades económicas con la esperanza de encontrar una explicación a lo que está por suceder y simplemente no la encuentro. En teoría, los ciudadanos deberíamos encontrar en quienes se encargan de dirigir los destinos de la nación explicaciones claras, contundentes, que nos den pistas de a que deberíamos atenernos, de que es exactamente lo que viene. La autoridad tendría que ser una inquebrantable roca que genere confianza en tiempos de crisis. Pero tenemos a Ernesto Cordero en Hacienda y él parece aún más asustado que cualquiera de nosotros. Llevo días tratando de escuchar del flamante pre – candidato presidencial panista dibujar un panorama claro y conciso sobre lo que está sucediendo en la economía global y como puede llegar a afectar eso a los ciudadanos mexicanos, y simplemente Cordero parece estar en el limbo, perdido entre rebuscadas frases y sin una visión clara de que es lo que va a suceder en los próximos días. Lo mismo pasa con Bruno Ferrari (el señor que cobra como responsable de la Secretaría de Economía) y ya no hablemos de Agustín Carstens quien debe estar tratando de encontrar remedios para la gripe que la ha venido luego de perder la oportunidad de dirigir al FMI. No, si uno quiere entender que es lo que pasa y lo que puede llegar a suceder, las autoridades económicas mexicanas son muy poco sensibles, demasiado pequeñas y soberbias para explicarnos cual es el escenario al que nos vamos a enfrentar al final del año.
Pero no, no hay nada de eso. A los responsables de la política económica del nopal el tema les tiene sin cuidado. Y mucho menos piensan en plantarse de cara a los ciudadanos y brindarles explicaciones claras sobre lo que está por venir. Tal comportamiento puede explicarse a partir de dos supuestos: 1- Están tan preocupados por el proceso electoral del 2012, que prefieren callar cualquier previsión de un escenario desfavorable en términos económicos que pueda influir en el posible votante en la elección federal. 2- No tienen idea de cómo explicar el asunto ante la población.
Lo cierto es que los ciudadanos carecemos de información clara y precisa sobre las consecuencias que puede tener en nuestros bolsillos la crisis económica mundial. Temo que la marea puede arrastrarnos peor que en otros tiempos y entonces nuestra cotidianidad verá mermada su poder adquisitivo. En 94 muchos lo perdieron todo, ¿cuál es el riesgo ahora?, las autoridades no quieren o no pueden darnos una respuesta. Los ciudadanos del mundo que vivimos en México, los que no entendemos de cifras macro económicas sino solamente del precio de los alimentos, del gas, de la luz, de los pagos de las tarjeta; vamos a tener que buscar una explicación entendible en otra parte pues quienes forman parte del gobierno distan mucho de ser rocas de confianza: son endebles alfeñiques.
Así las cosas hoy martes…
PS…Uno de mis sueños en la vida: ir a Londres. Su música, su literatura, su cine, sus espectáculos, su arte, su deporte. Londres siempre pareció cubierta de una atmósfera cultural única, inigualable. Hoy Londres le muestra al mundo otra cara: la de un sistema que no ha sabido responder a las necesidades básicas de sus individuos. Los disturbios que violentan hoy a la cotidianidad inglesa parecen ser producto de una lacerante desigualdad social. Una pena.
Pero ahora más que nunca quiero ir a Londres. Palpar de primera mano a su arte, a su deporte, a su música. Pero también por solidaridad, por escuchar de viva voz a quienes hoy salen a las calles a enfrentarse a la policía. Porque es evidente que – guardadas las debidas proporciones, distancias y particularidades de cada caso – los ciudadanos del mundo que ahí habitan, padecen muchos de los problemas que aquí padecemos, los que tal vez puedan resumirse en una palabra: desigualdad.
London Calling…
Salud pues……
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