viernes, enero 26, 2007

De lo estancado de la politica y las sociedades laicas...

Seven Readers!!

Revisaba las últimas entradas del blog, y me he dado cuenta que los temas políticos han desaparecido. Luego medité un rato el por qué de esta ausencia, y me doy cuenta que en realidad no hay mucho que decir sobre el tema, pues estamos en los albores de lo que se veía venir con el triunfo de Felipe Calderón: el empantanamiento total. Es decir, estamos en una especie de continuación del régimen foxista. Si, con algunos cambios, pero con la misma “calidad” de funcionarios, que tratan de envolvernos con una retórica mediática, pero que dejan ver su verdadero rostro a través de declaraciones que más que desafortunadas rayan en lo idiota. Ahí por ejemplo están las palabras de la Secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala Peniche (yucateca para mi eterna vergüenza) en relación al aumento del precio de la tortilla: “no afecta a los más pobres, por que éstos hacen sus propias tortillas” Un gran ejemplo de una funcionaria que seguramente pasó de noche por la escuela de Antropología ( ZAZ…vergüenza dos…).
Ni que decir de las del homofóbico Secretario de Salud José Córdoba Villalobos y su idea de que con la promoción de la abstinencia y la fidelidad, en lugar de la promoción del uso del condón, se prevendrán las tristemente célebres ETS. O las del oscuro y tenebroso Secretario de la Función Pública Germán Martínez, en torno a la "medianía" con la que vivirán los funcionarios públicos una vez que se hayan aprobado las reformas. Valiente medianía, con salarios que no descenderán de los 70 mil pesos mensuales para los funcionarios de alto y medio nivel.
Lo cierto, es que estamos ante una etapa en la que lo político ha entrado a un impasse peligroso, en el que los ciudadanos parecemos estar atrapados entre los que hoy pregonan a un México triunfador y quienes le miran desde el más profundo pesismo. Pero parece ser que nadie tiene la capacidad para proponer cosas diferentes o para generar cismas que valga la pena comentar. Todo se ha reducido a declaraciones idiotas (las del gabinete anterior eran iguales, pero al menos generaban diversión) y a tratar de vendernos la idea de que todo marcha de maravilla, mientras el país se deshace lentamente.
Me pregunto hasta cuándo durará todo esto, y si no estamos sentados sobre una calderita que cada día se calienta más y cuya explosión será de gravísimas consecuencias para todos…

Artículo…

Pero hoy, dejemos que sean otros los que se explayen. Me encontré en El País de España este interesantísimo artículo que vale la pena comentar…se los dejo a su consideración y lo comentamos posterioremente…El autor es Salvador Pániker y se titula: Sociedad Laica y Trascendencia….vale la pena tomarse un tiempo para leer:

La tesis de este artículo es sencilla: en la actualidad, donde mejor puede prosperar el sentido de la trascendencia es en una sociedad plenamente secularizada. La idea es que si se alcanza realmente la libertad secular civilizada, surge espontáneamente la sacralidad del origen, que es también la trascendencia, lo "místico". Y atención, ya sé que hay personas -y de las intelectualmente más respetables- que en cuanto escuchan palabras como trascendencia y mística echan a correr. Pero ello se debe, ante todo, a un malentendido. Ha habido demasiada cantidad de charlatanes en este territorio. Digamos aquí que cuando hablo de trascendencia, para que nos hagamos una primera idea, me refiero, por ejemplo, a lo que uno siente escuchando una sonata de Bach, o perdiéndose en una noche de luna llena. Y cuando hablo de mística lo hago, ante todo, con un alcance experimental a la vez transpersonal y cotidiano. Para mí, la mística arranca de la capacidad de vivir aquí y ahora, de trascender el tiempo, de volcarse en algo que a uno le importe más que sí mismo, de sentir el mundo como la prolongación del propio cuerpo, y, en el límite, de vislumbrar la no-dualidad originaria previa a cualquier concepto.
Pues bien, digo que una sociedad secularizada y laica, es ya la única en la que puede brotar íntimamente, sin estorbos, la trascendencia. Porque de entrada se desaloja cualquier institucionalización oficial de "lo sagrado", y así se suprimen interferencias y quedan, por ejemplo, neutralizadas las voces que degradan el misterio en dogmas pueriles. El caso es que una sociedad laica es una sociedad presidida por la libertad de conciencia. Una sociedad laica y secularizada es pluralista -secularización y pluralismo son casi sinónimos- y en ella cada cual puede adoptar la concepción del mundo que mejor se le acomode. El gran adelanto de una sociedad laica y democrática es que es capaz de mantener la cohesión social sin necesidad de restringir la libertad de conciencia. La vertebración moral de la sociedad ya no corre a cargo de ninguna iglesia. Más todavía: la sociedad laica es post-filosófica en el sentido de que ni siquiera tiene necesidad de una teoría universal de la verdad. (El neopragmatismo de un Rorty es aquí más representativo del espíritu de nuestro tiempo que el neouniversalismo de un Habermas). Dentro de este ámbito de libertad interior, la apertura a lo trascendente brota, como digo, espontáneamente, hija de la misma hondura de lo real, sin necesidad de comulgar con ruedas de molino.
Y adviértase que esta apertura espontánea a lo trascendente la encontramos ya insinuada en las mismas religiones institucionales. Así, todas ellas admiten la llegada de un momento en que el ego llega a su límite y se trasciende espontáneamente. Los cristianos hablan de gracia, los sufíes de fana, los hindúes de prajña, los budistas de bodhi. Los chinos nombran a la naturaleza con la palabra ch'i lan, que significa aquello que sucede por sí mismo, y no por mandato o control de una entidad exterior. Los taoístas enseñan que el bien sólo se propaga espontáneamente -en chino: tzu-jan.
En todo caso, está en el aire un modo libertario de vivir la trascendencia. En Occidente, por ejemplo, ya se sabe que asistimos a una profunda revisión del fenómeno religioso, con la correspondiente crisis del cristianismo institucional. Así, sucede que los "cristianos sin Iglesia" -por retomar una vieja expresión de Kolakowski- han dejado de constituir un fenómeno marginal para convertirse en el caso común. Surge un cristianismo desinstitucionalizado, fluctuante. Los ritos de paso, como el bautismo o el matrimonio religioso, retroceden. Crece, en cambio, la conciencia del carácter polisémico de los significantes religiosos, ante todo el de Dios. El cristianismo deja de ser un sistema globalizante unificado para convertirse en un
conjunto de piezas sueltas que cada cual aglutina a su manera. Es el auge de la "religión a la carta". Es el rechazo del concepto de ortodoxia en beneficio del principio de soberanía individual. La consecuencia, en nuestras latitudes, es que la mayoría de los antiguos creyentes tienen, hoy, unas convicciones religiosas muy confusas, a menudo eclécticas, y que, la gente, más que en Dios o en la Iglesia, cree en algo difuso. A un célebre director de cine americano le preguntaron recientemente: "¿Usted cree en Dios?"... y el hombre respondió, haciendo un gesto vago: "Hombre, yo creo que hay algo por ahí...".
En todo lo cual también influye la crisis de la teología tradicional en el contexto de la nueva visión científica del mundo. Científicamente, el "dios tapagujeros" (Bonhoeffer) no hace ninguna falta. Dicen que el Papa Pío XII estaba entusiasmado con la teoría del Big Bang, porque así resultaba que alguien tenía que haber puesto en marcha el universo. Aquel Papa era muy superficial, aunque muy elegante. Su interpretación del Big Bang era una aplicación pre-crítica del viejo y desgastado principio de causalidad. La Relatividad y la Física Cuántica nos pueden ser aquí de utilidad. Porque la idea de causalidad pertenece al espacio-tiempo. Y no tiene sentido aplicar la noción de causalidad a un suceso que es previo a la aparición del espacio-tiempo. Recordaré una frase de Paul Davies, glosando las ideas de Stephen Hawking: "Siendo el universo internamente consistente y autocontenido, su existencia no requiere nada exterior a él, no precisa ser puesto en marcha por nadie".
¿Conduce todo esto al ateísmo? A mi juicio, conduce, más bien, a un cierto agnosticismo místico. Veamos. Hay algo de demasiado fácil en el ateísmo. Ciertamente, el mundo está enteramente abandonado a las fuerzas naturales, y un sentido ingenuo de lo sobrenatural es incoherente. Por esto resulta relativamente sencillo ser ateo. Lo que ocurre es que los argumentos del ateísmo resultan, al final, tan inútiles como los de quienes pretenden demostrar la existencia de Dios. En contra de la opinión de Richard Dawkins, no creo que la Ciencia tenga nada que decir al respecto. Dawkins piensa que la evolución revela un "universo sin diseño", un universo con una "despiadada indiferencia" en relación a los seres vivos. Y sin duda tiene razón. Pero ¿qué tiene ello que ver con la cuestión de la trascendencia? Quiero decir que Ciencia y Mística discurren en planos diferentes. Ya en su día David Hume había criticado el argumento científico del "diseño" biológico como prueba de la existencia de Dios. Pero hubo que esperar a El origen de las especies de Darwin para rematar intelectualmente esa crítica. Más adelante, el argumento del diseño ha reaparecido, en un contexto cosmológico, con el llamado Principio Antrópico. Pero también esta postura ha sido desmontada. (Bertrand Russell comentó sarcásticamente que para un Ser Omnipotente, disponiendo de miles de millones de años para experimentar, el haber conseguido crear finalmente un producto como el animal humano no es un resultado muy brillante). Insisto pues: cualquier intento de introducir a la divinidad desde la Ciencia está condenado al fracaso. Ahora bien, por la misma razón, cualquier intento de negar a la divinidad desde la Ciencia también es inútil. Ateísmo y teísmo remiten a un mismo tipo de racionalismo chato. Carecen de sensibilidad metafísica, la que hacía decir a Chuang-tzu que "al Tao no se lo puede expresar ni con palabras ni con silencio".
Pienso, pues, que se avecinan unos tiempos en que la indispensable laicidad de la sociedad va a servir, entre otras cosas, como marco para una nueva creatividad numinosa que conduzca a una renovada vivencia de lo trascendente. Se descubrirá que el relativismo es resacralizador -despeja el inmenso hueco de la trascendencia-, y que no hace falta ninguna autoridad religiosa para preservar ese ámbito trascendente. Liberado el espacio de dogmas absolutos, queda franco el camino. Conduciendo las opciones hasta el límite, surge la paradoja de que Ciudad Secular y Ciudad Sagrada son el haz y el envés de una misma realidad. Quiere decirse que si la modernidad nos convirtió a todos en eunucos místicos, hoy, desde "la noche oscura" del relativismo postmoderno, podríamos estar recuperando la potencia perdida.
Peter Berger ha escrito que "si algo caracteriza a la modernidad, es la pérdida del sentido de la trascendencia". Pues bien, aquí sostengo que la postmodernidad, precisamente desde la catarsis de su lúcido nihilismo, vuelve a abrirse a la trascendencia. Sostengo que, más allá de la pandemia de trivialidad que nos invade, el sentido de la trascendencia, lo mismo que el arte, no ha muerto, toda vez que se inscribe ya en nuestros genes. Sostengo que da un poco igual declararse ateo o creyente, que lo que cuenta es una buena paideia laica y, con ella, la recuperación de la potencia mística, el sentido de lo real. Consigamos que la sociedad genere ciudadanos responsables y solidarios, y ellos mismos descubrirán la trascendencia. O, mejor dicho, la trascendencia descenderá sobre ellos. De ahí que se me antojen inútiles las condenas al relativismo y a la religiosidad anárquica: precisamente la sociedad secularizada es la que mejor puede hacer brotar una trascendencia íntima, espontánea, experimental. Donde cada cual sea el dueño de su castillo y el autor de su propia música.


Una canción, para la reflexión...



Así las cosas en este viernes…

PS1…hoy noche de Magazine, 19 horas por www.radio.uady.mx o bien en el 103.9 mghz meridanos. Críticas, críticas comentarios e insultos en: magazine_universidad@hotmail.com



PS2...esa cosa ya es de nueva versión. Tuve que cambiarme a la fuerzita...

Salud pues......

6 comentarios:

Kix dijo...

Querido Dave, vengo a desearte un buen fin de semana y por primera vez voy apoder escucharte en tu programa! Procedo a sintonizar mi interné...

gatita dijo...

Hola David, espero tengas bonito fin e inicio de semana....
Efectivamente creo que el tema politico está aflojerado, la gente en general agobiada, e intentando subsistir..... quizá para algunos solo queda creer en algo, quizá en diosito no lo sé....

Por lo pronto mi maestro de ciencias conocidas y ocultas espero tengas bonito fin e inicio de semana... un abrazo MUUUUA!!!

Antonio dijo...

Que interesante tema. No puedo sino estar de acuerdo en casi todo con el autor: soy agnóstico.

Sagan elogiaba a las modernas religiones ilustradas. Dawkins ha expresado recientemente que el fundamentalismo es mas congruente que el racionalismo de las religiones modernas que intenta conciliar ideas opuestas.

No tengo la referencia a la mano pero la puedo buscar para ambos.

También me recordó un poco el segundo diálogo del libro "El espíritu de Córdoba de Ikram Antaki"

El artículo se presta a un debate interesante.

Un Abrazo

PD: Lo que mencionas del tema político es cierto. La batalla del 2006 nos dejó a todos muy cansados. De pronto me parece que hay en la izquierda una tendencia a dejar que la derecha gane el carro completo en el 2009. Espero estar equivocado

Pater Noster dijo...

Por eso dicen que aunque la miarda se vista con seda, miarda se queda (esto es, por supuesto, con dedicatoria a la politica)

El artículo: MISTICO.

P.D. Ya te debia visitas paisano

David Moreno dijo...

Kix:

Espero que hayas escuchado!!

Control:

Concuerdo absolutamente en tus apreciaciones...

Gatita:

Espero sin embargo, que esa creencia venga acompañada de acciones y no que todo quede en una petición que a la postre resulta inútil...un muaa para vos...

Antonio:
Sería padre conocer las referencias a las que mencionas...

Pater Noster..

La política no es una mierda, los políticos sí...

Saludos a todos...

Antonio dijo...

David: La referencia a Dawkins que tengo es indirecta y la leí en la página Razón Atea, en el post:

http://razonatea.blogspot.com/2007/01/por-qu-es-prcticamente-seguro-que-dios.html

Que es una traducción de un artículo de Dawkins.

donde dice:

"El filósofo de la ciencia Michael Ruse escribió:
«Nosotros, que amamos la ciencia, tenemos que darnos cuenta de que el enemigo de nuestros enemigos es nuestro amigo. Es demasiado frecuente que los evolucionistas dediquen tiempo a insultar a quienes podrían ser sus aliados. Esto vale sobre todo para los evolucionistas laicos. Los ateos pasan más tiempo atacando a cristianos bien dispuestos que enfrentándose a los creacionistas. Cuando Juan Pablo II escribió una encíclica en la que aprobaba el darwinismo, la respuesta de Richard Dawkins se redujo a acusarle de hipocresía, a decir que era imposible que fuera sincero al referirse a la ciencia, y Dawkins afirmó que él prefería a un fundamentalista honrado».

La cita de Sagan la sigo buscando y te la hago llegar igualmente

Un Abrazo