Seven Readers!!...
We’re just two lost souls swimming in a fish
bowl, year after year…
En Wish
You Were Here, Pink Floyd decía que los seres humanos somos peces que damos
vueltas una y otra vez en la misma pecera. Waters y Gilmour – los perpetradores
de la canción – tal vez se referían a esos espacios pequeños y claustrofóbicos
de las grandes ciudades, espacios en los que la existencia transcurre entre
dosis de felicidad, tristeza, melancolía, vida y muerte.
En Los
Insólitos Peces Gato, la directora Claudia
Sainte –Luce va a utilizar la misma premisa para situar a su película. Los
espacios de la misma serán pequeñas peceras en las que el azar genera el
encuentro de personajes enfrentados al terror que suele estar implícito en las
rutinas de la vida cotidiana. Los protagonistas del filme nadan en el interior
de estas pequeñas jaulas encontrándose y tratando de hallar el apoyo necesario
para enfrentar a fantasmas personales y colectivos que les acechan de manera
constante.
Saint – Luce presenta a su personaje
principal con gran manejo de la narrativa y las técnicas cinematográficas.
Vemos a una joven mujer que vive en un cuarto extremo, con manías como la de
separar los colores su cereal, las hormigas agradecen la comida y siguen a la
chica mientras camina por las calles de la ciudad. Hasta ese momento no le
hemos visto el rostro. Saint - Luce,
toma detalles de su persona: su cabello ensortijado, su lento y tortuoso caminar,
su ropa informal. Se mueve entre pecera y pecera, solitaria e ignorada por el
resto del mundo, hasta que un día el azar le juega una de sus cartas y un dolor
abdominal se convertirá en una apendicitis que la lleva a la cama de un
hospital público. Junto a ella, víctima de una recaída producida por el SIDA
que padece, se encuentra una madre de familia rodeada de sus hijos. Es hasta
entonces cuando el espectador sabrá que la joven se llama Claudia y también
conocerá a Martha y a su familia de 4 hijos: Alejandra, de un poco más de
veinte años quien ha asumido la misión de sustituir a la madre pero sus propias
carencias emocionales e inmadurez no le permiten ser el pilar que su familia
necesita. Wendy, una adolescente con problemas de sobrepeso y tendencias
suicidas y Mariana y Armando, dos niños arrastrados por la tragedia que vive su
familia y cuya infancia ha sido trastornada por la misma. Al salir del hospital
Martha invita a comer a Claudia a su casa. Es a partir de ese momento en el que
la solitaria chica se convertirá en el eje faltante de la familia que vive en
esa pequeña pecera, su punto de vista también será el del espectador y junto a
ella nos adentraremos a un tren de vida cotidiano, lleno de las pequeñas
felicidades que hacen de la existencia algo llevadero, lleno de esas tragedias
personales con las que los peces humanos tienen que lidiar todos los días,
nadando de pecera en pecera, de una cotidianidad a otra, en medio de
circunstancias tan normales que suelen ser realmente terribles.
El trabajo de casting es admirable. Las
enormes capacidades histriónicas de Ximena
Ayala (Claudia) se ponen de manifiesto al dar vida a un personaje casi
catatónico, inmerso en una soledad apabullante y enfrentado accidentalmente a
una circunstancia de vida que terminará por hacer suya. Las miradas de Ayala
son inquisidoras, empáticas y tremendamente reveladoras. Camina con una
inseguridad contagiosa, como si cada paso representara un movimiento más hacía
arenas tan movedizas que inevitablemente se la terminarán tragando, aunque ello
no necesariamente sea algo contraproducente pues, por el contrario, en el fondo
de esas arenas tal vez termine finalmente encontrando ese sentido de
pertenencia que tanto necesita. Lisa Owen
(Martha) genera también una actuación memorable. Vive la tragedia de muchas
mujeres que en este país han sido contagiadas por el SIDA debido a la promiscuidad
de alguna de sus parejas. Ha terminado por aceptar su destino como algo
irremediable aunque trata al máximo de no hacerlo evidente para sus hijos.
Derrama la cotidianidad de una madre de familia de clase media, desesperada por
encontrar la manera de hacer que sus hijos enfrenten a la vida y tengan éxito
en ella incluso cuando lo inevitable suceda.
Los Insólitos Peces gato es una película
sobre la vida cotidiana. Sobre una familia maravillosamente disfuncional, sobre
una mujer que encontrará finalmente el lugar al que pertenece. Es una película
que retrata con enorme honestidad y belleza a la simpleza y complejidad de las
circunstancias a las que los seres humanos se enfrentan diariamente y al
triunfo diario que muchas significa el terminar venciéndolas.
Un logro.
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