martes, enero 21, 2014

De The Book Thief....

Seven Readers!!!...

Dentro del cine bélico existe un tema que se ha convertido en recurrente: la guerra vista a través de los ojos de la infancia. Películas como El Imperio del Sol de Steven Spielberg, La Vida es Bella de Roberto Benigni o Las Tortugas Pueden Volar de Bahman Goobadi son tres ejemplos de como el cine ha abordado a las confrontaciones armadas y las consecuencias que éstas tienen en la infancia. En la mayoría de los casos el tema de la inocencia perdida se convierte en recurrente.
The Book Thief (La Ladrona de Libros) de Brian Percival es una película muy relacionada con las citadas anteriormente. Narra la historia de Liesel Merminger una niña separada de su madre - acusada de comunista -  en la Alemania Nazi y que es llevada a un hogar adoptivo. Allá descubrirá dos cosas: el amor de una familia y el mundo de las letras, las palabras y los libros. Hans Huberman - su padre adoptivo - será quien le enseñe a leer. Liesel encontrará en las hojas impresas y en las historias que traen consigo, una ventana a mundo completamente diferente al que le ha tocado vivir. Los libros serán su salvación y con ellos tratará de ayudar a cambiar un poco las circunstancias de quienes le rodean, entre ellos a Max, un fugitivo judío que se esconde secretamente en casa de sus padres y con quien Liesel forjará una especial amistad. Se las arreglará para encontrar historias fantásticas y robar libros - algunos de ellos censurados por régimen de Hitler - para compartir el mundo alterno que a través de ellos se va formando. 



El filme de Percival tiene varios méritos. De entrada es lo suficiente hábil para alejarse de los tentadores terrenos  del melodrama. Si bien los sentimientos de los protagonistas juegan un papel fundamental en la historia contada, Percival no cae en sentimentalismos, ni recurre a escenas excesivamente melosas. Se centra en contar la historia de un personaje cuya infancia es violada por los horrores del fundamentalismo nazi y en como la pequeña Liesel enfrenta a través de la palabra escrita, a las pérdidas a las que es sometida conforme Alemania firma su destino en la Segunda Guerra Mundial. En segunda instancia está la variación de Puntos de Vista. Por un lado está el de Liesel cuyo salto a la madurez estará marcado por la guerra, por los libros y por la muerte. Y por otro está el extraordinario uso de la narración en "voz en off" que en este caso presenta el punto de vista de la muerte. Es él (o ella) quien se maravillará las circunstancias en las que vive Liesel, en su manera de enfrentar al mundo, lo que acrecentará la admiración que siente por los humanos particularmente por aquellos que se enfrentan a situaciones extraordinarias en la que su tenacidad, y su humanidad son puestas en juego.



El otro gran mérito del filme es contar la historia desde la perspectiva de los alemanes que vivieron bajo el yugo nazi. The Book Thief produce un importante recordatorio: en una conflagración bélica no existen "buenos y malos" y que las consecuencias son similares entre la gente de los bandos contendientes. Lo hace dibujando personajes que se convierten en entrañables. Liesel (una fantástica Sophie Nélisse) pasará por todas las etapas de una niña en la pre adolescencia: Será el gran amor de su vecino: el dulce y bondadoso Rudy Steinger (un adorable Nico Liersch),  descubrirá con Max (Ben Schnetzer) el valor de la amistad y el significado de la escritura; y aprenderá lo que es el amor incondicional de Hans (Geoffrey Rush, en una actuación por demás enternecedora) y de la aparentemente dura e insensible Rosa Huberman (Emily Watson, grandiosa en toda la extensión del término).
The Book Thief está lejos de ser una obra maestra, pero recrea con honestidad y fidelidad una pequeña parte de un conflicto mucho más complejo y en ello reside su trascendencia pues esas pequeñas historias son las que cuentan realmente la tragedia y el triunfo de seres humanos sometidos a circunstancias extraordinarias. Y es por sobre todo, una película sobre el poder de la imaginación y la capacidad de transformación y redención que tiene la palabra escrita.
Un logro.

Así las cosas hoy martes...

Salud pues......


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