sábado, febrero 21, 2009

De Slumdog Millionare...

Seven Readers!!

Lo maravilloso de Slumdog Millionare va más allá del despliegue de talento de su director. Es aún más grande que su genial puesta en escena, los cambios de ritmo en su montaje o lo grandioso de su diseño de arte. Lo que realmente hace que la película funcione es que es capaz de conectarse directamente con las emociones del espectador, con sus entrañas, con su corazón. 
Es un espectáculo cinematográfico, un alucinante viaje al interior de toda una cultura. Es una mirada a una otredad ajena, pero que comparte con cualquiera en el planeta el legítimo deseo por encontrar una vida plena en amor y en felicidad a pesar de cualquier circunstancia adversa.
Danny Boyle cuenta una historia clásica: la de dos hermanos con vidas opuestas. Si, algo que ha sido contado en infinidad de ocasiones en el cine, pero quizá nunca desde la óptica de un director arriesgado, que no tiene ningún empacho en mostrar ambientes sórdidos y a personajes atípicos, a auténticos Slumdogs. Y tal y como lo hizo en Shallow Grave o Millions, el dinero es el motor para contar una historia llena de dilemas de carácter ético. Mostrará a dos hermanos cuyas vidas invariablemente giran alrededor de las rupias, los dólares o las libras. Y ambos tomarán caminos diferentes para conseguir o alejarse de las monedas, ambos tendrán dos visiones diferentes de lo que es el dinero: para uno es un fin, para otro el medio para poder estar con la mujer amada. Uno amará al dinero por sobre cualquier cosa, el otro le usará simplemente para poder alcanzar a su alma gemela. Y en el medio de todo esto se encuentra verdaderos planteamientos de carácter ético: el amor filial, el perdón y la redención. Temas todos ellos que han sido tocados desde más de una óptica a lo largo de la cinematografía de Danny Boyle.





Pero quizá nunca con el despliegue de recursos cinematográficos que se presentan en Slumdog. Boyle utiliza al Flashback como importante recurso narrativo, el montaje alterno para crear tensión dramática y  a la extraordinaria partitura de A.R. Rahman para puntear o contrapuntear a las secuencias de su filme.
La premisa es muy simple: Un chico de Mumbai que ha crecido en los barrios pobres, se convierte en concursante de la versión hindú de Who Wants to Be a Millionare?. Es arrestado bajo sospecha de haber cometido fraude, y mientras es interrogado cuenta aspectos de su vida que permiten entender el por qué ha sido capaz de responder a todas las preguntas del programa. Y entonces entramos a la vida hindú. Con sus estrellas de Bollywood, su pobreza, su crimen, sus violaciones a los derechos humanos, sus violentos conflictos religiosos y sus maravillas como el Taj Mahal; en resumen es una mirada a esa particularidad de los humanos que nos distingue de los animales: nuestra capacidad de crear eso que se conoce como cultura.
Pero es al mismo tiempo una cultura mediática, capaz, como en cualquier otro lado del mundo, de pararse por un programa de televisión, de convertir a un perdedor en una estrella de la noche a mañana, en una esperanza de que las cosas pueden ser diferentes. Y es cuando, insisto, uno puede identificarse Jamal Malik y con su historia. Por que en India, en China en México hay tipos como Jamal. Esos personajes comunes y corrientes que caminan por las calles y que un día se encuentran con la diosa fortuna convirtiéndose en superestrellas.
Slumdog Millionare tiene a un reparto que funciona de manera coral. Todos sus personajes (y quizá los actores que les representan) parecen estar conectados entre sí, producto de un gran trabajo de casting. El que no sea un reparto conocido - por lo menos no en occidente - le genera al filme mayor credibilidad, le convierte en un filme que se siente honesto, real; en una película extraña pero al mismo tiempo cercana por su temática universal. Un filme realizado con un adecuado manejo del lenguaje cinematográfico y que presenta un historia dura y dramática pero que, vista a través de los ojos de Jamal resulta en algo bello, poético, especial. Una fábula enmarcada en un contexto violento, pero a la vez inspirador en más de un sentido por todas las reflexiones que plantea sobre el destino, el coraje, el valor y sobre esa gran aventura llamada vida.

Un logro.

Así las cosas hoy viernes...

Salud pues......


5 comentarios:

Raúl H. Pérez dijo...

Definitivamente habrá que verla.

Defeña Salerosa dijo...

La fuí a ver ayer y no salí tan felix como esperaba. No sé. Me parecieron predecibles y un tanto fáciles las preguntas, como que hay cosas que metieron con calzador para ajustar el argumento. Me encantan las películas ambientadas en la India. Me gustaron varias secuencias, la forma en la que están editadas, el estilo Boyle. Cabe resaltar lo eclético que es Danny. Bueno, veremos si le gana a Milk (q no he visto) o a Benjamin Forrest.

Saludos!!!

(también creo que la expectativa tan alta que llevaba y el estado de ánimo plano no ayudaron mucho)

Lata dijo...

Pues acabo de dejar un post sobre el asunto... digamos que ahí te podría comentar, je.

Javier García dijo...

Yo creo que voy por segunda vez a verla

Kix dijo...

Definitivamente quiero ver esta movie, la de Milk y la de The Reader!!

Escuché un comment de Guillermo Ortega de Slumdog Millionaire y coincide contigo en que es muy buena movie.

Un abrazo DAve, ¿cómo sigues?