La ciudad de Mérida es un pequeño témpano tropical. Esta mañana se alcanzaron 4 grados en algunos puntos del Estado de Yucatán, lo que representa todo un récord para la península. Parecería que nuestras 6 horas anuales de frío, esta vez se están extendiendo hasta llegar a unas 8. Fantástico. Por lo pronto yo parezco retrato con la única chamarra que poseo limpia. Nadie me avisó de estos cambios climáticos y he terminado por parecer fotografía parlante en las últimas horas. Pero aún así amo estas temperaturas. Nuestra ciudad sería casi perfecta para vivir si así estuviésemos durante todo el año, pero las bajas temperaturas también son anuncio de que vamos a tener un verano bastante ardiente en lo que va del año. Ni hablar, así es esto, dicen algunos entendidos, del cambio climático: todo parece irse a los extremos.
El no voto vs. el voto anulado...
En el post anterior, hubo varios comentarios por que realmente estoy pensando en abstenerme a votar el 5 de julio. Sigo pensando que tenemos que darle una lección a los políticos durante ese día. Que tenemos que hacer algo para dejar de ser rehenes de los diferentes actores del sistema.
Creo que en el post anterior hubo argumentos muy interesantes en pro tanto de la abstención, como de la anulación del voto como forma de protesta. Tienen razón quienes dicen que abstenerse sin hacer nada a cambio, puede confundirse con desidia o apatía. Quizá, ese día en lugar de salir a votar, en las ciudades deberían organizarse asambleas, conciertos y actividades culturales encaminadas a que se nos escuche y a llamar la atención mediática para no asistir a las urnas. Es posible que solo de esa forma logremos desmarcarnos de los apáticos, de los que por ignorancia afirman que lo político y la elección no les incumbe.
Por otro lado está el asunto de la anulación como forma de protesta. La campaña que propone Andy es interesante y en todo caso tendría que ir más allá de lo meramente cibernético. El logo propuesto tendría que adornar nuestras casas, oficinas y automóviles. Tendría también que convertirse el asunto en un verdadero movimiento nacional y que se salga a las calles para ejercer real presión en quienes resulten electos.
Sin embargo, me parece que la anulación es igual a participación. Y los números de participación, sirven también para legitimar a la elección. Por ende, un voto emitido legitima al ganador y le autoriza a autodenominarse como nuestro “representante” se haya votado por él, por su contrario o se haya anulado el voto
Creo que el acto de anular el voto está más ligado al hecho de lo que simbólicamente entendemos por democracia. Parecería que ésta se resume a lo que sucede en un proceso electoral. Esta es una idea que se encuentra muy anclada en nuestra población. Se nos ha dicho hasta el cansancio que el voto es un derecho y/u obligación al que no podemos renunciar pues es la “única manera” como los ciudadanos podemos manifestarnos a favor o en contra de los grupos de poder. Es una idea utópicamente loable si, pero por otro lado es también una idea que se ha pervertido con el paso de los años, al grado de que se nos ha manipulado para hacernos creer que nuestro título de “ciudadanos” se alcanza solamente cuando nos expresamos de una manera u otra en una urna. Por ende, el no participar en una elección nos parece una blasfemia antidemocrática, una afrenta a lo que entendemos por democracia. Y en realidad esto es no es así. El voto es una herramienta muy importante de todo proceso democrático, pero solamente es parte de lo que es en si la democracia. Y el silencio razonado también puede ser una manera de expresarse de manera democrática.
Sin embargo, el momento exige que quienes estamos hartos de este sistema nos unamos, pero no en la lógica de estupideces como el “voto útil” (Fox fue resultado de aquella insensatez) sino en la de construir un proyecto de nación forjado desde las bases ciudadanas. He de meditar entonces si me uno o no a la iniciativa de Andy en los próximos días, o desde aquí fomentamos a la participación vía abstención y manifestación.
Hay sin embargo dentro de los cinco puntos propuestos por Andy uno que pienso que contradice al espíritu mismo de la democracia.
Dice así:
“...que ningún comentarista ni "comunicador" intente manipular mi tendencia al voto o mi derecho a la anulación de éste e incluso mi derecho a la abstención”.
Para nadie es un secreto que yo me encuentro ideológica y profesionalmente muy lejos de lo que hacen expertos en la manipulación como Jolodo, Oscar Mario Beteta, Eduardo Ruiz Healy o Javier Alatorre. Sin embargo, tengo que defender al máximo su derecho a la libre expresión de sus ideas. Nadie puede ni debe pretender callarlos o silenciarlos. El derecho a la libre expresión es universal y les compete incluso a ellos, nos guste o no la manera como hacen uso de ese derecho. En todo caso, lo que hay que hacer es exponer esas formas y rebatirlas.
Por lo tanto, me atrevo a proponer que se elimine o cambie el párrafo anterior en la propuesta, ya que como está escrito puede interpretarse como un intento de coartar la libre expresión de las ideas.
Y prometo meditar más sobre el asunto.
Lo que parece estar claro, es que somos muchos los que ya no nos sentimos representados por partidos y políticos. Y tenemos que irnos encontrando y sumando.
Veremos…
Así las cosas este viernes…me voy al cine ¡yahooo!...
Salud pues..…
5 comentarios:
David
Después de la desafortunada y nauseabunda experiencia electoral de 2006, en la que el ignorante Fox (quien por lo menos puede presumir que SI GANÓ la elección) fue sustituido por el inenarrable filósofo del "haiga sido, como haiga sido", había decidido no votar; abstenerme. Pero ahora, viendo la promoción del "voto anulado", creo que cambiaré mi idea inicial. Pocas cosas me cargan más, que el que alguien me diga o "sugiera" cómo conducir mi vida sexual, religiosos o política. Y cuando alguien se dedica a promover "la anulación del voto", mi cabecita escéptica se hace de varias preguntas. La principal es que ¿a quién le conviene la anulación de votos? Y mi respuesta es, al SISTEMA y al Partido en el Poder: durante décadas el PRI se mantuvo y legitimó, no solo por la vía del fraude, sino principalmente por la profusión de votos anulados. Y si hay alguien a quien jamás ayudaría a mantenerse, esa es la nefasta Derecha Católica Integrista, que en maldita hora llegó al poder en este país.
Así que, haciendo de tripas corazón, prefiero mil veces votar... a abstenerme y mucho menos, a anular mi voto.
Saluditos David, por cierto aquí en el DF hemos tenido una semana fría, ayer tuvimos 2º C.
Yo en esta ocasión no acudiré a votar simplemente porque las boletas no tienen la opción: "Ninguno de estos inútiles" para que la elección de se repita con nuevas opciones si esta opción es mayoría.
Un panorama con Ebrards, pejes, Peña nietos, (lo bueno que ya no hay mouriño ya que se estrelló en el último accidente de avión en el DF desde 1979).
Tal vez el no votar se confunda en la estadistica de apáticos como las amargadas tías Matildes o Gertrudis (¿quién no tiene a unas?) que no votan por ver su novela. Pero en este caso es la única opción para dinamitar a las televisoras y a los políticos retrasados mentales y empleados de oscuros intereses que prometen "felicidad y bienestar".
Me afilio al partido abstencionista, ya que hasta la mentada de madre en la boleta es darle mucha importancia a quien no la merece y mucho menos la tiene.
Hay que comprender que los títeres de turno, son los impuestos por las televisoras, cementeras, osos bimbos, narco y demás. No debemos seguirles el juego.
Saludos
Interesantísimos argumentos a favor y en contra de la abstención y de la anulación. Yo lo que no quiero es darle mi voto a cualquier partido que no me representa para nada. No ir a votar me convertiría en indiferente... la anulación por lo menos les diría de frente que estoy hasta la eme de todos ellos. Postearé al respecto también en mi blog, pues ha levantado polémica.
Un abrazo Dave.
mmmm... primero, qué rico que tengas frío!!! Vaya, para que sepan cómo se siente, jajaja, aunque parezcan retratos.
Segundo, yo no voté porque no alcancé boleta...
Y qué bueno, porque seguramente la hubiera cagado... jajaja.
No sé, estos temas me ponen malita.
Por cierto, ¿qué viste?
Definitivamente todo el mundo tiene derecho a expresar su particular punto de vista y a hacer lo que le venga en gana con su voto.
Yo personalmente no voy a votar por ningún partido o candidato que no me convenza y tampoco pienso regalar mi voto a cualquiera 'nomás para que no gane en PRI' o cualquier otro.
Desde luego que mi idea de anular el voto no es nueva. Ya estoy harta de votar por gente que una vez en el poder olvida el trabajo que le fue encomendado.
¿Votar por gente como Peña Nieto, Ebrard, AMLO, Manlio Fabio o Gamboa? ¡Ni en sueños! Si llega una persona en la que pueda creer, ya hablaremos.
Saludos, Dave.
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