Seven Readers....
Si ustedes tuvieron la enorme curiosidad de cambiar canales para tratar de encontrar a los “históricos” conciertos ALAS el pasado sábado, seguramente se encontraron con lo mismo con lo que yo: una cobertura prácticamente nula. Entiendo que el canal Ritmo Son Latino, que puede verse por SKY y algunos sistemas de cable, pasó la transmisión en directo tanto desde Buenos Aires, como desde el Zócalo de la Ciudad de México. Quienes no tenemos dicho canal, tal vez pudimos ver la transmisión vía Telehit la cual fue más que lamentable. Los comentarios de los conductores del canal no pueden tacharse más que de ignorantes. Escuchar a Kristoff y a un pelón (cuyo nombre no sé, ni quiero saber) que apenas y sabe hablar, disertar sobre la pobreza infantil fue... más que patético. Quedaron evidenciados como lo que todos sabemos que son: tipos con poca preparación para hablar de problemas tan graves. Y Telehit, al menos durante lo que vi, ignoró el Concierto en Buenos Aires, ¿qué fue lo que sucedió ahí? No lo sé, pero si la idea era la de unir al continente a través de los conciertos, fracasó rotundamente al menos en lo que a la transmisión televisiva se refiere. No se generó una sensación de latinoamericanismo, ni se aprovecharon los medios globales para darle difusión a un evento que pretendía “concientizar” a todo un continente.
Mis predicciones se cumplieron y el evento en el Zócalo resultó en un espectáculo lamentable. Una pobre producción y cantantes que fueron desnudados por un sonido al que quizá le faltó ecualización para esconder los serios defectos vocales que tienen la mayoría de quienes cantaron en la ciudad de México. Tal vez la lluvia fue un factor, pero habría que ver el Live 8 en Edmonton o vídeos de Glastonbury para mirar como incluso ese factor climático puede ser aprovechado para generar atmósferas interesantes cuando quien está arriba del escenario tiene la capacidad para crearlas, lo que no sucedió en ALAS, por lo menos en quienes pude ver: Timbiriche (¡ah! Que tío tan patético es Diego Shoening) Emmanuel y Aleks Syntek, (quien por cierto cantó un aburrido dúo con Ana Torroja) siendo quizá este último del que se pudo rescatar algo.
La realidad es que ALAS demostró que somos una región tercermundista en términos musicales. Que, por lo menos en el caso mexicano, nuestro arte musical pop se ha desarrollado en un mainstream que históricamente ha fomentado lo vacío y descerebrado. Cualquier movimiento musical contestatario fue históricamente reprimido, vamos hasta nuestro rockito nacional nació idiota como fue demostrado ampliamente en la extinta y maravillosa revista La Mosca (¡Cómo te extrañamos mamá Mosca!) y ha permanecido así por muchos años, salvo las excepciones que no aparecen, ni aparecerán nunca en los primeros lugares de popularidad. Y ahora, que ese mainstream pretendiera hacer conciencia no solo resulta en algo contradictorio, sino en una cuestión completamente irrisoria y carente de credibilidad.
Y el resultado fue un fracaso. La Jornada reprodujo el siguiente diálogo entre uno de sus reporteros y un par de asistentes al evento capitalino:
–¿Usted sabe por qué se hizo este concierto? –se le pregunta a una mujer de unos 40 años, acompañada de su hija de unos 20.
–No sé… ¿Tú sabes? –inquirió a su hija.
–Lo dijeron en la tele, pero no me acuerdo –respondió la joven.
Vaya…que exitazo el ALAS….
Caspian…
El Príncipe Caspian, la segunda parte de Las Crónicas de Narnia, es mucho mejor que su antecesora El León, La Bruja y el Cordero. Parece ser que Andrew Adamson aprendió la lección y privilegió a la historia por sobre los efectos, que, dicho sea de paso, mejoraron bastante en relación a lo que se hizo en la primera parte.
Esto se deba a que la historia de Caspian es un tanto menos inocente que la de la Primera Película. El León, es un cuento para niños y el filme quizá funcionaba en ese sentido por lo que fue incapaz de capturar a un público con un sentido crítico más amplio, amén de que tenía serias fallas en el aspecto visual. La misma historia también ayuda a que esta segunda entrega sea mejor, pues existen elementos dramáticos alrededor del personaje de Caspian (bien interpretado por Ben Barnes) que le convierten en un personaje al que se le puede explotar con inteligencia. Los hermanos Pevensie (insoportables en el primer filme) son ahora caracteres de reparto y eso se agradece, funcionan mejor y me gustaría ver como se va desarrollando Edmund (Skandar Keynes) quien es el que más posibilidades tiene de convertirse en un personaje interesante.
Ojo también con las actuaciones del genial Peter Dinklage (Trumpkin) y de un siempre cumplido Damián Alcázar (Lord Sopespian) quien sin duda es un orgullo de nuestro cine mexicano: Todo un actor.
No hay mucho más que decir, salvo que el subtexto cristiano propio de los textos originales de C.S. Lewis también está presente. En Caspian, el asunto gira en torno a la fe y a confiar en un Dios (representando de nuevo por la figura de Aslan) que no está presente de manera física, pero si espiritual. Supongo que habrá a quien este aspecto de la trama le moleste, pero por otro lado los valores universales (no exclusivos por supuesto del cristianismo) como la lealtad, el sacrificio, la valentía y el coraje (existe una escena en la que un minotauro se sacrifica que me parece es muy hermosa) son cuestiones manejadas de una manera bastante inteligente en el filme, lo que lo convierte no en una lección moralina, sino en una película de la que pueden rescatarse cuestiones muy positivas.
La tercera parte por cierto estará dirigida por un director muy capaz: Michael Apted, responsable de cosas como Gorillas in the Mist o Nell, que si bien no son obras maestras, si son películas más o menos construidas con cierta inteligencia. A ver…
Así las cosas hoy lunes…
PS1…Welcome back Dr. Jones, it will be fun to see you again…
Salud pues….…..
3 comentarios:
Qué tranza Mr Producer:
Después de algunos ayeres, vuelvo a entrar a este desmadre del blog...Revisando mi antigua pàgina me encontré con el link de la suya y pues no me equivoqué, sabía que algo interesante encontraría.
El concierto ALAS, trascendió barreras continentales, y aquí en Madrid se le dió mucha promoción al evento.
Coincido contigo las intenciones son buenas, pero hay un desafase con la realidad. Los latinos sabemos que somos pobres y no creo que un concierto nos saqué del hueco en el que hemos vivido durante tantos y tantos años.
Saludos desde la Península Ibérica
Mi David
A mi esos conciertos "benefactores" siempre me despiertan sospechas.
No he visto al Prícipe Caspian, pero se ve atractiva; y coincido contigo, Damian Alcazar es un señor actor
Un abrazo
Hola David.
Muy buenos comentarios.
Me encantó el Principe Caspian, coincido con lo que escribes (aunque no sé a que fallas visuales de la primera parte te refieres, ojalá puedas decirme).
Por cierto, por ti me entero de La Mosca. Qué mala onda. Acabo de checar el blog de García Michel y me entristece la noticia.
Que estés muy bien.
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