El periodismo de entretenimiento en México se encuentra en una severa crisis, crisis que se debe a la proliferación de pseudo periodistas que se han encargado de denigrar a la profesión, a través del privilegio del escándalo por sobre la crítica seria, el análisis del espectáculo y la difusión de la cultura. Gracias a los comunicadores de la televisión, y de algunos periódicos y revistas, hoy el espectáculo en México es sinónimo de Chisme del corazón, de escándalos protagonizados por los involucrados en la llamada farándula y en general por ser algo de lo que solo se puede hablar con un tinte amarillista. Los periodistas de espectáculos son solamente la punta del iceberg de un sistema mediático que pretende ser parte, pero sobre todo juez, de lo que sucede en nuestro país.
Esta semana, fuimos testigos de cómo un proceso judicial entre particulares, se convierte en asunto de interés nacional, gracias a un reality show montado por las dos cadenas de televisión más importantes de la República. Televisa y TV Azteca, no tuvieron empacho en tomar partido en el llamado Trevi Affaire y en montar en el Cereso de Chihuahua, un espectáculo mediático que se prolongó a lo largo de la tarde del pasado martes.
Lo que sucedió en las pantallas televisivas no tiene precedentes. Dos televisoras actuando como ministerios públicos. TV Azteca intentando hacernos creer que su “investigación periodística” en el caso Trevi había aportado las pruebas suficientes como para condenar para siempre a la cantante. Televisa, tratando de mantener una falsa mesura, cuando era evidente que se encontraban listos y emocionados para aprovechar al máximo la salida de Trevi de la prisión, y darle rienda suelta a un negocio cuyas proporciones aún estamos por ver. Negocio que comenzó cuando uno de sus programas se extendió por espacio de 6 horas para transmitir en vivo los sucesos y las reacciones de los involucrados en el asunto de Gloria Trevi. Aquello fue digno de una final de Reality Show. Solo faltó la frase “Oggi Jeans, trajo para ti la liberación de Gloria Trevi” Pero aunque esta no estuvo presente, si lo estuvieron infinidad de cortes a comerciales que solo demuestran la poca seriedad del asunto y que las billeteras ya se están moviendo para sacarle jugo a todo lo que se relacione con la Trevi.
Mientras tanto, los personajes de Azteca demostraban su parcialidad y su pobre oficio editorial. Frases como la de Daniel Bisoño convocando a Todos los mexicanos a protestar contra la impunidad, o la de Patricia Chapoy justificando todos los ataques que su programa y su televisora le atinaron a la cliente favorita del Dr. Psiquiatra durante cinco años, quedan grabadas como una muestra de ignorancia y del privilegio del rencor por la utópica objetividad periodística. La división de espectáculos de Azteca, ha salido mal parada de todo este affaire, y su ya de por sí pobre credibilidad ha tocado fondo.
También es una muestra de lo poco preparados que se encuentran los reporteros de espectáculos en México. No puedo dejar de preguntarme, ¿ Sí ya estaban decidos a transmitir con lujo de detalles la lectura de la sentencia de la Trevi y compañía, por que no enviar a algún experto en cuestiones judiciales acompañando para comentar con verdadero conocimiento lo que sucedía en la rejilla de practicas desde donde la Trevi esperaba su liberación? Si de por sí es complicado hablar de procesos judiciales, más lo es, cuando no existe ni siquiera una investigación y un conocimiento de cuales son los procedimientos de impartición de justicia en nuestro país. Tanto Laura Suárez de Azteca, como Flor Rubio de Televisa demostraron el pobre nivel y el poco interés que tienen los medios de comunicación por la investigación y el estudio para poder sustentar un buen trabajo periodístico.
De todo esto puedo concluir dos reflexiones. La primera es el enorme daño que los medios de comunicación en general, y la televisión en particular, le han hecho al espectáculo en México. Privilegiar a gente de dudoso talento como la Trevi por sobre quien realmente si tiene una propuesta auténtica y que va más allá de lo comercial, ha creado espectadores que se conforman con espectáculos de una pobreza temática y estética impresionantes, y que se preocupan más de la vida privada de los involucrados en cine o televisión, que por lo que realmente puedan aportar artísticamente a la comunidad.
En segunda instancia, me parece que una vez más se demuestra que los asuntos entre particulares no deben hacerse públicos a través de los medios de comunicación. Por más que los medios insistan en que por momentos se trata de cuestiones de interés general, esto no es ni será nunca así. Ningún medio que se diga serio y profesional, puede o debe tomar partido por algún particular en un asunto de índole judicial. Poner en duda la labor de jueces, (cómo lo hizo la reportera de Azteca Laura Suárez al preguntarle al juez del caso Trevi si había sido sobornado) sin sustento alguno, con un móvil intestinal por sobre uno con verdaderos cimientos jurídicos, solo acrecienta el ambiente de desconfianza que el ciudadano común tiene para con los órganos de impartición de justicia en nuestro país.
Y ahora, seremos testigos de la resurrección de la Trevi. Vendrán conciertos, discos y seguramente muchas presentaciones, por lo menos, hasta que la mina de oro que ahora representa termine por agotarse. Yo, mientras tanto, estoy de acuerdo con Jairo Calixto Albarrán de Milenio, quien parafraseando a León Gieco dijo: “Solo le pido a Dios, que la Trevi me sea indiferente”
1 comentario:
Pues si, la prensa rosa es un verdadero ASCO.
De la trevi, ni hablar; estiercol sobre estiercol.
Hace poco hice un post sobre ella,
te lo dejo por si te interesa.
Saludos y muy buen blog!
http://kohete.blogspot.com/2011/09/mexican-whores-el-estereotipo-de-la.html
Publicar un comentario