DVD time 2.
Escribo este boulevard mientras mis sobrinos engullen Mini Espías 2 por enésima ocasión. He tratado de verla con ellos un par de veces intentando descubrir las razones por las que esta película logra tranquilizarlos por espacio de dos horas. No las encuentro. La saga infantil de Robert Rodríguez no me resulta en lo más mínimo atractiva. El ambiente Kistch en la que está filmada y los personajes estilo cine de Serie B, no terminan por engancharme. Sin embargo le agradezco que me permita deshacerme por espacio de dos horas de mis mini espías particulares y poder sentarme a escribir una vez más sobre mi progreseña temporada de renta de DVD’s.
La tarde de ayer el sol quemaba a tope en la playa, motivo suficiente para preferir quedarse en la casa y devorarse una película. Cuando El Último Samurai fue exhibida comercialmente, fui presa de una enorme flojera cinematográfica. Pasaban los días y las semanas, y la película continuaba en cartelera tratando de hacerme pagar un boleto para verla, pero siempre había algo más interesante y la opción del Sr. Cruise se dejaba para otra ocasión. Finalmente la película salió de cartelera y no pasó nada. Es decir, yo seguí consumiendo cine sin tener algún sentimiento de culpa por el hecho de no haber visto El Último Samurai. Quien diría que meses después me encontraría en Vídeo centro Progreso saliendo del establecimiento con El Último Samurai bajo el brazo.
Una de mis películas favoritas es Gloria, protagonizada por Mathew Broderick, Morgan Freeman y Cary Elwes. La película es una joyita cinematográfica que narra el episodio histórico del primer regimiento negro en la historia del ejército norteamericano, el 52 de Massachussets, y su transitar por la guerra de secesión en los Estados Unidos. Brillantemente dirigida y con actuaciones de primer nivel, Gloria es una épica con muchas virtudes cinematográficas producto del talento de su director, un entonces novel Edward Zwick. La cinta fue un éxito de crítica e incluso le valió a Denzel Washington su primer Oscar como actor de reparto.
Zwick, posteriormente se convirtió en un hábil artesano cuya carrera ha sido de altibajos ya que en ella pueden encontrarse bodrios del tamaño de Valor Bajo Fuego; también es responsable de brindar ideas a los terroristas árabes sobre como volar Nueva York en su cinta Under Siege, aquel drama patriotero protagonizado por Denzel Washington y Bruce Willis.
Ahora me encuentro con El Último Samurai, la más reciente realización de Edward Zwick, y soy feliz de verla en DVD. Realmente no valía la pena pagar un boleto en el cine por esta pretenciosa y poco original cinta. Empecemos por el hecho de que Zwick toma muchos elementos de su multipremiada Gloria y los implementa a esta película. Me explico. Está el renegado de la guerra, atribulado por sus demonios personales y que al encontrarse con otra cultura se enfrentará a un proceso de redención y de auto conocimiento. En Gloria, este personaje lo interpreta Broderick, en El Último Samurai Tom Cruise. Este personaje tendrá una contraparte cultural que le ayudará en el proceso de auto búsqueda personal. En el último Samurai está el personaje interpretado por Ken Watanabe, en Gloria lo interpreta Morgan Freeman. Los personajes principales de ambas películas tienen la tarea de entrenar a un grupo inexperto de soldados. El colmo: ambos recurren a las mismas técnicas, pues tanto el personaje principal de Gloria, como el del Último Samurai enseñan a disparar a uno de sus soldados bajo la presión del fuego provocado por ellos mismos. Para colmo, los personajes principales participan en una batalla final que después de una carga gloriosa, termina en la aniquilación total de los soldados que conducen en el campo de batalla. En resumen, Zwick se ha autocopiado y para colmo lo ha hecho mal.
Entiendo que las pretensiones Oscarianas del Sr. Cruise, le puedan llevar a producir películas cuyo único objetivo es tener fuerte presencia en la ceremonia de entrega de los premios de la academia. Lo que no entiendo es por que no al menos ser original con el producto final. El Último Samurai cae en un preciosismo exagerado y forzado, con un abuso de recursos como la cámara lenta o la noche americana, por citar algunos, así como pretenciosas panorámicas que nada más pretenden agigantar lo presentado en pantalla.
El Último Samurai es un producto Hollywoodense sin mayores atributos artísticos, aunque por momentos pretenda engañarnos de que se trata de lo contrario. Que sin embargo me he divertido encontrando sus errores en una tarde progreseña en la que el sol se pone en el lejano poniente.
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