lunes, noviembre 01, 2010

De Biutiful...

Seven Readers!!...

Biutiful duele. Es una película que apunta directamente a las entrañas, y que sin embargo posee una belleza estética e interpretativa que la convierte en una obra extremadamente humana, que posee guiños hacía la fantasía representada por la esperanza de la vida después de la muerte en donde se da el espacio en el que la redención finalmente es posible.
Alejandro González Iñárritu ha rodado una película en la que el ser humano es desnudado como un ente emocional suscrito a sus propias circunstancias lo que quizá no le permita acceder a mejores estratos dentro de su existencia. Y sin embargo, a pesar del contexto en el que se encuentra, el hombre para González Iñárritu está siempre en una constante travesía, en la búsqueda de aquello que le haga trascender; en la búsqueda del amor, en la búsqueda de la redención. Podrá tener éxito o no, eso dependerá del cristal con el que quiera mirarse a este viaje, pero luchará con todas sus fuerzas para alcanzar una especie de salvación que le brinde una paz de la que carece casi por naturaleza.
La película está situada en Barcelona. Y si, Barcelona aparece como una ciudad diversa, multicultural, pero así como esto parece ser su mejor carta de presentación al otro lado de la moneda encontramos a una ciudad llena de inmigrantes que luchan por sobrevivir, que viven en condiciones extremas, que viven de la fabricación de artículos piratas y en condiciones infrahumanas. Es un mundo de traición y de un abuso constante del ser humano por el otro. Y aún así, existe ese deseo de trascendencia, ese anhelo casi enfermizo por cambiar, por mejorar. Es un contexto salvaje en el que es casi imposible encontrar a un hombre preocupado por sus semejantes, capaz de arriesgar su propia vida por el otro, capaz de sentir un amor incondicional por sus hijos, por su familia, por la vida misma.
Ese hombre se llama Uxbal.





Uxbal (Javier Bardem) es un hombre que entiende que la vida es simplemente un paso, un camino. Por ende su preocupación máxima es la de hacer de ese camino uno mejor, más justo. Se enfrenta a varias encrucijadas: por un lado padece un cáncer terminal que le va consumiendo lentamente, que le va convirtiendo en un ser humano dependiente de los otros. ¿Pero cómo depender de otros, cuando otros, muchos, dependen de él? ¿Cómo prepararse para el último viaje, cuando existen demasiados pendientes en su propia vida? Es un hombre atormentado por su contexto, por su circunstancia, por una ciudad que le devora lentamente. Es un tipo lleno de amor para dar mientras vive atrapado en una patética existencia, acompañado por la mala suerte. Posee el "don" de ayudar a la gente que acaba de morir a transitar de este mundo al siguiente ayudándoles a encontrar la paz en ese último camino. Es su don, pero al mismo tiempo es su maldición. Él mismo sabe que pronto tendrá que atravesar el puente, pero no está listo (realmente ¿quién lo está? es en lo que parece insistir el cineasta) y la película mostrará su lucha por dejar las cosas de la mejor manera posible, con sus hijos, con su bipolar mujer (una extraordinaria Maricel Álvarez) y con los inmigrantes con los que trabaja.
González Iñárritu nos cuenta con maestría esta travesía. La suya es una cámara que se mete a los ambientes más sórdidos para mostrarnos los dramas de la vida cotidiana en las grandes ciudades, en donde los espacios cerrados confinan a grupos de seres humanos en las peores condiciones imaginables, espacios en los que la muerte tal vez no sea la peor de las salidas, sino la única posibilidad para abandonar al peor de los infiernos. Nos presenta a una serie de personajes enfrentados a situaciones extraordinarias que representan a la lucha de su vida. Y aunque aparentemente estas historias carecen de conexión alguna con la de Uxbal, cada uno de los personajes funcionará para entender mejor a las carencias y fortalezas del personaje principal, cada una será determinante en el resultado final de la película.




Es complejo imaginar a otro actor para meterse en la piel de Uxbal que Javier Bardem. El grancanario posee la enorme capacidad de reflejar diversas emociones, sin perder nunca a la esencia del personaje. El manejo de su "timing" es extraordinario pues parece poseer un instinto natural para dirigir sus miradas y recitar su diálogos en el momento justo, con la tonalidad e intención precisas. Su representación de Uxbal es tan poderosa que uno inmediatamente siente empatía por el personaje hasta el grado de sentir el enorme dolor que el hombre siente al orinar sangre, la preocupación por el destino de sus hijos o la culpa por un doloroso acontecimiento del que es cómplice con tal de ahorrarse unos cuantos euros. Bardem entiende que está ante un hombre cuyo fin máximo es el de alcanzar a la redención y por ende ese camino tiene que estar lleno de momentos implosivos y de explosiones tremendamente emocionales cuando llega el tiempo preciso para mostrarlas. No temo afirmar que estamos ante una gran actuación de quien hoy por hoy es el mejor actor del mundo.
González Inárritu ha filmado con Biutiful un hermoso y doloroso réquiem. Es una película en la que la muerte está siempre presente, rondando en cada una de las situaciones, pero al mismo tiempo es una película en la que la suerte parece jugar un papel importante en un mundo caótico, la suerte tal vez de encontrarte a un alma atormentada pero bondadosa como la de Uxbal, de alguien que es capaz de darle a vida a muchas personas, y al mismo tiempo condenar a los suyos a la más terrible de las incertidumbres. Una dolorosa montaña rusa emocional en la que la oscuridad parece iluminar a la travesía y la tragedia de un hombre que sin quererlo se convierte en un héroe, uno trágico pero héroe al fin. Un tipo que luchará contra una dramática realidad para perdonar, para amar y para trascender por siempre.
Si: Biutiful duele...y mucho...
Un logro...

Así las cosas hoy lunes...

Salud pues.......

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ver más cine. Hay mejores películas que esta.
"Muy profundo y con mensaje", pero el gentilicio para las personas nacidas en las Islas Canarias es "grancanario o canarión ", no "canarino".
Te quisiste ver muy intelectual y te salió mal, jaja.

Raúl H. Pérez dijo...

http://redliterariadelsureste.blogspot.com/2010/11/arte-y-cultura-en-la-red.html

David Moreno dijo...

Ánomino, gracias por la corrección en el gentilicio...ya lo cambié. No es mi pretensión ser intelectual, simplemente soy un aficionado al cine al que le gusta platicar sobre lo que ve. :)...

Raúl: Gracias por la mención, te invito a escucharme también en radio en radioneox.com con La Ruta del Desvelo.

Saludos.

Xabo Martínez dijo...

He leido no hace mucho reseñas negativas acerca de la pelicula, y debo decir que dice mas de los reseñistas que de la pelicula. No he visto esta pelicula que recomiendas pero 21 gramos me gusto y me gusto, seguramente que también tenia excelentes actores, naomi y sean penn, nada menos. Pero algo tendra que ver el director que supo sacar lo mejor de ellos. Imborrable ese encuentro cuando Sean le confiesa a Naomi porque la busco. Ahora lleva al actorazo de Bardem, no me la perdere.

Saludos