lunes, noviembre 26, 2007

De Leones por Corderos...

Seven Readers!!


Solemos pensar en el cine en términos de imágenes con mucho movimiento. Creo que esa es una herencia de nuestra propia sociedad icónica, es decir, nos importa más la imagen que cualquier otra cosa. Pero desde la irrupción del sonido en el séptimo arte a finales de los años 30, éste ha pasado a ser un elemento muy importante en la conformación del nuevo lenguaje. El cine es sonido, y aunque suene increíble para muchos el cine no está solo para ser visto, sino también para ser escuchado.
Con base en lo anterior, puedo afirmar que Lions for Lambs es una de esas raras cintas que están hechas para ser vistas, pero sobre todo para ser escuchadas. Su gran fortaleza recae en sus diálogos, en su estructuración. No es una película con una gran cinematografía, los movimientos de la cámara son prácticamente nulos y las escenografías son exageradamente sobrias. No se trata de un filme con efectos espectaculares y mucho menos con violentos cortes. Robert Redford parece simplemente decidir en donde estacionar la cámara y comenzar a rodar. Claro, esto puede ahuyentar a audiencias acostumbradas a un ritmo trepidante que muchas veces sustituye a las carencias del guión, pero me pregunto si esa no es precisamente una de las intenciones del director, pues es evidente que esas audiencias, flojas poco dispuestas a pensar y reflexionar y  que a los 10 minutos abandonan la sala por que sienten que la película es “lenta”, son exhibidas sin piedad por el director.
El gran mérito del filme: a través de personajes arquetípicos de la sociedad norteamericana, Redford buscar radiografiarla. Y me parece que lo logra.





La película está rodada en prácticamente tres escenarios: la oficina de un profesor universitario, la de un Senador Republicano y las nevadas montañas de Afganistán. En el primero encontramos a Todd Hayes (Andrew Garfield), un estudiante con enorme potencial, pero completamente apático. Un tipo más preocupado por las fiestas en la universidad, por su vida social, por jugar X Box o por mirar los chismes de la farándula, que por el país que se deshace a su alrededor. Redford busca así representar a toda una generación que ha sido enajenada por los medios, convirtiéndola en egoísta y preocupada solamente por la cantidad de dinero que habrán de ganar en lo que resta de sus vidas. En contraste está el Dr. Stephen Malley (Redford), un veterano de Vietnam cuya única razón para seguir dando clase, es el hecho de encontrarse con diamantes en bruto como Todd y tratar de convencerles de hacer algo positivo por la sociedad en la que viven. El personaje representa a la generación de la utopía, aquella que aún creía en la posibilidad de un cambio a través de las ideas. El choque generacional es brutal: el profesor tratará de convencer al alumno de que mientras su cómoda vida pasa, el mundo se desmorona por completo. Pero para ello tendrá que luchar no solamente con la personalidad de Todd, sino con el bagaje cultural que éste lleva consigo. Un bagaje que ha transformado a toda una generación en ególatras vacíos.
El segundo escenario es el del Senador Republicano Jasper Irving (Tom Cruise). Un tipo convencido de que la Guerra contra el Terror, es el acontecimiento climático de más de 1000 años de civilización occidental. Un digno representante de la guerra cultural, descrita por Samuel Hunttington, como la nueva gran confrontación de éste siglo. Un conservador en toda la expresión de la palabra y que, cegado por la ambición, hará cualquier cosa por ganarse “la mente y los corazones de la gente” (engaño incluido por supuesto) para él no hay términos medios: el otro es una amenaza y tiene que ser exterminado. Irving le concede una hora de entrevista exclusiva a Janine Roth (Meryl Streep), una periodista liberal que ha sido engullida por medios de comunicación más preocupados por la información como mercancía, que por la información como un bien de carácter público. Ella representa a esos periodistas que han sacrificado la independencia y los principios, por que simplemente si no lo hacen se quedarían sin sustento. Pero Janine no caerá sin pelear e inicia un diálogo áspero y complejo, en el que el punto de vista liberal y el conservador chocarán invariablemente, exponiendo así a dos trenes en constante colisión, pero que se retroalimentan uno del otro por que ambos están insertos en el mismo sistema.
Por último está la historia de dos soldados en Afaganistan: Ernest Rodríguez (Michael Peña) y Arian Finch (Derek Luke). Ambos estudiantes universitarios, pertenecientes a minorías y que han tenido que enrolarse en el ejército por que solamente de esta forma se garantizan un futuro. Son dos tipos con un potencial enorme, el cual simplemente no pueden desarrollar por que pertenecen a esa parte de Estados Unidos a la que nunca ha llegado el American Way of Life. Ellos representan a los miles de chicos que han sido enviados a luchar en una guerra sin sentido y que han sido sacrificados en nombre de la “libertad”. Y ahí están, en un país extraño, en un terreno desconocido, y enfrentando a un enemigo que no parece tener ni la tecnología, ni los medios para vencerles, pero que continúa imbatible a pesar de la supuesta superioridad norteamericana predicada diariamente desde Washington.
Leones por Corderos es un trabajo notable. Un filme que explora al país más grande del mundo a través de situaciones muy particulares. Redford ha entregado una película actual, ideal para el momento histórico que vive nuestro vecino del norte (habrá que ver si resiste el paso del tiempo) y que merece ser vista, pero sobre todo escuchada, con gran atención y detenimiento.

Así las cosas en este lunes…

Salud pues……

4 comentarios:

Soledad Burgos dijo...

escepcional comentario,,,,,que ameno es perseguir las letras como si se fuesen a arrancar,,así da gusto leer..
Un beso
Soledad

Angie Sandino dijo...

Tomo nota y en cuanto la vea le caigo!

Un beso David y que tengas buena semana!

Mariana dijo...

Me encanta esa capacidad tuya de hacer reseñas que invitan a ver películas y a darse el tiempo de ver eso que a veces sólo se percibe "entre líneas". No soy fan de Tom Cruise, pero sí de Meryl Streep, así que no deberé dejar pasar más tiempo... porque he ido a verla, pero algo diferente se cruza en mi camino... para mal y para bien.

Por cierto. Me encantó tu comentario en mi más reciente post.

Es el punto de vista que más se acerca a lo que me gustaría analizar porque lo que estoy redactando es el equivalente a mi tesis de licenciatura.

La intención es escribir un artículo que al momento gira en torno a la autoría de blogs y a la identidad.

Supongo que ya leiste a Donna Haraway... ¿sí? Dime si sí... qué te parece... ¿va?

¡Besos!

Mariana.

Kix dijo...

Un abrazote desde Tenochtitlan hasta la hermana república de los mayas, mi querido Dave. Todo estará bien con la pequeñita, ya lo verás.